Responder a esta interrogante es, quizás, uno de los principales anhelos de gobiernos, empresarios, industriales, exportadores, importadores, emprendedores y la sociedad civil de cualquier país del mundo. En el caso de República Dominicana, más que un deseo, es una necesidad para las 1,376 grandes empresas y 1,473,354 Mipymes que existen en la actualidad. Sin duda, es una pregunta compleja, pero con respuestas más que positivas. Por ello, y con el fin de ser un aporte para el sector empresarial dominicano, revista CONTACTO entrevistó a expertos nacionales e internacionales en consultoría empresarial, gestión y transformación digital, quienes junto a connotados empresarios dominicanos nos proporcionan las claves para que las empresas e industrias den el siguiente paso hacia el progreso, la sostenibilidad y la consolidación.
Desarrollar una empresa o una industria no es una tarea sencilla. La cimentación, las bases y las ideas deben ser muy claras desde un principio. Crear una empresa no se decide de un día a otro o solo por la idea de generar lucro, sino en seguir una serie de pasos que hagan caminar a la empresa y llevarla a descubrir el verdadero sentido de su creación.
En el contexto comercial actual, extremadamente competitivo y en constante evolución, la empresa depende del flujo constante de ideas para mejorar la manera de crear productos y servicios, presentar marcas e interactuar con los clientes. Estas actividades no requieren grandes dosis de investigación y desarrollo. Son de naturaleza creativa y, por lo general, son personas y microempresas altamente especializadas e innovadoras, orientadas a la búsqueda de soluciones.
Para el consultor, escritor, experto en gestión y presidente de INTRAS, Ney Díaz, lo que las empresas y empresarios dominicanos necesitan tener claro en la actualidad es la visión, o sea, hacia dónde se dirigen las compañías.
“Aunque suene muy básico, lo primero que deben hacer las empresas y empresarios es adquirir una visión global. Creo que realmente la insularidad juega en contra nuestra, en nuestro mindset empresarial. Casi siempre cuando pensamos en negocios en República Dominicana, y no importa si sean grandes o pequeños, siempre pensamos en traer… traer una franquicia, una licencia, una marca, un concepto, un facilitador. Casi siempre la visión es hacia traer, que eso viene muy arraigado de nuestra realidad como isla, cuando realmente, ahora mismo, la visión tiene que ser que el mundo es nuestro mercado, y una de las cosas que nos ayudan a que el mundo sea nuestro mercado, es el tema del internet y más que este tema, las plataformas. Si te pones a pensar, todos los grandes negocios ahora mismo están basados en plataformas. Los negocios disruptivos se sustentan en plataformas, por lo cual, si accedes a la plataforma correcta o creas tu propia plataforma, tu mercado deja de ser tu mercado inmediato geográficamente… Esa es una de las cosas que tenemos que vencer primero, esa mentalidad insular. Tenemos que quitarnos el mindset de traer. El mercado es el mundo, y no solamente de que el mercado es el mundo desde el punto de vista de lo que nosotros vamos a comercializar, es que también la competencia es global. Realmente, ya nuestra competencia no es el que se dedica a lo mismo que yo en el mismo sector. La competencia te puede venir desde cualquier sitio con un producto disruptivo, con un servicio disruptivo, con una plataforma disruptiva, con una eliminación de los intermediarios, con lo cual, a través de plataformas, se disminuyen los costos. Tú tienes que tener una visión global de que tu mercado potencial es el mundo”, nos indica Díaz.
En esta vorágine empresarial del día de hoy en el mundo, las Pymes son uno de los sectores más vulnerables en los aparatos productivos de los países.
Para tener una idea, las microempresas y Pymes generan entre el 60 y el 70% del empleo en todo el mundo. Tanto así, que este tipo de negocios representan más del 90% del total de las empresas en el orbe; y son responsables del 50% del Producto Interno Bruto (PIB) a nivel mundial, según los últimos datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Es que realmente, las Pymes son responsables de una generación de empleo e ingresos importantes en todo el mundo y son un factor clave en la reducción de la pobreza y el fomento del desarrollo. También son las encargadas de emplear a una gran proporción de trabajadores pertenecientes a los sectores más vulnerables de la sociedad, como lo son las mujeres, jóvenes y personas de hogares desfavorecidos, y en este nicho, podemos decir fehacientemente, que República Dominicana es un país de microempresas y pequeñas empresas (Mipymes).
Se estima que las Mipymes constituyen más del 90% del total de unidades productivas que tiene nuestro país, y que su contribución al PIB y a la generación de empleos es cada vez mayor. Este tipo de empresas está en todos los sectores productivos, aunque principalmente en el comercio y los servicios.
Por ello, las Mipymes son tan importantes para los países y deben tener muy claros sus conceptos para poder desarrollarse y no fracasar, como lo detalla el consultor Ney Díaz.
“Luego de cambiar el mindset, hay que generar una mentalidad innovadora, es decir, el sentido de urgencia de cambiar el statu quo. Si tú tienes realmente esa paranoia, entonces, vas a abrazar la innovación… sobre todo, la innovación disruptiva. Otro componente importante es la agilidad. Las empresas deben abrazar y ver la agilidad como una prioridad en sus organizaciones, y cuando digo agilidad me refiero a la capacidad de lanzar productos, de lanzar servicios, de adaptarte al mercado; de crear ofertas que puedan responder a necesidades cambiantes. De poder reaccionar ante una amenaza determinada de una particular competencia; un cambio en las tendencias de consumo, un cambio en las preferencias del consumidor. Tienes que tener esa capacidad de poder reaccionar a tiempo. Entonces, tienes que realmente abrazar la innovación, tienes que abrazar la agilidad y, obviamente, debes contar con la cultura interna correcta, ya que solo la cultura apropiada garantiza resultados sostenibles en el tiempo. Trabajar en la cultura interna permite obtener resultados”, señala Díaz, tras ser entrevistado por revista CONTACTO en las oficinas corporativas de INTRAS, en la Torre Piantini.
Un concepto muy similar a Díaz, pero a la vez muy diferente, es el que aporta el doctor Julio Zelaya, experto guatemalteco en Gestión y Manejo del Cambio, Planificación Estratégica, Desarrollo Organizacional y Habilidades Directivas, quien fue entrevistado por revista CONTACTO en el hotel Embassy Suites by Hilton, de Santo Domingo.
La historia del presidente de Emprende U, en Guatemala, es muy singular, pues conoce desde muy cerca el desarrollo de las empresas, principalmente, las Pymes.
“Te pudiera decir que a lo que me dediqué al principio, en realidad, fue a quebrar empresas… No fue desarrollar empresas, sino que tuve tres emprendimientos que llegaron a crecer y quebrar por diferentes razones. A veces porque crecí muy rápido, a veces porque no lo hice por la razón correcta, y a veces porque no tenía el socio adecuado. Al unir eso que me apasionaba, de ahí salió mi primer libro: ‘La travesía y el poder de emprender’. Luego de escribir ese libro, me dije: ‘no puede ser que otras personas quiebren sus empresas, debo ayudarlas’, y así me metí a estudiar todos los indicadores de emprendimientos globales, y me fui a Harvard y al MIT, en Boston, a estudiar el cómo desarrollar empresas. Incluso, me fui a Chile a ver cómo estudiaban los medidores de emprendimiento en Chile y en Latinoamérica. Yo me preguntaba: ‘cuál es la fórmula, qué hacen los empresarios que pasan y que rompen las estadísticas’… En Latinoamérica, en general, la tasa de emprendimiento temprano es por encima del 90 %, es decir, el deseo de emprender está en Latinoamérica, pero las tasas de quiebra son altísimas. Los promedios latinoamericanos son una proporción de 9 de cada 10 empresas no pasan el llamado ‘Valle de la muerte’, que son los 42 primeros meses. Eso es lo que está parametrizado. 42 meses es el tiempo que dura que un emprendimiento viva o muera. ¿Por qué 42 meses? Ese es el periodo desde que tienes tu producto mínimo vendible, empiezas a tener recompras, cierto crecimiento y establecimiento del emprendimiento. Ahora, imagínate que en algunos países llega a ser hasta el 97 % la tasa de quiebra. ¿Cuáles son las razones? Empecé a estudiar cuáles son las causas de quiebra de las empresas y me di cuenta que hay tres enemigos y esto se veía en estudios tras estudios y también en casos neuróticos: primero, el flujo de efectivo. El concepto de flujo de efectivo pasa que muchas personas que emprenden no se preparan para emprender. En promedio, solo el 8 % de los emprendedores se preparan para emprender, eso quiere decir que el 92 % van sin haberse preparado, sin haber sabido lo que es, cómo funciona el emprendimiento.
El segundo enemigo es la falta de controles. ¿A que llamamos falta de controles? No sé hacer temas fiscales, no sé sobre temas legales, no sé hacer inventarios, no sé estimar mi demanda y hecho a perder los productos; a lo mejor no registré mi marca y alguien colocó mi misma marca; a lo mejor me pongo en un litigio legal o fiscal por desconocimiento… eso es falta de controles.
Y el tercero, que esta es la razón raíz para las otras dos: una razón equivocada para emprender. La mayoría de los latinoamericanos no están fundando una empresa, están fundando un empleo, que es algo muy diferente.
Cuando tú fundas un empleo, tú tienes el peor empleo posible porque ese te paga menos. Está probado que si estás fundando tu propio empleo, te va a pagar menos que si trabajaras para alguien más; trabajas más horas, porque tienes que ver cómo vendo, cómo cobro, cómo hago lo demás. Y, por otro lado, está la presión sobre la familia, eso sobre la persona es fuertísimo”, recalca Zelaya, quien como facilitador de procesos de aprendizaje y consultor ha impactado a más de 250,000 mil personas en Latinoamérica en temas como Gestión y Manejo del Cambio, Liderazgo, Formación de Facilitadores, Desarrollo organizacional y Gestión de Talento.
La realidad de las Mipymes en el país
De acuerdo a datos ofrecidos a revista CONTACTO por parte del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), hoy en República Dominicana existen 1,376 grandes empresas y 1,473,354 Mipymes, de las cuales 751,055 tienen locales fijos y 394,583 móviles; 319,676 pertenecen al sector agropecuario y 8,039 del sector pesca y minería.
Estas Mipymes representan el 97 % del total de las empresas del país, generando 2,527,260 empleos a la economía, lo que equivale al 55.6 % de la población ocupada en el mercado laboral, y aportan un significativo porcentaje al Producto Interno Bruto (PIB), con un 40.2 %. Y otro dato, no menor, dice que el 51.3 % de las microempresas del país las lideran mujeres.
En cuanto a la clasificación de la empresas en el país, estas se clasifican según la ley 187-17, sobre clasificación y registro de las Mipymes. Y según datos obtenidos por revista CONTACTO en la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), 76% son micro empresas, el 18.7% son pequeñas, el 3.4% medianas, y solo el 1.9% son empresas grandes, como se observa en el gráfico número 1.
Lo que llama la atención de estos últimos datos, es que según la clasificación Mipymes facilitada por la ONE, el 60.8% de los empleos es generado por las grandes empresas, las que solo representan casi el 1.9% del universo empresarial total. Mientras que el 16.1% de los empleados son de las empresas pequeñas y el 12% de las micro, como se observa en el gráfico número 2.
Ahora, de este 97% de Mipymes que existen en la actualidad en el país, en el Gran Santo Domingo (Distrito + Provincia) es donde más empresas se crean cada año.
Para conocer los datos más actuales, revista CONTACTO tuvo acceso exclusivo a estadísticas de la Cámara de Comercio y Producción de Santo Domingo, en las que señala que, por ejemplo, en el 2017, recibieron un total de 14,926 trámites de matriculación de nuevas empresas ante el Registro Mercantil, siendo un 25 % solicitado a través del Portal Formalízate, donde conjuntamente con ONAPI y DGII, se facilita el proceso de constitución para las empresas en formato SRL, EIRL y Personas Físicas, como se observa en el gráfico número 3.
En el 2018, se reflejó un incremento de un 22% en las nuevas matriculaciones respecto al 2017, recibiendo un total de 18,284 solicitudes de servicios, donde además se reflejó un mayor uso del Portal Formalízate, pues el 31 % de las matriculaciones se recibieron por esa vía. Es decir, de cada 1,000 contribuyentes, 300 lo hicieron de manera digital, no teniendo que ir a las oficinas de la Cámara para formalizar su empresa.
En lo que va de 2019, el total de trámites de matriculaciones nuevas, a lo largo de estos 10 meses (Enero-Octubre), es de 14,942 nuevas empresas, que se distribuye de la siguiente manera:
• 10,951 transacciones ante la Cámara de Comercio y Producción de Santo Domingo.
• 3,991 transacciones ante la Cámara de la Provincia Santo Domingo.
De estas, el 32% han sido tramitadas a través del Portal Formalízate, evidenciándose un mayor uso de este canal de solicitud.
Ahora, en cuanto a la Composición de Nuevas Empresas, la Cámara de Comercio y Producción de Santo Domingo nos dio a conocer que el 90% de estas son Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL); 2% Sociedad Extranjera; 0,20% Sociedad Anónima; 4,80% Empresa Individual de Responsabilidad Limitada (EIRL); 0,90% Sociedad por Acciones Simplificada (SAS) y 2% Personas Físicas, como se observa en el gráfico número 4.
De mantenerse este comportamiento, esa entidad proyecta que el 2019 cerrará con unas 17,930 nuevas empresas matriculadas en el Gran Santo Domingo como total aproximado, representando esto una disminución de un 2% con respecto al 2018.
Pero además de la creación de empresas en República Dominicana, también está el registro de los nombres comerciales, marcas, lemas y otros signos distintivos, que constituyen, quizás, el principal trabajo de la Oficina Nacional de la Propiedad Industrial (ONAPI).
De acuerdo a datos suministrados a revista CONTACTO, desde enero a septiembre de 2019, en ONAPI se recibieron 30,747 solicitudes para nombres comerciales, de los cuales, 27,943 se registraron formalmente en dicha institución pública.
De la misma forma, en el ítem de marcas, en esta entidad se acogieron 8,336 solicitudes, y se registraron formalmente, hasta septiembre de este año, 5,320 nuevas marcas en el país. Igualmente, se registraron 306 marcas solicitadas desde el extranjero en el periodo señalado.
¿Cómo desarrollarse y no morir en el intento?
Crear una empresa, industria, emprendimiento (startup) o una marca conlleva múltiples procesos, dependiendo del país en que se encuentre. Sin duda, no es una tarea fácil el posicionar una marca, producto o servicio, y más en el mundo tan globalizado y competitivo en el que vivimos en la actualidad.
Por ello, responder la interrogante: ¿Qué necesitan las empresas dominicanas para desarrollarse?, cobra más fuerza que nunca por el volátil momento en que se encuentra la economía mundial y, específicamente, la dominicana, tan dependiente de factores externos para poder crecer.
Hoy existen múltiples razones para que las empresas no estén creciendo o estén, abiertamente, quebrando o cesando sus operaciones.
Para tener una idea, nuestros dos principales socios comerciales en la actualidad, Estados Unidos y China, se encuentran envueltos en una “guerra comercial” que lleva meses sin poder destrabarse, lo que afecta directamente a todas aquellas economías que dependen de una u otra manera de esos dos “monstruos económicos”, como es el caso de República Dominicana.
Por ejemplo, entre 2018 y en lo que va del 2019, la guerra comercial con Estados Unidos ha provocado una oleada de quiebras en Norteamérica dentro del sector privado, aunque el estado ha decidido “mantenerse al margen”.
Según un artículo del diario The Wall Street Journal, los tribunales de todo el país aceptaron cerca de 19,000 solicitudes de bancarrota corporativa entre 2018 y junio de 2019 en Estados Unidos, más del triple que dos años antes. Una cifra que marcó un pico, a pesar de que en 2019 se ha suavizado.
Pero en China la situación no ha sido muy diferente. En los últimos dos años, hemos visto en el gigante asiático un número creciente de empresas que entran en default al no poder pagar a sus acreedores y, por lo tanto, quiebran. Según las últimas cifras, más de 30,000 empresas han quebrado en China en los últimos dos años.
Y una de las razones de que las cifras en China durante este año sean menores, es que a finales de 2018, en ese país se reforzó su sistema judicial para liquidar las empresas o tratar de salvarlas, nombrando un administrador que renegociara la deuda con los acreedores. En la actualidad, China cuenta ahora con 90 tribunales de bancarrota dedicados a dirimir los conflictos que surgen entre accionistas, acreedores y las propias empresas, haciendo el procedimiento más rápido y eficiente.
Pero en República Dominicana la situación de las empresas no es tan disímil como ocurre en esos dos países, aunque, claro está, la realidad es más atenuada debido al tamaño de las economías de esas dos súper potencias.
Pero, para tener una idea, según estadísticas del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes, de cada tres Mipymes dominicanas que se crean en el país, dos quiebran anualmente.
Debido a esta situación, se ha estado trabajando con el Viceministerio de fomento a las Mipymes para suplir la necesidad de crear el acceso a crédito a los pequeños y medianos empresarios dominicanos para que puedan hacer funcionar correctamente sus negocios.
Para esto, incluso, se modificó un tema reglamentario y se impulsó la modificación del reglamento de evaluación de activos para flexibilizar el acceso de las Mipymes a la banca, además de crear ventanillas especializadas desde el gobierno para atender a estos sectores que responden a un área más específica.
Sin duda alguna, el acceso a la financiación es uno de los principales problemas al que deben hacer frente las empresas, y que, según la ONU, les afecta de manera “desproporcionada”.
Para muestra, un “botón”: según datos que este ente maneja del Banco Mundial, entre 200 y 245 millones de empresas, de las cuales el 90% son pymes o micropymes, “no tienen acceso a los préstamos bancarios que necesitan, o no disponen de financiación, pues el acceso es complicado”.
Es que las dificultades financieras son aún mayores para las “empresas informales”, es decir, aquellas que han sido constituidas de forma desregularizada y que suelen ser de menor tamaño. “Aunque menos productivas que las formales, contribuyen en gran medida a la actividad económica y el empleo”, explica un informe de la ONU.
En este sentido, este organismo ha hecho diversos pronunciamientos a legisladores y empresarios para tomar medidas y “alentar la formalización, la participación y el crecimiento” de Pymes y Micropymes en los mercados internacionales, regionales y nacionales, en particular “mediante el acceso de todos a la creación de capacidad y los servicios financieros, como la microfinanciación y el crédito asequibles”.
Pero la financiación no es todo. En República Dominicana, con el afán de darle un respiro al fracaso de muchas empresas, la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE) ha señalado en varias oportunidades que se debe modificar el impuesto anticipado, el ITBIS, el ISR, reformar el Código Laboral y realizar un pacto fiscal, todo con el fin de ayudar y apoyar a las Pymes y Mipymes dominicanas.
Pero además de estos factores, en ANJE argumentan que también existen otros factores que ralentizan las empresas del país, como son los problemas del sector eléctrico y los aspectos de costos laborales, para ello, solicitan actualizar el Código de Trabajo, que data de 1992. Lo mismo que la Ley de Seguridad Social (2001), que ya tiene casi 20 años.
De la misma forma, también hay factores externos que las empresas hoy no manejan adecuadamente, como el conocer adecuadamente a sus clientes y mantenerlos, algo clave para los expertos en consultoría empresarial entrevistados por CONTACTO.
“Creo que, definitivamente, la proximidad con los clientes es la clave… cuando digo proximidad es conocer a los clientes. Ya realmente cuando tienes una base de clientes muy amplia, de miles o millones… Sin duda, en algunos casos, el tener una relación de tú a tú, humana, no es tan fácil, pero sí se puede generar la proximidad. La proximidad se da a base de información, y por eso es que hoy es tan importante la analítica de datos. Por eso es que es tan importante la gestión del Big Data, por eso es que es tan importante todos los otros componentes asociados a como tu gestionas esa información en la medida que gestionas de manera óptima esa información que tienes de tus clientes. Tú les vas a poder servir de una forma que ellos se sientan que estás manteniendo una relación estrecha con ellos, sin necesariamente tener que involucrarte de manera física en un contacto. Por ejemplo, cuando tu entras a Amazon, tú sientes que en Amazon hay alguien que te conoce… O sea, que me recomienda los productos basado en mis patrones de consumos anteriores. Tiene mi historial de consumo, me recomienda, pero al mismo tiempo, cuando compro me hace referencia de otras cosas. Incluso, si hago una reclamación en un momento determinado, se va a mi historial.
Una empresa que no acabe de entender el concepto del valor de vida del cliente, pues esa empresa está perdida, por lo cual, cuando captaste un cliente, tienes que ver como vas a profundizar tu relación con ese cliente, y eso se hace bajo la premisa de que no estás comprando una transacción… tú estás comprando una vida de transacciones. Si tú ves la relación con el cliente como algo puntual, como algo transaccional, estás perdido”, asegura Ney Díaz, presidente de INTRAS.
Mientras, para Julio Zelaya, presidente de Emprende U, en Guatemala, los clientes son aspectos muy importantes que las empresas nunca deben desconocer.
“Todas las empresas necesitan recordar para qué empezaron. Si las personas pudieran recordarnos el propósito que nos llevó a empezar algo, las empresas serían mejores. Y para ser mejores, debes conocer quiénes son tus clientes, sin eso, las empresas no tienen futuro. Muchas personas cuando empiezan su emprendimiento lo hacen porque querían servir a un cliente, agregarle valor, cambiar su vida y eso se va olvidando…. cuando tienes éxito y tienes dinero, se te olvida que empezaste para servir y agregarle valor a los demás y tus clientes. El éxito está por recordar el propósito de las cosas y eso no importa en que sea. La persona que me llevaba el chocolate ganaba mucha plata en propinas, pero ella no veía que su trabajo era entregar chocolates… le estoy regalando 5 minutos de felicidad, le estoy agregando valor a su vida”.
Para Kevin Sigliano, socio Director de Territorio Creativo, empresa consultora europea en estrategia digital y gestión e implementación de nuevos modelos de negocio del Ecosistema Digital, las empresas deben conocer a sus clientes.
“Hay técnicas científicas que te permiten capturar datos, y analizar esos datos en tiempo real; que te permiten identificar oportunidades continuamente. Hoy, menos el 10 % de las empresas tienen esa capacidad científica tecnológica de Big Data que les permite capturar datos y operar de una manera alineada con las necesidades del cliente… pero no todo es Big Data ni ciencia. Hay también una parte de mindset, no de mentalidad. Todos hablamos de que queremos estar centrados en nuestros clientes, que nuestro cliente el rey, pero no lo demuestran. Ya no hablamos de ser una empresa maravillosa a nivel de desarrollo de productos, hablamos de ser una empresa que está centrada en el cliente, y de aportar una experiencia al cliente que sea satisfactoria según sus perfiles y sus necesidades. Yo he trabajado con grandísimas empresas, como Toyota, Ikea, Amazon, bancos lideres y realmente te das cuenta que esas mismas empresas que hoy son obviamente grandísimas empresas y muy efectivas es porque se preocupan por sus clientes… sin duda, a todos nos queda terreno por mejorar en lo que es el conocer al cliente. Falta una parte de actitud para que las empresas obliguen a sus directivos, a sus managers, a salir a la calle… lejos de su entorno cómodo del despacho, y realmente observar al cliente, hablarles de una manera mucho mas cercana”.
La transformación digital en las empresas
Según el español Kevin Sigliano , la transformación digital no es una amenaza para las empresas, es una oportunidad.
“El ecosistema startup y el ecosistema de la innovación de la transformación digital es una oportunidad para las grandes empresas y una oportunidad también para las pequeñas y medianas empresas. Hoy, hay que estar alerta, tienes que estar en el día a día porque una gran palanca de crecimiento es ser ágil en la adopción de oportunidades de innovación. Por ejemplo, hace poco, en el sector inmobiliario, identificamos un nuevo formato publicitario de Facebook. Lo activamos y en cuestión de 24 horas, y en menos de dos semanas, estábamos creando 500 leads, 500 prospectos cualificados a nivel de inmueble, a nivel geográfico y, además, hemos hecho una medición de lo que es la trazabilidad si realmente ese prospecto tiene interés en el inmueble, y ya estamos viendo bien que en el mundo inmobiliario la siguiente etapa, una vez que un cliente haya mostrado interés por un inmueble, es que lo vaya a visitar. Ya tenemos unos ratios de visitas que están por encima de Facebook o Google o cualquier otro ecosistema digital. Es una oportunidad de ir probando nuevas técnicas, en el entorno. Es un poco la mentalidad del mindset, la mentalidad de un buen líder en este ámbito. Eso es transformación digital. Adaptarse a los formatos, a las plataformas y a las nuevas tecnologías”.
De acuerdo a Sigliano, entrevistado por revista CONTACTO en el hotel Embassy Suites by Hilton, de Santo Domingo, si se mira hacia atrás, “ves que desde el 2001 al 2019 todos los sectores se han transformado, han cambiado. Hay nuevos jugadores, como vemos también en algunos de los reportajes de tu revista. Vemos que en Santo Domingo también hay nuevas oportunidades de adoptar y acelerar iniciativas más ambiciosas, y quizás más innovadoras, es una cuestión de ser pioneros pero, obviamente, midiéndonos siempre con resultados. Los líderes, CEO o presidentes de las empresas deben comprometerse con la transformación, con la innovación. O sea, si el presidente no está alineado con la transformación digital y la innovación, la empresa no va a conseguir resultados. Se necesita la cabeza, el compromiso del liderazgo es la variable número 1”.
Sigliano revela que, desafortunadamente, la mayoría de las empresas en el mundo, “estoy hablando de más del 80 %, no están capturando la oportunidad de la trasformación digital. Solamente el 20 % de las empresas están activando iniciativas y capturando ese crecimiento. Para hoy ser innovador hay que implementar tecnologías más eficientes y nuevos modelos de negocios”.
Según Sigliano, quien ha sido consultor de empresas líderes en el mundo, como Citibank, Toyota, Movistar, Ford, TUI Travel Group y Palladium Group, entre otras, las experiencias de empresas con más trayectoria y más años en los mercados, son muy negativos en la actualidad, principalmente, porque no han hecho el cambio de la transformación digital.
“Vamos a las empresas ya establecidas. Empresas que llevan 10, 20, 50 años operando, y yo miro la cuenta de sus resultados y digo: ‘¿por qué aquí hay 0 % ó un 3 % de ingresos de nuevos modelos de negocios? ¿Por qué no hay nadie en tu empresa que se ha puesto realmente a diseñar y lanzar nuevos modelos de negocios? ¿Por qué lo pueden hacer las startup y tu gran empresa, con grandes recursos, con un gran talento, con grandes presupuestos, con un mercado ya perfectamente identificado y de alguna manera atendido, por qué no lo están también ofreciendo continuamente nuevos modelos de negocios? Por que no se transforman, no hacen el cambio, le temen a la tecnología, a la innovación”.
¿Qué factores pueden estar influyendo en el fracaso de las Pymes?
• El liderazgo: la dirección normalmente tiene una visión incompleta de todos los componentes de la empresa y su interrelación, el foco suele estar en las áreas que nos atraen, se fomenta sin querer el individualismo por tener que resolver las cuestiones “rápidamente” y falla cada vez más el trabajo en equipo, los líderes tienen miedo a involucrar a los empleados en las decisiones y les cuesta manejar la frustración cuando factores externos impactan el negocio.
• El Equipo: no es fácil tener el olfato para reclutar personal competente, falta mucha capacitación del líder y de los empleados, falta una estructura salarial justa donde predomine premiar la experiencia, resistencia al cambio, se teme al asesoramiento de expertos externos a la empresa para que no nos “roben las ideas”. En resumen falta tiempo para escuchar a la gente y para trabajar en equipo.
• El mercado: el cliente es el primer afectado ya que una organización precaria de la empresa y una escasa capacitación lleva a una mala atención al cliente, no considerando sus necesidades y quejas en el diseño del producto o servicio. También falta el enfoque en un tipo de cliente específico, no hay un plan de ventas que considere los picos de demanda y las bajas de trabajo. Se suelen evitar la inversión en promoción, y en investigación de mercado: hay desconocimiento de las ventajas competitivas y debilidades propias, y minimización de las fortalezas de la competencia.
• La planificación: normalmente falta un plan de negocios, los objetivos a largo plazo no están definidos, si hay objetivos de corto plazo no se han comunicado a los empleados, falta un análisis de riesgos potenciales y prevención de los mismos, y aparecen las crisis del crecimiento por no prever que no sólo es malo no vender, sino también vender mucho.
• La operación: los procesos productivos y de servicios no están definidos ni organizados considerando los tiempos normales de operación, hay altos niveles de desperdicios, altos costos por retrabajos y errores, falta capacidad técnica por la incapacidad de reclutar a la gente correcta, hay mal manejo de los inventarios, faltan controles de calidad o hay demasiados, pero los problemas se resuelven tarde o se esconden.
• Proveedores: no se suelen evaluar los proveedores o hacer un seguimiento de su rendimiento, la selección es por precio, por amistad o por intuición, desorganización y falta de pago a los proveedores. En algunos casos hay dificultad para conseguir suministros adaptados especialmente al producto por no tener relaciones de largo plazo con los proveedores. También suele haber sobre almacenamiento de stock que lleva a alta inmovilización del capital, altos gastos de mantenimiento y pérdidas por obsolescencia.
• Resultados: la falta de gestión de indicadores lleva a que los resultados se vayan observando intuitivamente en el día a día por mera observación del dueño por comentarios de los mandos medios, sin seguir una tendencia mensual o hacer un análisis de desvíos versus los objetivos planteados. En los emprendimientos más pequeños no se consideran los costos fijos al momento de definir los costos totales, y encuentro que muchos no saben diferenciar los gastos personales de los relacionados con el negocio, lo que dificulta la evaluación de la rentabilidad de la actividad.
• Mejora continua: en definitiva, apenas hay tiempo para producir, ¿cómo vamos a mejorar? Los problemas se van “pateando para adelante” y solo resuelven cuando ya no queda otra opción, de manera intuitiva y sin un análisis profundo de los hechos y tendencias reales.
¿Por qué fracasan tantas empresas Startup?
Como emprendedor, seguramente usted podrá haber escuchado o leído de que tan solo un 10 % de las startup llegan a tener éxito, pero ¿es esto cierto? y si es así, ¿qué estrategias puedes aplicar con su empresa para que no forme parte de los fracasos de la estadística?
De acuerdo con un estudio de CB Insights (2018), un software que recopila datos importantes de inversores, empresas e industrias, más del 70 % de las startup no superan la primera etapa de inversión de capital de riesgo (venture capital).
Este resultado fue arrojado luego de hacerle un seguimiento a las diferentes rondas de financiamiento de más de 1,000 compañías de tecnología en Estados Unidos desde 2008 hasta 2018, empezando desde los capitales semillas (seed capital), donde apenas el 46 % de estas empresas pudo recaudar lo suficiente para una segunda ronda de financiación.
Entonces, la interrogante es: ¿Por qué fracasan tantas empresas?
Luego de que la investigación realizada por CB Insights arrojara una cifra tan alarmante de fracaso, la compañía decidió compilar más de 100 cartas post mortem de diferentes fundadores de startup para descubrir el motivo de las fallas.
Asimismo, un estudio de Failure Institute de 2018, de Estados Unidos, dice que las startup que fracasan en el mundo son por diversos motivos, pero los principales son: Financiero (22.9 %); Organizacional (19.9 %); Mercadeo (17 %); Recursos Humanos (14,4 %); Entorno (13.6 %); y Operativo (12,4 %).
Estos grandes aportes de estos tres consultores profesionales, dominicanos, guatemalteco, y español, además de las diez opiniones de nuestros empresarios dominicanos, pretendemos que este reportaje sea un verdadero aporte para MIPYMES y PYMES del país para su definitivo desarrollo y sostenibilidad en el tiempo.
Forma de pago: transferencia o depósito en el banco BHD León a la cuenta 27190380011