Durante el año 2021, las atribuciones principales a las demoras en producción de la industria automotriz tenían un foco puntual; “La Crisis de los semiconductores o microchips”, sin embargo, desde hace unos meses hasta la fecha, esto se ha convertido en solo uno de los elementos que hoy constituye una ralentización en producción e indisponibilidad de fabricación de automóviles en grandes cantidades.
Y es que, desde finales del año pasado, se ha acentuado el elemento de la crisis en la cadena de suministro que, en adición a la escasez de microchips que todavía prevalece, refieren a otros componentes imprescindibles en la producción automotriz y vitales para la fabricación.
Dentro de los puntos más neurálgicos que ha creado esta crisis en la industria, podemos citar los siguientes, los cuales se desprenden, principalmente, al mercado de oriente, específicamente el chino. Veamos:
· Cierre de mercados: dado el cambio en las políticas de producción industrial china, muchas fábricas han cesado sus operaciones, mientras que otras han disminuido su capacidad operativa a solo algunos días a la semana, todo para tratar de optimizar el consumo energético del país, así como las normativas medioambientalistas.
· Indisponibilidad de buques para el transporte: este es un elemento que, en adición a condicionar la frecuencia y continuidad en la cadena de suministro, ha causado un incremento exponencial en los costos de fletes desde oriente hacia occidente, los cuales naturalmente afectan el precio de los fabricantes y, por ende, se reflejan en el consumidor final.
· Cierre de puertos: desde hace unos meses permanecen no disponibles varios puertos importantes de china, desde donde salen diversos productos, incluidos partes de automóviles.
· Build to order: tomando en cuenta estas particularidades de la cadena de suministro, los fabricantes de automóviles se han visto en la necesidad de modificar, en muchos casos, la modalidad de producción, siendo más inclinados a fabricar a pedido que a mantener un stock de inventario disponible para la venta, lo cual refleja que debamos de esperar varios meses para obtener nuestro carro nuevo.
Todos estos puntos crean una inestabilidad en la producción automotriz, en donde hoy se muestran los niveles más bajos en inventarios disponible de toda la historia. Un ejemplo puntual de este tema es que, en Estados Unidos, el principal consumidor del mundo, se ensamblaron 1.7 millones de vehículos menos en 2021 que en la ejecución de 2019.
Otro elemento que se agrega a todo lo anterior, es la devaluación del dólar debido a la inflación que en Estados Unidos ha dejado como secuela el conflicto ruso-ucraniano, causando incrementos significativos en los precios de los vehículos nuevos, dando como resultado una disminución de la capacidad de compra del consumidor promedio.
¿Qué debemos de esperar a mediano plazo? Esta ruptura en la cadena de suministro continuará afectando la industria hasta muy avanzado el 2023. Se vislumbra que, a finales de ese año, inicie un comportamiento más estable, pero mientras tanto, los fabricantes de vehículos permanecerán buscando alternativas con nuevos mercados que les permitan regularizar su producción.
Forma de pago: transferencia o depósito en el banco BHD León a la cuenta 27190380011
Leave a Reply