Estudios revelan que cuando el número de mujeres ocupadas aumenta, las economías de los países crecen. El empoderamiento económico de la mujer es un buen negocio.
Según el reporte del Global Gender Gap 2018 del Foro Económico Mundial, las mujeres representan la mitad de la población que puede trabajar y el 70% de la demanda de consumo del mundo. Las mujeres poseen un potencial enorme para estimular la economía de los países, que muchas veces se ve disminuido por la falta de acceso a oportunidades laborales y a una remuneración equitativa. Es un hecho que a nivel global, las mujeres ocupan menos puestos directivos en las empresas, también tienen menos acceso a productos financieros, lo que impide su independencia de ingresos, pese a que son más mujeres que hombres las que logran graduarse de una carrera universitaria. En el ámbito político es poca la representatividad femenina en puestos claves de cargos públicos, aunque su tendencia de participación es creciente.
Sobre el empoderamiento económico, muchos estudios revelan que cuando el número de mujeres ocupadas aumenta, las economías de los países crecen. El empoderamiento económico de la mujer es un buen negocio. Las empresas se benefician enormemente al aumentar las oportunidades en cargos de liderazgo para las mujeres, algo que ha demostrado aumentar la eficacia organizacional.
Además los datos en los patrones de consumo de varios países indican que las mujeres que perciben ingresos, destinan un 90% de sus ingresos en el hogar y la familia comparado con solo el 35% para los hombres.
Las diferencias en números:
El mundo laboral: De acuerdo a datos del Fondo Monetario Internacional (FMI, 2019), las mujeres constituyen casi la mitad de una población mundial en edad de trabajar de casi 5000 mil millones de personas. Ahora bien, solo el 50% de esas mujeres participa en la fuerza laboral frente al 80% de los hombres. Y no es solo que la participación laboral de las mujeres es menor sino que aquellas que reciben remuneración están en su mayoría en el sector informal recibiendo bajas remuneraciones y condiciones laborales precarias.
Brecha salarial: A nivel mundial las mujeres ganan un 25% menos que los hombres. Les recuerdo que estamos en el 2019. Esto es inaceptable.
Responsabilidad Familiar: Generalmente las responsabilidades familiares tampoco se distribuyen por igual. Las mujeres dedican en promedio entre 1 a 3 horas más que los hombres a labores domésticas y más del doble de tiempo diario que los hombres al cuidado de la familia (hijos e hijas, adultos mayores o personas enfermas). Son las mujeres quienes en mayor porcentaje tienen que interrumpir o renunciar a su vida profesional para dedicarse al cuido de la familia.
Tenencia de tierra: En lo que a tenencia de tierra se refiere, a nivel mundial sólo el 20% de las mujeres son propietarias.
Hay que cambiar las reglas del juego, y darle a la mujer la participación que por derecho le corresponde. Para ello es necesario aplicar cambios en tres ejes fundamentales:
Brindar más y mejores oportunidades laborales que logren la integración de un mayor porcentaje de mujeres en el sector formal de la economía, de igual modo el ámbito empresarial y político.
Igualar las condiciones de ingresos económicos cerrando la brecha salarial entre hombres y mujeres, que es un requisito indispensable para lograr su autonomía económica y para alcanzar la igualdad de género.
Reducir y repartir equitativamente la carga del trabajo de cuidados no remunerados, estableciendo políticas y mecanismos participativos que permitan a las mujeres tener acceso a un mejor equilibrio entre la vida familiar y laboral.
En resumen, las estadísticas hablan por si solas. Cerrar la brecha de genero es lo correcto, no porque suene bonito, sino porque hace que los negocios sean más competitivos. Es un hecho real que aquellas empresas donde hay mujeres en posiciones claves tienen un mejor desempeño.
Forma de pago: transferencia o depósito en el banco BHD León a la cuenta 27190380011