Mantener a Valdez Albizu en BC envía buena señal a la economía

En medio de la pandemia del Covid-19 en plena expansión, con una consecuente crisis económica sin precedente y un futuro inmediato rodeado de expectativas e incertidumbres, la confirmación del gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, para que continúe su gestión a partir del 16 de agosto ha sido recibida por diferentes sectores de la vida nacional como una medida inteligente, sensata y oportuna de parte del presidente electo Luis Abinader.

Esta decisión anunciada por Abinader, a través de las redes sociales, junto a otras designaciones de su equipo económico, envía una señal de confianza y tranquilidad a los agentes económicos, a la banca y a los sectores productivos del país, en vista de que Valdez Albizu tiene el gran mérito de haber mantenido la estabilidad macroeconómica en el país.

Aunque en su equipo económico Abinader tiene profesionales de gran capacidad y experiencia gerencial, mantener a Valdez Albizu en el Banco Central se perfilaba como una decisión necesaria en el inicio de su gobierno para no arriesgarse a ensayos o improvisaciones en un área cuyo manejo es crucial y neurálgico para la suerte y el futuro de la economía nacional.

La decisión de Abinader ha sido interpretada como fruto de su capacidad de comprender y asumir posturas flexibles, teniendo en cuenta las serias dificultades económicas en que asumirá la jefatura del Estado y con una visión y compromiso de nación, más allá de los intereses políticos y partidarios.

La estabilidad macroeconómica es una pieza clave para el buen desempeño de la economía nacional en todos los órdenes, y la política seguida por Valdez Albizu en el Banco Central ha sido un factor determinante para ese importante logro, aun en medio de la crisis sanitaria del coronavirus que ha disparado en varios puntos la tasa del dólar, no solo en el país sino también a nivel mundial.

Las reservas de divisas mantenidas a través de una política monetaria prudente, inyecciones al mercado y otras medidas adoptadas en el momento preciso, han evitado hasta el momento que la tasa del dólar sobrepase la barrera del 60 por uno frente al peso dominicano.

Como economista de profesión,
Abinader probablemente ha ponderado que no puede exponerse al inicio de su presidencia al riesgo de que el dólar siga aumentando y, consecuentemente, depreciando el peso, lo que tendría efectos incontrolables sobre la inflación, por encima de los niveles a que ha llegado como resultado de la pandemia.  

La confirmación de Valdez Albizu en las riendas del principal órgano económico del país ha tenido un efecto tranquilizante, principalmente en la banca comercial y en otros agentes de la economía, ya que su gestión ha sido reconocida y ponderada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y organismos económicos multilaterales por las buenas relaciones mantenidas a través de décadas con esas entidades financieras.

Con ésta y otras designaciones hechas con suficiente antelación a su toma de posesión, Abinader ha inaugurado un nuevo estilo como estadista, permitiendo de este modo que los ciudadanos conozcan a los futuros funcionarios de su gobierno y puedan con tiempo indagar por cuenta propia sus antecedentes, historial y capacidades profesionales, además de la integridad personal, uno de los aspectos a los que el presidente electo le ha asignado especial importancia al nombrar a Milagros Ortiz Bosch como encargada de ética y transparencia.

Al acceder al pedido de Abinader de continuar en el Banco Central, Valdez Albizu demuestra también su comprensión acerca de la delicada coyuntura por la que atraviesa el país y su vocación de servicio para seguir poniendo su experiencia en beneficio de las instituciones y los intereses nacionales, que están más allá de la vinculación con una determinada administración pública.

Para que Valdez Albizu pueda continuar implementando las políticas monetarias que le han dado éxito, Abinader deberá lograr que su equipo económico mantenga una armoniosa comunicación y sentido de colaboración con el Banco Central para evitar cualquier eventual asomo de desacierto en materia macroeconómica.

Para poder cumplir su proclamado compromiso desde la campaña electoral, y después de ganar las elecciones de enrumbar al país por senderos seguros, manejando por un lado la crisis sanitaria mientras estimula la recuperación de la economía estimulando la creación de empleos, la producción y el comercio, Abinader tiene cifrada en este equipo su principal objetivo y expectativa y podrá lograrlo si aplica la máxima de que un buen gerente general es como un director de orquesta, que no tiene que saber tocar ningún instrumento, pero sí identificar cuando desentona alguno de los instrumentistas.

Con razón, Drucker postulaba que “la meta del marketing es conocer y entender al cliente tan bien que el producto o servicio le encaja y se vende solo”.