La mayoría de los que nacieron desde finales de la década de 1980 hacia atrás, tienen el recuerdo de que el “vehículo de la familia” (ya que era poco común en las familias de clase media dominicanas tener más de un vehículo) había que encenderlo y dejarlo unos minutos con cierto nivel de aceleración para que “caliente” antes de salir.
Esto así debido a que, de no ser de esta manera, se estaría apagando constantemente hasta llegar a su temperatura de operación, lo cual resultaba ser bastante desagradable e incómodo.
Todo esto tenía origen, principalmente, en el sistema de alimentación de combustible, el cual es el encargado de realizar el suministro de gasolina a los cilindros. Este sistema utilizaba un dispositivo llamado Carburador, el cual resultaba ser bastante ineficiente en encendidos en frío, ya que no dosificaba la mezcla correcta aire/combustible que el motor necesitaba para operar en temperaturas muy por debajo de las habituales de operación. Ya luego de unos minutos, y que el motor empezaba a tomar temperatura, se empezaba a regularizar el funcionamiento hasta llegar a operar de manera normal, sin embargo, debíamos ser pacientes para esperar este lapso de tiempo.
Afortunadamente, tras la llegada de la década de 1990, los vehículos fueron dejando atrás los sistemas de alimentación de combustible a Carburador para migrar a Sistemas de Inyección computarizados, los cuales podían variar la dosificación de combustible dependiendo de la temperatura del motor. Esto era logrado utilizando sensores de temperatura más desarrollados, termostatos que bloquean el flujo de líquido refrigerante para que el motor adquiera temperatura más rápido, así como sensores de mezcla de combustible para determinar la cantidad correcta a suministrar dependiendo de las condiciones atmosféricas; asimismo, altura sobre el nivel del mar, temperatura del motor, entre otros.
Habiendo hecho todo este preámbulo, luciría quedar implícito que en los vehículos modernos no es necesario “calentarlos” y que podemos encender, y de inmediato iniciar nuestra travesía como la mayoría hacemos, no obstante, no es del todo de esta manera. Aun en los vehículos más avanzados es recomendable dejarlos entre 30 segundos y 1 minuto encendidos en las mañanas antes de salir, lo cual permite prolongar la vida de nuestro motor.
Ahora bien, la pregunta que automáticamente tenemos en nuestra cabeza es: ¿Por qué?, y la respuesta se asocia a la lubricación. Sucede que durante la noche, o en un lapso mayor a 6 horas de inactividad, todo el aceite del motor desciende al depósito inferior (“crank” o cárter, llamado coloquialmente).
Entonces, cuando encendemos, lo recomendable es que dejemos el motor entre 30 segundos y 1 minuto encendido sin mover el vehículo y sin acelerar, de manera que el lubricante pueda irrigar y lubricar todos los componentes móviles al interior del motor adecuadamente antes de someterlo a la carga de propulsión o traslación del vehículo.
Si adoptamos esta práctica que no nos toma mucho tiempo, tendremos un motor con mayor durabilidad, lo cual se transfiere en ahorros a largo plazo para nuestro bolsillo.
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