Vivimos en la era de los titulares y de la comunicación global y digital, donde más allá de los medios de comunicación tradicionales, cada individuo a tan solo un “click” tiene acceso a cualquier información producida en cualquier rincón del mundo.
Ante esta inmediatez noticiosa con informaciones empaquetadas hasta en 280 caracteres, el lograr captar la atención de la audiencia, con un mensaje coherente, claro y preciso, se convierte en todo un reto.
Cualquier persona sabe hablar, pero no todos saben comunicar. El ejercicio profesional requiere de la palabra hablada como una herramienta de trabajo y, sin duda alguna, aquellos que cuentan con habilidades comunicativas logran tener mayor éxito e impacto en lo profesional y personal.
No es casual cuando vemos a ciertos funcionarios, políticos y figuras públicas, haciendo un uso desacertado de su comunicación y oratoria, impactando negativamente su imagen y hasta su reputación, a nivel personal y de la institución que representa. En ocasiones, provocan con sus declaraciones mayores crisis de las que ya tienen. En el sector público y privado, en la política y en las corporaciones, todos tienen algún tipo de vinculación con los medios de comunicación y plataformas digitales; ser partícipes de ellos requiere de preparación.
Ser portavoz demanda de ser algo más que un simple transmisor de información o de mensajes. Es saber manejarse ante las diferentes audiencias y canales de comunicación; ser capaz de conversar y empatizar con sus diversos públicos; saber explicarse, así como tener muy claro el contexto de sus intervenciones y sus mensajes. Saber responder de manera breve, comprensible, concisa, en un lenguaje cercano y positivo. Incluso, ante cualquier situación de crisis, con explicaciones convincentes que contribuyan a aclarar la situación.
Candidatos, políticos, empresarios, ejecutivos a cualquier nivel, todos sin distinción, al asumir una posición deben incorporar en su agenda como una prioridad, el entrenarse para comunicar y hasta para debatir ante cualquier audiencia, escenario o medio de comunicación. Tener claro que contar con la formación comunicativa, habilidades y técnicas requeridas les permitirá poder transmitir con seguridad un mensaje relevante que marque la diferencia. Prepararse para convertirse en un vocero efectivo y eficiente, logrando confianza, control y credibilidad.
Comunicar, persuadir, impactar, conectar, ser creíble, entendido y recordado, va más allá de tener facilidad de expresión, hablar bien o hablar bonito. Si no consigue lo antes mencionado, usted no es un buen orador. La oratoria y la comunicación pública son herramientas indispensables para el liderazgo.
Decía el político y exvicepresidente de los Estados Unidos, Hubert H. Humphrey, que “siempre es un riesgo hablar con la prensa: suelen publicar lo que dices”.
Sin duda alguna, el arte de la comunicación sigue siendo una asignatura pendiente.
Forma de pago: transferencia o depósito en el banco BHD León a la cuenta 27190380011
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