Mientras las valientes mujeres de Ucrania luchaban por la libertad y la independencia de su territorio ante la avasallante, cruel y desafiante invasión de Rusia, en Santo Domingo una niña representaba, en una sesión escolar con motivo del mes de la patria, el papel jugado por Juana Saltitopa en la guerra de independencia nacional y para ponerse en su piel lució ataviada con un Madrás, un pañuelo de colores brillante semejante al que llevaba en fiero combate la heroína y mártir dominicana.
Símbolo del heroísmo femenino, Juana de la Merced Trinidad, fue mejor conocida en su época como Juana Saltitopa y así ha quedado plasmado a lo largo de la historia por haber sido una niña traviesa y rebelde, además de que en su vida adulta se ganó el título de “La Coronela” por su desempeño como activista militar.
Angela Tabares, una niña de 7 años, encarnó el papel de Juana Saltitopa durante el acto organizado por el centro preescolar Tía Pamela para celebrar el mes de la patria y transmitir a los niños el sentido y trascendencia de las gestas heroicas libradas por los forjadores de la nacionalidad dominicana.
Aunque el objetivo primario de este tipo de actividades escolares es promover el conocimiento y valorización de la juventud sobre las figuras que descollaron en jornadas patriotas, al rememorar el historial de Juana Saltitopa se logra un doble significado porque este heroína fue un ejemplo, dentro de su época y circunstancia, en la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad y su desarrollo íntegro como persona y para ser reconocidas en igualdad frente al hombre.
A lo largo de la historia, y dentro de un repertorio de “citas citables”, frases célebres que han trascendido por su enjundia en el tiempo, literatos, poetas, escritores, ensayistas y grandes figuras del escenario internacional han tenido expresiones muy laudatorias y originales para destacar el papel que han desempeñado las mujeres en diferentes esferas.
Por ejemplo, Kofi Annan, exsecretario general de las Naciones Unidas y Premio Nóbel de la Paz, en una ocasión dijo que “en sociedades destrozadas por la guerra, frecuentemente son las mujeres las que mantienen a la sociedad en marcha. Son las principales defensoras de la paz” y en el actual conflicto bélico de Ucrania podría agregarse que también son las intransigentes y esforzadas defensoras de la soberanía.
En el marco de la celebración del día internacional de la mujer, es relevante también recordar las ponderaciones que las féminas han recibido, no a manera de elogio ocasional, sino de justo reconocimiento a los roles de relevancia desempeñados, como señaló la líder indígena y activista guatemalteca Rigoberta Menchú, también Premio Nóbel de la Paz, al afirmar que “una mujer con imaginación es una mujer que no solo sabe proyectar la vida de una familia y la de una sociedad, sino también el futuro de un milenio”. Tanto en el pasado como en el presente estas palabras tienen una vigencia respaldada por hechos prominentes en que las mujeres han tenido un protagonismo de primer orden, siendo ejemplos para las futuras generaciones.
Gabriel García Márquez, Premio Nóbel de Literatura, en su momento también se unió a las figuras que han puesto de relieve el protagonismo femenino en defensa y sostenimiento de la familia como base fundamental de la sociedad. Por eso, sostuvo con preclara visión que “habrá siempre una mujer tal que, aunque el Universo se derrumbe, estará preocupada por su hogar”. Las patriotas ucranianas son una muestra de esa sacrificada vocación.
Además de temple y carácter irreductible, la mujer ha sido ponderada y reconocida por su buen tacto para manejar situaciones en que están en juego de manera crucial el dinero y el sostén económico en un sinnúmero de actividades. Benjamín Franklin, uno de Padres Fundadores de EstadosUnidos, además de editor de periódicos e inventor, así lo reconoció al afirmar: “Quien quiera ver prosperar sus negocios, consulte a su mujer”.
Según Rubén Darío, el gran poeta de Nicaragua, autor de “juventud divino tesoro, ya te vas para no volver, “sin la mujer, la vida es pura prosa”, o sea sin la posibilidad de la exaltación emotiva que permite la poesía como la expresión humana más sublime.
En un mundo todavía donde todavía predominan mucho las ideas y actitudes machistas, en algunos medios se presente a la mujer con una imagen de fragilidad que no se corresponde con su nueva realidad en el mundo presente. Por era razón, Mahatma Gandhi, el pensador y político que impulsó la desobediencia civil no violenta, siempre planteó que “llamar a las mujeres el sexo débil es una calumnia; es la injusticia del hombre hacia la mujer”.
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