Comunicación y liderazgo 

Una de las cualidades de los grandes líderes, es que inspiran, y lo logran a través de la comunicación, bajo el entendido de que lo más importante en la buena comunicación, es ser un escucha activo. 

El líder siempre comunica, y esto no se limita a lo oral. El líder escucha con cautela, presta atención y genuinamente se interesa por lo del otro. Retroalimenta, y lo hace de forma asertiva. 

La comunicación asertiva se basa en expresar una opinión, deseo o valoración sin descalificar, lastimar, irrespetar o subestimar la del otro. 

Un líder, no necesariamente tiene un “pico de oro” con cualidades excepcionales de oratoria, que es el arte de hablar en público. En ocasiones, el líder prefiere el silencio. Aunque el silencio es un arma de doble filo, a veces resulta ser más poderoso que una bala. Callar de forma oportuna es un arte que no todos logramos cultivar. 

El lenguaje humano se compone de sonidos y silencios. Y, desde el silencio, se pueden decir muchas cosas. Es otra forma poderosa de comunicar. 

El líder también comunica con su cuerpo. El cuerpo emite mensajes tanto o más que las palabras. Una palmada, un abrazo, o su presencia en un momento crucial, como cuando lo amerita la solidaridad. 

El líder comunica con una sonrisa, con un apretón de manos, asentando con la cabeza, los dedos o la mirada. Cada líder tiene su forma, su código, sus recursos, su propio libro. En ocasiones, incluso, prefiere escribir y entregar una nota. 

El expresidente de Estados Unidos, el influyente Barack Obama, es un vivo ejemplo de la importancia de una buena gestión de la comunicación para el liderazgo. 

Para muchos analistas, la velocidad del ascenso de Obama se debió, en gran medida, a sus cualidades como orador. Siempre sobresalió sobre sus compañeros por su elocuencia. 

Desde sus discursos, particular sonrisa y lenguaje corporal, Obama proyectaba confianza, seguridad, credibilidad y carisma. Su tono de voz era potente, y sus mensajes claros y directos. 

Él comunicó su visión, persuadió e inspiró a millones, hasta robarles sus corazones en las urnas. 

En fin, la comunicación tiene un enorme poder y está presente en todas las áreas de nuestras vidas. Es una de las cualidades más valiosas que deben cultivar los líderes, especialmente con  empatía, humildad y coherencia.