Hoy quiero hacerte una pregunta: ¿Qué es para ti la belleza? La respuesta es subjetiva, todo dependerá del cristal con que se mire. Incluso, hasta de la cultura o sociedad donde se esté. Lo que para una persona es bello para otra no lo es.
Las redes sociales y, en especial Instagram, han influenciado e impactado profundamente en la construcción de estereotipos distorsionados y cánones ideales de belleza que no se corresponden con la realidad. Las consecuencias por querer alcanzar esos “ideales” posteados de manera truqueada, falsa, inventada o veraz, están teniendo un alto impacto físico, emocional y psicológico en jóvenes y adultos, al punto de convertirse en un tema preocupante al cual debemos prestar atención.
Utilizar inadecuadamente las redes sociales conlleva ciertos riesgos desde la presión social, la comparación, el “cómo debo ser físicamente a costa de lo que sea”, “bullying”, agresión verbal y emocional, violencia, insatisfacciones, entre muchos otros. Imagínense este escenario en niñas y adolescentes, en cuyos múltiples casos tienen efectos devastadores y conducen a una autoimagen negativa, baja autoestima, anorexia, ansiedad, depresión, incluso hasta el suicidio.
Esta problemática social, desde hace casi dos décadas, ha sido estudiada por Dove, impulsándola a desarrollar una nueva visión de la marca y actuar como agente de cambio para educar a niñas, niños, jóvenes y mujeres adultas en una definición más amplia y profunda de la belleza. A través de este movimiento y compromiso social, fortalecen, inspiran y motivan a todas las generaciones a celebrar la belleza real.
El fenómeno y éxito de las campañas y audiovisuales de Dove, presentando esa relación de las mujeres con la belleza y con su interior, remueve las fibras emocionales menos sensibles. ¿Saben por qué? Porque es la cruda realidad de lo que se está viviendo.
Hablemos de Mary. La historia real y conmovedora de esta niña, y el impacto dañino y tóxico que las redes sociales, puede causar en la vida de una persona joven, producto de las imágenes de belleza percibidas, tendencias y supuestos consejos que Mary encuentra en ellas. “El costo de la Belleza”, la nueva campaña de Dove, un audiovisual poderoso de tres minutos que retrata la incidencia perjudicial de un contenido de belleza no saludable en el bienestar físico y emocional de los niños y adolescentes.
Es cierto que las redes sociales son parte de la vida de jóvenes y adultos y, por ende, debemos crear conciencia de que todo lo que publicamos habla por nosotros e impacta al que menos imaginamos. Cada palabra y cada gesto que exhibimos, van de inmediato al archivo que los demás tienen en su cerebro con nuestro nombre, y allí se procesan y se reacciona, siendo nosotros responsables de tan delicado proceso. Seamos coherentes como individuos, profesionales y como parte de un núcleo familiar.
Como dice Dove, la belleza debe ser una fuente de confianza, no de ansiedad, y a ningún joven se le debe impedir alcanzar su máximo potencial. Como padres y adultos prestemos atención, dialoguemos, eduquemos, acompañemos a nuestros hijos de manera presente para que nos sientan; supervisemos, trabajemos la autopercepción, el autocuidado, la autoestima corporal, la autoconfianza. Creemos conciencia del poder de la autenticidad.
Esto no es un juego. Alcemos la voz y trabajemos juntos por un cambio urgente, trascendental y positivo. Mary puede ser uno de nuestros hijos.
Forma de pago: transferencia o depósito en el banco BHD León a la cuenta 27190380011