A lo largo de mi ejercicio de varias décadas en diferentes medios de comunicación, he tenido gratificantes experiencias sobre el desempeño eficiente, responsable y muy profesional de la mujer dominicana como reportera, y también en delicadas funciones ejecutivas que requieren mucha visión y equilibrio.
Como reportera, la mujer debe ser emprendedora e intensa en la búsqueda de las noticias y desplegar esfuerzos con agudeza y voluntad para conseguirlas, no dejándose doblegar por obstáculos y dificultades que surjan en el camino.
En la esfera ejecutiva, o sea, teniendo propiamente responsabilidades de gestión gerencial, por ejemplo, en la subdirección de un periódico, en la jefatura de redacción y en mandos medios de la producción y coordinación de noticieros de televisión, se requieren capacidades adicionales que la mujer dominicana ha demostrado que puede ejercerlas con absoluta plenitud.
Por una penosa visión machista que en alguna medida prevalece, la mujer dominicana no tiene aun de las mismas oportunidades que los hombres para ocupar posiciones ejecutivas en el periodismo, aunque en los últimos tiempos, se han abierto campo a base de tesón, temple y probada capacidad.
A modo ilustrativo, en prensa escrita, tuve una experiencia de primera mano trabajando muy de cerca con Arelis Peña Brito y Vivian Jiménez, dos periodistas, que a lo largo de su carrera, se han destacado por su gran competencia, además de una seriedad a toda prueba que debe ser un indispensable requisito en cualquier medio que se respete y que tenga la credibilidad como un alto estandarte.
En cuanto al periodismo de televisión, puedo citar a otras dos competentes y ejemplares periodistas que se han distinguido en mandos ejecutivos en noticieros de SIN: Haydée Ramírez, quien coordinaba sin asistentes el noticiero estelar de ese medio, y Ninoska Martínez, actual productora de las emisiones noticiosas de los fines de semana.
En cuanto a Arelis y Vivian, desde que comenzaron su labor como reporteras, sobresalieron por su talento y prosa clara y creativa. Estos elementos distintivos solo se logran cuando los periodistas asumen con mucho esmero su trabajo, y se empeñan en cultivarse constantemente para ampliar sus horizontes profesionales.
Ambas compartieron labores en el desaparecido vespertino Ultima Hora, cuando era dirigido por Ruddy González, quien con su trato y manejo gerencial, armonizaba de tal manera la redacción, que en la práctica cotidiana, constituía una gran familia, en un ambiente de amistad y franca camaradería que no siempre se da en las redacciones.
Vivian llegó a asumir con mucho dominio y eficiencia funciones ejecutivas como coordinadora editorial de la edición dominical, que traía trabajos especiales de agenda propia. Luego, fue jefa de Redacción en El Caribe y, en una ocasión, ante la ausencia circunstancial del Director y la Subdirectora, estuvo al frente del matutino y el desempeño fue admirable. Algunos desconfiados quedaron sorprendidos porque apostaban a su fracaso. En mi caso, la reacción fue de gozosa satisfacción porque confiaba plenamente en su tino y profesionalidad.
Los trabajos asignados a Arelis se distinguían por el empeño que ponía para lograr siempre un enfoque creativo, ameno y novedoso, que captaba la atención de los lectores. Por su dedicación, llegó a ocupar la Subdirección del periódico El Caribe, posición desde la cual se destacó por su integridad ética, además de su buen sentido y nivel profesional, porque en ocasiones fungió como editorialista. Actualmente, vive en Estados Unidos, donde produce sola el semanario Acontecer Latino, una verdadera proeza difícil de remedar.
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