El liderazgo organizacional ha sido un tema de gran interés para mí a lo largo de mi carrera, especialmente, porque considero que los logros que he alcanzado a nivel profesional, han sido influenciados por el impacto de la gestión de grandes líderes; algunos muy buenos, y otros no tan buenos.
He tenido la oportunidad de observar y experimentar diferentes estilos de liderazgo en diversos entornos, corporativos, industriales, administrativos, entre otros, y en esta estas vivencias, he aprendido que no existe una fórmula única que se deba considerar exitosa. Lo que sí he encontrado, es que los líderes más efectivos comparten algunas características comunes.
En mi opinión, el liderazgo organizacional, se trata de influir positivamente en las personas para lograr objetivos comunes. Un buen líder es capaz de inspirar, motivar y guiar a su equipo hacia el éxito. También, debe ser capaz de crear un ambiente de trabajo positivo y productivo, donde los empleados se sientan valorados y respetados.
En general, en este sentido, he sido muy afortunada, por lo que quiero compartir algunas de las cualidades más importantes que he identificado:
Visión: un buen líder tiene una visión clara de lo que quiere lograr, y es capaz de comunicarla de manera efectiva a su equipo.
Inteligencia emocional: un buen líder es capaz de comprender de autorregularse, y gestionar sus propias emociones, así como las de los demás. Esto les permite crear relaciones sólidas y construir confianza con su equipo.
Comunicación: un buen líder es un buen comunicador, tanto oral como escrito. Es capaz de expresar sus ideas de manera clara y concisa, y es un buen oyente.
Delegación: un buen líder sabe delegar tareas de manera efectiva, y confía en su equipo para que haga su trabajo.
Toma de decisiones: un buen líder es capaz de tomar decisiones acertadas a veces bajo presión, siempre tomando en cuenta una visión integral de los objetivos.
Responsabilidad (Accountability): un buen líder es responsable de sus acciones y las de su equipo. Siempre da la cara por el resultado.
Integridad: un buen líder es honesto y ético, y siempre actúa en el mejor interés de su equipo y de la organización.
Equidad en la gestión: un buen líder reconoce y valora las diferencias de los miembros de su equipo, sabiendo aprovechar las fortalezas y dar soporte en las debilidades.
Por supuesto, no todos los líderes poseen todas estas cualidades, sin embargo, cada vez es más importante que las personas que aspiran a ser líderes se esfuercen por desarrollarlas, sobre todo, con el desafío que representa hoy día la gestión de las nuevas generaciones.
El liderazgo no está definido por un puesto o un título, sino más bien por las cualidades o conductas de las personas, las cuales despiertan motivación y generan influencia positiva en los demás. Ojo: cualquier persona puede ser un líder, independientemente de su nivel jerárquico en la organización.
He aprendido que el liderazgo es un viaje, no un destino. Siempre hay algo nuevo que aprender, y nuevas formas de mejorar las habilidades de liderazgo. Estas suelen ser esenciales para el éxito sostenible de cualquier organización.
Forma de pago: transferencia o depósito en el banco BHD León a la cuenta 27190380011
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