¿Por qué el pedal de freno en vehículos automáticos es más ancho que en manuales?

Lo cierto es que se ha especulado mucho con el pasar del tiempo, creando diversas teorías que en diferentes foros se han adueñado de la justificación de esta peculiar particularidad. Hay algunas teorías que basan su argumento en el factor estético, mientras que otras lo asocian a tener un blanco más fácil de identificar en momentos de emergencia. Sin embargo, la razón fundamental (sin dejar de lado las anteriormente citadas) se remonta más atrás, justo a los inicios de la utilización de este tipo de transmisiones automáticas.

Y es que, cuando se decidió a instalar las transmisiones automáticas en la década de 1940 por General Motors, todavía faltaban muchos años para que los frenos asistidos (frenos suavizados con el vacío producido por el motor) estuviesen presentes en los vehículos. Dada esta razón, la efectividad de una buena frenada dependía de qué tanta fuerza teníamos en nuestras piernas y, por ende, con qué tanta fuerza pisábamos el pedal del freno. 

A diferencia de los vehículos con transmisión manual, en los que podíamos disminuir velocidad bruscamente apoyados en disminuir los cambios, en el automático la única alternativa era dependiendo de los frenos. Por esta razón, se ideó un pedal del freno lo suficientemente ancho que permitiese que, ante una frenada de emergencia, el conductor pueda pisarlo con ambos pies y aplicar toda su fuerza a la frenada.

Esta condición precedentemente indicada, fue la que originó esta variación en el pedal, la cual se mantuvo a lo largo del tiempo de la misma manera, inclusive, ya entrada la época de los frenos asistidos en la década de 1950, los cuales contaban con una suavidad que no ameritaba una frenada con ambos pies. No obstante, el tamaño del pedal de freno se mantuvo de gran tamaño, ahora por otras razones: primero, para hacer juego con el tamaño agrandado y lujoso de esos enormes automóviles de la época y, segundo, para mantener ese espacio estéticamente agradable a la vista. De hecho, se empezó a decorar los pedales con incrustaciones de aluminio, elementos que hasta hoy día se ven en modelos deportivos. 

Ya con el pasar de los años, ese enorme pedal de freno fue disminuyendo gradualmente su tamaño en la misma medida en que el tamaño de los automóviles fue disminuyendo, sin embargo, todavía mantienen un tamaño prácticamente estándar por encima del que traen los equipados con transmisión manual, este último no más grande por elementos de espacio. 

En el caso de los modelos europeos, el tamaño del pedal del freno prácticamente no tiene variación entre automáticos y manuales, lo cual se debe a que la transmisión automática en ese continente no fue muy común sino hasta hace pocas décadas, en donde ya los vehículos venían equipados con frenos más actualizados que no ameritaban pedales de mayor tamaño. De hecho, hay muchos países europeos en donde la transmisión automática es una rareza, todavía hoy en día. 

Otro elemento que, de seguro hemos notado, es que el pedal de freno está mucho más alto que el acelerador, lo cual también obedece a una razón de seguridad, ya que teniendo esta diferenciación en altura, prácticamente elimina el riesgo de que en una frenada brusca, por error, puedan presionarse ambos pedales a la vez, trayendo consigo el riesgo de acelerar mientras se frena con consecuencias fatales. 

Como es notorio, todo lo que vemos como una constante en la industria automotriz, obedece a una razón justificada la cual ha permanecido, en la mayoría de los casos, por costumbre o por preferencias de los consumidores. Esto así, considerando que no debemos perder de vista que cada elemento de este tipo incide en el costo de producción en masa, por lo que mantenerlo debe todavía representar un elemento de valoración por parte de aquellos quienes pagan por este preciado medio de transporte.