El concepto de liderazgo femenino nace desde el momento en que las mujeres empiezan a asumir un rol de relevancia en la sociedad, no solo a nivel político, sino también en las carreras universitarias. Sin embargo, es un concepto que va más allá de ocupar una posición de alto nivel en una organización. Existe evidencia robusta de que cuando se tienen mujeres en roles de liderazgo, se puede lograr mejor bienestar en la organización. Se fortalecen las estructuras con un pensamiento basado en la empatía y la cooperación.
El concepto de liderazgo femenino nace desde el momento en que las mujeres empiezan a asumir un rol de relevancia en la sociedad, no solo a nivel político, sino también en las carreras universitarias. Sin embargo, es un concepto que va más allá de ocupar una posición de alto nivel en una organización. Existe evidencia robusta de que cuando se tienen mujeres en roles de liderazgo, se puede lograr mejor bienestar en la organización. Se fortalecen las estructuras con un pensamiento basado en la empatía y la cooperación.
Un estudio, elaborado por el World Economic Forum, arroja cifras significativas; a pesar de que las mujeres representan el 43 % de la fuerza laboral a nivel mundial, solo el 36 % de los cargos gerentes del sector privado, y de los puestos de funcionariado del sector público, son mujeres.
Con respecto a los cargos en consejos de dirección, el porcentaje desciende al 18.2 % a escala global, es decir, que nos queda un largo camino por recorrer. Sin embargo, entiendo que este número debería comenzar a acelerar en los próximos años, impulsado por una intensificación de las políticas proactivas de igualdad en el ámbito público, una mayor concienciación sobre el impacto positivo del liderazgo femenino en el mundo empresarial, y mejores políticas que apoyen el balance vida – trabajo de la mujer en el sector productivo.
En el contexto local, cada día, la mujer dominicana va asumiendo un rol más relevante en todos los aspectos. Muestra de ello, es que hoy ocupan cargos notables, incluso algunos que antes eran solamente dominados por los hombres. Grandes empresas, como la que represento, promueven actualmente políticas de igualdad de género, diversidad e inclusión, entre otras acciones, que están contribuyendo a una mayor incursión del género femenino en el mercado laboral.
Igualmente, tanto en el sector público como en el privado, tenemos localmente a mujeres capacitadas ocupando posiciones de poder, lo cual le va abriendo el camino a muchas otras más. El hecho de contar durante varios gobiernos dominicanos con vicepresidentas no solo es de inspiración, sino que nos demuestra que no hay límites para las mujeres en cualquier área.
Siempre he insistido en que nuestro rol como mujeres debe centrarse en empoderar y motivar a nuestras niñas para que vean que la participación de la mujer líder no se limita a un grupo, sino que es parte de todas.
También, es fundamental generarles las oportunidades necesarias para que puedan formar parte del encadenamiento productivo, y las condiciones para que ellas se puedan desempeñar con éxito en su carrera profesional y compaginar su rol de madre, en caso de que así deseen serlo.
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