Probablemente, uno de los elementos en los que menos pensamos de nuestro vehículo, es el cristal delantero o parabrisas. Esto es algo en lo que normalmente pensamos solo cuando está sucio o se nos rompe, sin embargo, hasta no ocurrir lo segundo, usualmente no tenemos ni la menor idea de cuál es la manera más costo eficiente de reemplazarlo, y cuándo es imprescindible instalar el original versus el de reemplazo.
Lo cierto es que, hoy día, existe una gran disyuntiva en lo que respecta a reemplazar este importante cristal, ya que si bien es cierto pudiese verse como un simple componente, en el mismo, reposa más del 50 % de la seguridad de nuestro vehículo hacia la cabina, en el caso de una colisión frontal.
Si nos vamos a lo que automáticamente nos llega a la mente, lo normal es que pensemos que siempre la mejor alternativa en cada caso es un cristal delantero original, no obstante, no siempre es de esa manera.
Como he mencionado en otras publicaciones, los fabricantes de vehículos utilizan empresas externas de renombre para prácticamente el 70 % de las partes que componen el automóvil, y los cristales no son la excepción. Muchas veces, pensamos en comprar el cristal original de nuestro vehículo, y pagamos un sobreprecio impresionante solo porque dice en una esquina la marca de dicho vehículo, pero lo cierto, es que ninguna de las marcas de automóviles fabrican cristales.
Dentro de los líderes mundiales utilizados por los fabricantes para cristales, se encuentran Pilkington, Carlite, PGW, entre otros. El nombre del fabricante, en la mayoría de los casos, lo veremos en el cristal original, debajo de la marca de nuestro vehículo, y nos permite evaluar y utilizar la marca de dicho proveedor como reemplazo más económico, considerando que cumple con exactamente las mismas condiciones que el que vende el cowncesionario representante de la marca. Esto resulta ser una alternativa muy viable para la gran mayoría de los casos.
Ahora bien, queda todavía la pregunta inicial sin responder: ¿compro el original o compro el reemplazo? Aquí todo resulta ser relativo, pero existen algunos elementos en lo que debemos de apegarnos a los cristales originales como única alternativa.
Aquellas unidades equipadas con Advanced Driver Assist Systems (ADAS), lo cual significa Sistemas Avanzados de Asistencia al Conductor, son aquellos vehículos (como la gran parte de los más modernos) que vienen equipados con cámaras delanteras para el sistema de alerta de colisión, y varios sensores que se colocan en la parte interior del cristal. Estos sensores, y cámaras, son tan sensibles, que ante el reemplazo de un cristal, deben de ser recalibrados para garantizar su funcionamiento. Acá, el elemento de transparencia, grosor, reflejo, (entre otros elementos), son estrictamente determinados por el fabricante del automóvil, lo cual no igualaría un cristal de reemplazo, salvo que sea exactamente de la misma marca quien los fabrica para dicho fabricante.
En esos casos, que se vuelve más común hoy día, dada la tecnología, siempre la opción recomendada para evitar contratiempos, es la del cristal original.
Por su parte, aquellos modelos que no vienen con esa tecnología instalada y no tienen componentes complejos instalados en el cristal delantero, pueden perfectamente optar por cristales de reemplazo sin inconveniente alguno, siempre y cuando sea de marcas reconocidas, como las precedentemente indicadas, garantizando el mismo nivel de seguridad que la unidad original, pero a una fracción del costo.
Es importante recalcar que, pese a lo comentado, en unidades que todavía gozan de garantía del fabricante, cambiar por un cristal de reemplazo la anularía, por lo que la recomendación de utilizar estas alternativas costo-eficientes, es recomendable tomarla en consideración para vehículos que superen el período de garantía otorgado por el fabricante o representante local.
Forma de pago: transferencia o depósito en el banco BHD León a la cuenta 27190380011
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