12 meses, 12 libros. Cuando iniciaba el año 2022, me propuse retomar el hábito de la lectura con propósito. Luego de que el encierro del Covid incrementara la carga laboral y doméstica, y que la falta de concentración nos arropara a unos más que a otros, tocaba retomar viejas costumbres que ayudaran a minimizar la ansiedad generalizada y de a poco ir volviendo a lo que tristemente llamamos normalidad.
Así, en enero 2022, me propuse retomar la costumbre de leer un libro impreso al mes y evitar el libro electrónico, para así asegurar un ritual que me alejara del móvil antes de terminar el día. Casi lo logre. Al año le quedan pocas páginas, y yo me pude completar cientos durante los 11 meses que ya han pasado.
Los libros nos brindan la oportunidad de adentrarnos en el mundo para entenderlo mejor y tener el contexto desde lo histórico. Así aproveche el primer mes del año para terminar el libro El oro en la historia Dominicana, escrito por el historiador Frank Moya Pons, que narra la historia del oro desde que Cristóbal Colón puso sus pies en la isla hasta la llegada de la Corporación Barrick Gold a Republica Dominicana, pasando por las inversiones, los detalles y el alcance real del contrato; los compromisos asumidos en materia medioambiental, así como los momentos complejos vividos por la empresa para contrarrestar la difamación y dar a conocer la realidad subyugada por la desinformación.
Febrero fue de negociación. Cuando llegó a mis manos el ejemplar de Negociando lo imposible, quedé enganchada con la promesa de aprender a eliminar bloqueos y resolver conflictos serios sin dinero ni uso de la fuerza. Sin mayor aspiración que ser una guía de resolución de conflictos, Deepak Malhotra brinda soluciones claras para el manejo de situaciones que parecen no tener solución, pero la tienen.
En marzo, disfruté la recopilación de entrevistas realizadas y publicadas por Rosa Montero durante sus 40 años de preguntas y respuestas en El PAIS, las cuales reúne en su libro El Arte de la Entrevista. Un libro imperdible si trabajas preparando voceros y si eres periodista.
Abril y mayo recibieron la política y el manejo de crisis. Iniciando con El Ocaso de la Democracia, de Anne Applebaum, quien de forma muy llana, ofrece varias lecciones sobre las luchas entre democracia y dictadura; y siguiendo con Luciano Elizalde, y una gran guía didáctica de Estrategias en las Crisis Públicas, en el que se propone un nuevo concepto de crisis y en donde se redefine la función de la comunicación bajo un modelo de anticipación y un modo sistemático para gestionar la información.
El verano trajo consigo los temas de género, y así me adentre con Silvia Hewllet a entender el #Metoo en el mundo corporativo, una compilación de cómo el poder y el privilegio se hacen presente en las grandes empresas y corporaciones, trazando pautas de cómo contrarrestarlo.
Por último, Relata, que Algo Queda. Dos autores españoles (Burguera-Serra y Anna Tarrago) arrojan su parecer sobre la lucha por la construcción del relato en lo político, destacando las nuevas tendencias sobre la narrativa en la comunicación política.
Estos títulos, lejos de ser mis favoritos, destacan porque, de una forma u otra, fortalecieron mis conocimientos a nivel profesional y me aportaron una nueva mirada a los temas que me apasionan. En cada uno de ellos, pude encontrar una ayuda que en algún momento sirvió de salvavidas, una idea aprovechable o una frase memorable. Una oportunidad de aprender y desaprender.
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