Desde hace casi una década, las grandes operaciones financieras y de negocios se han visto profundamente impactadas por el alto nivel de exposición al que son sometidas como efecto del surgimiento y popularización de las redes sociales y los medios de comunicación digitales.
En nuestros días, firmar complejos acuerdos de no divulgación ya no es suficiente para evitar que los detalles de una negociación se hagan públicos o se viralicen y, consecuentemente, pongan en jaque la viabilidad de un gran negocio.
Por esto, resulta imprescindible que, como parte de todo plan de ejecución, los directivos incluyan los componentes de comunicación y asuntos públicos, con el fin de garantizar el éxito de la operación mientras se resguardan o potencializan los activos reputacionales de las partes envueltas.
Planificación estratégica de la comunicación
El rol de un buen acompañamiento de comunicación en operaciones de gran calado, es poder tener la suficiente visibilidad de los riesgos de cada etapa del negocio y, por ende, determinar cuáles son los mensajes claves para cada etapa; los canales idóneos para comunicar dichos mensajes, así como las diferentes reacciones que podrían ser necesarias en caso de que se produzca un resultado indeseado.
Asuntos públicos preventivos
En cuanto al rol de los asuntos públicos en el cierre exitoso de grandes operaciones financieras, la tendencia global indica que hemos pasado de un modelo de interacción reactiva a uno preventivo.
En un modelo preventivo, los actores del negocio procuran gestionar previamente, hasta el alcance que permita la confidencialidad de la operación, y la correspondiente licencia social que otorgan sus respectivos grupos de interés. Esto garantiza que, ante la posible exposición indeseada del proceso y la posibilidad de perder el control de la narrativa, la operación pueda ser salvada y reencausada al contar con el apoyo de los respectivos grupos de interés.
Algunas recomendaciones
En la fase previa, se debe contar con un mapa de riesgos con probabilidad de ocurrencia e impacto potencial en la operación y sus protagonistas; un protocolo de acción derivado de dicho mapa de riesgos; materiales de comunicación básicos con los que poder actuar, y un acompañamiento cercano para adaptar la estrategia de acción planteada para toda la operación.
Durante la fase de lanzamiento o puesta en conocimiento público de la operación, las partes deben tener visibilidad de aquellos mensajes que potencien el impacto de la operación o, en su defecto, que minimicen los riesgos que pueda generar cualquier reacción posterior a la ejecución de esta.
Pero como dijimos al inicio del presente artículo, aún después de cristalizada una operación de negocios o financiera, la misma puede sufrir impactos indeseados que generen daños a los activos reputacionales de quienes la ejecutan.
Por eso, durante la fase de seguimiento a la puesta en conocimiento público de la operación, las partes deben darle continuidad al sistema de monitoreo de conversación digital; hacer rondas de interacción con directivos de medios y líderes de opinión, con el fin de socializar de primera mano los detalles de la operación; así como tener disponibles materiales reactivos de comunicación y gestión de asuntos públicos.
Como pueden ver, el ejercicio y gestión de la comunicación corporativa y los asuntos públicos, hoy son elementos obligatorios para garantizar la salud y éxito de cualquier operación financiera o de negocios, aportando elementos que en el pasado no se solían tener en cuenta.
Forma de pago: transferencia o depósito en el banco BHD León a la cuenta 27190380011
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