En la era de la comunicación digital, las marcas con frecuencia luchan por mantener una exposición constante mientras se enfrentan a los riesgos de la hiperconectividad, todo por alcanzar la tan anhelada visibilidad dentro de espacios por demás saturados de información.
Muchas empresas aún se enfocan en estrategias tradicionales para lograr posicionamiento, y aunque la presencia de las marcas, la publicidad y la interacción de la marca gráfica con los usuarios continúan siendo importantes, debemos reconocer que su efectividad ha mermado, cediendo su gran poder al intercambio de conocimiento y a compartir experiencias con un tono humano.
Es esto, precisamente, lo que promueve el concepto de Liderazgo de Ideas, o como es conocido el término en inglés: “Thought Leadership”. Este se refiere a la acción de personas o empresas referentes de un sector que comparten conocimientos e información de valor con su audiencia, teniendo un impacto que se asocia de inmediato con la marca o empresa, aunque no hable de ella. Esta práctica se ha convertido en la herramienta más efectiva dentro de la gestión de comunicación, ya que su uso contribuye directamente a construir una relación de largo plazo con los públicos a través de diferentes canales.
El poder del Liderazgo de Ideas radica en que las audiencias logren percibir a los actores de la organización que lo implementan como referentes, posicionándolos como líderes de la materia y, de este mismo modo, traspasando de forma orgánica este posicionamiento a la marca que representa.
Al hacer uso de esta táctica dentro de la gestión estratégica de contenidos, logramos comunicar de forma atractiva buenas prácticas, conocimientos o casos de éxito. Esta puede darse a través de publicaciones en blogs, redes de uso profesional, webinars, entrevistas, podcasts y eventos, entre otras cosas. Lo que es clave, es que el contenido sea original y que exhiba de forma consistente la filosofía y valores de la empresa.
En este proceso será clave la creación de contenido de valor que proporcionen información útil, o soluciones a problemas a los que se enfrentan las audiencias. Otro elemento crítico para lograr implementar una estrategia de Liderazgo de Ideas exitosa será la coherencia. Tanto la empresa como el líder escogido dentro de la organización, deberán exhibir una conducta 100 % apegada a sus mensajes, logrando que sus acciones lo acrediten para hablar del tema.
Las compañías que adoptan este tipo de liderazgo, como parte de su estrategia de contenido, representan la esencia de lo que verdaderamente hoy día significa ser líderes en la sociedad, y la responsabilidad que esto implica ante el evidente compromiso que asumen frente a sus públicos. Al compartir y poner en conocimiento de manera transparente sus mejores prácticas, contribuyen con su entorno, presentando soluciones que agregan valor y benefician a todos dentro de su sector, sin tomar en cuenta que dentro de los beneficiados se encuentre también su competencia.
La admiración y el posicionamiento que se desprenden de un Liderazgo de Ideas, que se pone en práctica de forma consistente, contribuye también a la construcción de una “marca empleadora” positiva, fidelizando el talento dentro de la organización y atrayendo nuevos profesionales que se identifiquen con esta filosofía. Todo esto se traducirá, sin dudas, en una infinidad de oportunidades que impulsarán el crecimiento del negocio.
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