Mucho se habla de que no debemos tener a los niños pegados al celular y las pantallas, de que estas afectan su aprendizaje, atención y concentración. Que cada vez tienen menos capacidad de enfocarse. Pero seamos honestos, ¿cómo está la atención y concentración de los adultos?
¿Te ha pasado que estás escribiendo un correo y te suena una notificación en el celular, y te quedas pegado respondiendo mensajes de WhatsApp o en las redes sociales, y cuando sueltas el teléfono, no sabes qué estabas haciendo?… Sí, a mí me ha pasado.
Porque nos hemos metido en la cabeza que, para ser productivos, hay que ser multitasking. Queremos hacer muchas cosas al mismo tiempo, y no nos enfocamos en nada.
Conectarte en las redes sociales te desconecta del trabajo, o de la actividad que estés haciendo. Estas aplicaciones están diseñadas para ser adictivas, con un scroll infinito para que te quedes ahí por horas sin darte cuenta, porque nunca termina.
Por eso, cada vez más autores recomiendan apagar las notificaciones del teléfono cuando vayas a realizar una tarea que conlleva concentración.
El escritor y conferencista, Robin Sharma, en su libro “El Club de las 5AM”, recomienda alejarse del ruido digital. Afirma que “la intensa concentración solo en lo que realmente importa es la clave de quienes logran la victoria. Simplifica. Deja de gestionar el tiempo y empieza a gestionar tu concentración”.
De su lado, el autor de “Hábitos Atómicos”, James Clear, afirma que “el cerebro solamente puede poner atención a un problema a la vez”, por lo que sugiere concentrarse en una sola actividad.
Mientras, la doctora Gloria Mark, profesora de Informática de la Universidad de California, llevó a cabo un estudio en el que apunta que una persona, con una pantalla delante, “se distrae cada 40 segundos”. Ha descubierto que tan solo pasamos “47 segundos en una página antes de pasar a la siguiente o a otra aplicación”, y que cuesta casi 20 minutos volver a recuperar el punto álgido de atención, y que un trabajador de oficina recibe, en promedio, “una notificación cada 8 minutos”.
Por su parte, la psiquiatra española, Marian Rojas Estapé, alerta en su libro “Recupera tu Mente, Reconquista tu Vida”, que “cada vez tenemos menos capacidad de prestar atención, de mantener el foco, de concentrarnos, de comprender temas complejos y de memorizar. Este deterioro cognitivo que experimentamos está íntimamente relacionado con las continuas interrupciones”, afirma la psiquiatra.
Por ello, estar conscientes de esta situación es importante para tomar medidas de manera intencional, para mejorar nuestro desempeño en cualquier área de nuestras vidas.
Aquí, les comparto la “Técnica Pomodoro”, que Héctor García y Francesc Miralles publican en su libro “El Método Ikigai”, que consiste en aumentar tu rendimiento y acabar las cosas a tiempo:
1. Divide el tiempo destinado al trabajo en periodos seguidos, sin ninguna distracción, de 25 minutos.
2. Haz una pausa de 5 minutos después de cada 25 minutos de trabajo.
3. Cada cuatro “Pomodoros” cumplidos, nos podemos premiar con una pausa más larga: 15 minutos.
En un mundo lleno de distracciones, la concentración hay que trabajarla. Hay que hacer de ella un hábito, porque cada vez, nos estamos convirtiendo en adultos más dispersos, con muy mala memoria, y con pésimos hábitos.
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