Esperar hasta el sábado para ver una película que transmitirán por cable es un hecho que cada vez ocurre menos… Ya los consumidores tienen el “control” en las manos: deciden qué ver, cuándo verlo, dónde verlo y a través de qué dispositivo. Todo esto, gracias al streaming, que ha democratizado el contenido digital.
A finales de los años 90, y los primeros años del nuevo milenio, ir a Mr. Movie, Home Movie, Movie Max, entre otras tiendas de alquiler de películas, era la opción perfecta para quedarse en casa un fin de semana.
Incluso, Netflix, en esos tiempos, era una tienda de alquiler de películas que operaba en California, Estados Unidos, en 1997… Es decir, el gigante del streaming actual era precisamente un lugar como los antes mencionados.
La diferencia fue que Netflix no se quedó en el viejo milenio, sino que evolucionó con el tiempo, y en 2007, esta empresa inició su servicio de vídeos, pero exclusivamente para ser usado a través de computadoras personales. Luego, a partir de 2008, se agregaron diferentes dispositivos para acceder al catálogo por streaming, como consolas de videojuegos, televisores inteligentes, smartphones, tab letas, etc.
Sin embargo, 14 años después, Netflix domina el mercado mundial del streaming, ya que participa en todo: desde la producción de obras audiovisuales, la creación o adquisición del producto, y hasta su difusión mundial.
Sin lugar a dudas, Netflix fue la primera plataforma en compartir contenido digital en streaming, pero hoy en día no es la única. Prime Video, de Amazon; HBO Max; Movistar+; Disney Plus, y Paramount Plus se han sumado a la competencia del contenido en streaming.
Muchos dirán que el futuro es el streaming, pero en realidad, en 2007, “el futuro era el streaming”… Lo que pasa es que la mayoría “no entendió el negocio” y se quedó rezagado, y hoy recién están viendo que el streaming es el presente.
Pero, ¿por qué tiene tanto éxito el streaming?
Si bien, el streaming había logrado la atención del público con series y películas que andaban de boca en boca, la pandemia logró darle el boom que necesitaba. La demanda subió de manera exponencial y los servicios de streaming fueron los que más crecieron en el 2020 y 2021. Empresas como Netflix, Amazon Prime Video o Hulu consiguieron millones de clientes nuevos en pocos meses, pese a la aparición de nuevos formatos, como Disney+ o HBO Max.
Durante estos dos años de pandemia, el número de seguidores de los canales de contenido en directo se ha incrementado notablemente. Según Statista (Portal de Estadísticas), hasta septiembre de 2021, Netflix contaba con más de 213 millones de usuarios; Amazon Prime, con 200 millones; Disney Plus, 104 millones; HBO y HBO Max, 64 millones de usuarios.
En el caso de Netflix, solo de julio a septiembre de 2021, la plataforma de contenido en línea agregó 4.38 millones de suscriptores, hasta alcanzar un total de 213.6 millones en todo el mundo. Todo esto, tras el lanzamiento de “El juego del calamar”.
Netflix cerró 2013 con unos 3 millones de suscriptores, y ya en 2015, había superado los 5 millones.
Estas cifras dejan claro que es un negocio que está viento en popa. Desde el principio, estas plataforma lograron la atención del público por sus contenidos originales. Por ejemplo, Netflix lideró este sector de streaming de contenido audiovisual durante mucho tiempo y esto fue debido a su contenido propio.
La serie que logró catapultar a la fama a Netflix fue una de las primeras que produjo, “House of Cards“, protagonizada por Kevin Spacey, en el año 2013, y que fue su primera serie original. Tras el estreno de esta serie, la plataforma comenzó a incrementar la cantidad de suscriptores considerablemente, y el año pasado sucedió lo mismo con “El juego del calamar”.
Sin duda, esta es la nueva punta de lanza del streaming en 2022: tener un contenido que solo se pueda ver a través de su plataforma… Algo similar a lo que hizo HBO en 2011 en el cable, cuando logró la gloria con “Juego de Tronos” (Games of Thrones), una serie de la que todo el mundo hablaba, y que posteriormente se masificó mundialmente en streaming.
¿La televisión correrá la misma suerte que las tiendas de alquilar películas?
Hoy, la televisión tiene que verse en ese espejo. Actualmente, los usuarios son los que deciden qué quieren ver, cuándo verlo y dónde verlo. Definitivamente, el contenido es el rey. Para que la televisión pueda mantener el interés de los televidentes tiene que hacer un esfuerzo en crear contenidos creativos, innovadores y que capten la atención del público, el cual tiene cada vez sus intereses más segmentados.
El Internet, los teléfonos móviles y las tabletas han cambiado los hábitos de consumo de contenidos de los televidentes. Cualquier contenido audiovisual puede ser visto online en cualquier momento del día, y en cualquier lugar.
El tema de que con el contenido online pueda verse en el momento más adecuado, para cada persona, hace que la televisión tradicional ya no sea el principal medio de entretenimiento, ya que se ha visto desbancado por los contenidos online. El streaming es el presente y el futuro de la televisión. Ahora el consumidor valora poder acceder a cualquier vídeo, bien sea en directo o a la carta, e incluso la posibilidad de poder interactuar.
La televisión online permite conocer mucho mejor a la audiencia a través de un análisis más preciso y completo. Se conoce mejor qué contenidos interesan al público, a qué hora ver los programas, desde qué dispositivo, etc.
Ver la televisión ya no necesita cables ni antenas: con una conexión a Internet es suficiente. La televisión de hoy pasa por contenidos especializados dirigidos a un público específico. Una programación online para ser vista tanto en directo como a la carta, donde el telespectador controle en todo momento la reproducción.
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