Los autos eléctricos vienen a darnos un respiro en contra del maltrato que nos da el medidor del dispensador en la estación de combustible.
Todos debemos recordar históricamente aquellos lentos, sucios, ruidosos y contaminantes motores Diésel de antaño de los cuales siempre queríamos huir. Esa humareda negra cuando se aceleraba causaba un descontento de los usuarios de vehículos livianos equipados con estos motores, quienes también se quejaban de la película de carbón que quedaba en la parte trasera del vehículo que les ensuciaba la ropa y evitaba mantener el “carro limpio”.
Afortunadamente los avances tecnológicos que hemos tenido en las últimas décadas han permitido que la historia actual sea radicalmente distinta. Hoy día contamos con motores a gasoil que tienen un funcionamiento tan potente (brindado principalmente por la inclusión del Turbo a la ecuación), limpio y eficiente como cualquier motor a gasolina o a gas de estos tiempos, permitiendo esto que cada vez haya más personas motivadas a adquirir SUV, Crossovers y Carros equipados con estos modernizados motores de los cuales su principal activo es su elevada potencia a bajas revoluciones y eficiencia en combustible.
Como es de entender, los vehículos que vienen equipados con motores Diésel (y basados en su eficiencia en combustible), pues resultan ser considerablemente más costosos que los que vienen con motores que funcionan con base en otros combustibles, sin embargo hay aspectos vitales en el uso cotidiano y mantenimiento de estos nuevos vehículos con estos motores que debemos siempre tener en cuenta para que nuestra experiencia sea lo más placentera y económica posible.
Lo primero que nunca podemos olvidar es que los motores Diésel manejan temperaturas muy elevadas de manera interna, lo cual hace que sus fluidos tengan una vida útil inferior a la de un motor a gasolina. Es por esta circunstancia que nunca debemos pasarnos en un cambio de aceite y una vez realizado, tratar siempre de utilizar aceite sintético; esto adicionalmente a un cambio de coolant por lo menos una vez al año, ya que en nuestro país se agrega el ingrediente de un clima caluroso que degrada aún más rápidamente la vida útil de dichos fluidos.
Otro aspecto muy importante (y probablemente el más importante de todos) es el combustible que utilicemos, ya que los sistemas de inyección inteligentes de estos motores Diésel nuevos requieren combustibles de alta calidad Premium y bajo en azufre, lo cual no siempre se encuentra disponible en todas las estaciones de servicios de nuestro país, salvo algunas pocas en la ciudad y escasamente en el interior.
Los vehículos de este tipo que se ven más afectados con la baja calidad del gasoil en nuestro país son los europeos, ya que a diferencia de los japoneses y coreanos, son casi completamente manejados de manera electrónica y al momento de utilizar un gasoil de mala calidad de inmediato empiezan los problemas a reflejarse en las pantallas informativas del vehículo.
Finalmente, si queremos disfrutar de la potencia, economía, eficiencia y durabilidad de un motor Diésel, no olvidemos sus cambios de aceite a su debido tiempo y utilizar un gasoil de primera calidad como precedente.
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