Claudia Scharf, directora de la escuela de Medicina: Escuela de Medicina de la UNPHU, a la cabeza de la acreditación internacional

La UNPHU fue la primera universidad privada en abrir una escuela de medicina en el país, en el año 1966, cuando se funda. Unos años mas tarde, logró graduar a su primera cohorte de egresados, en 1977.

De esa fecha hacía acá, la escuela de medicina de esta universidad ha venido en constante modernización y crecimiento, y esta nueva acreditación lo valida, ya que se tuvieron que someter a una serie de evaluaciones a nivel académica, de planta física, del cuerpo docente, y de los estudiantes, con el fin de lograr estándares internacionales. 

La directora de la escuela de medicina, la doctora Claudia Scharf, entrevistada por revista CONTACTO, revela que el proceso de acreditación se tomó unos cinco años, ya que la pandemia retrasó el proceso. 

Claudia, la UNPHU es una universidad que tiene varias acreditaciones, a nivel de sus diferentes escuelas. ¿Esta es la primera vez que se acredita la escuela de medicina?

“Con la agencia acreditadora CAAMP-HP, sí. Nosotros como escuela, dentro de una universidad acreditada por el Ministerio de Educación Superior Ciencias y Tecnología (MESCYT), tenemos acreditación nacional, pero ahora fuimos por la acreditación internacional. En este caso, con la agencia CAAMP-HP, que es la autoridad de acreditación del Caribe para acreditación médica y otras profesiones de la salud, que está reconocida por la Federación Mundial de Escuelas de Medicinas, como agencia que nos puede otorgar esa acreditación”.

¿Qué significa para esta escuela recibir esta acreditación?

“El hecho de haber recibido la acreditación garantiza que nuestra escuela está trabajando para alcanzar calidad, o sea, una acreditación por sí sola no sirve de nada, no es solo obtener ese título de escuela acreditada, sino que eso traduce la búsqueda de la calidad y la mejora continua.

Al final, lo que una acreditación ofrece, es que uno se compara con una serie de estándares que, en este caso, son estándares internacionales que tienen que ver con todo lo que implica la educación médica y cómo uno cumple con esos estándares.

Esto significa que estamos buscando continuamente dar un servicio de calidad dentro de la educación médica”.

¿Cuál fue el proceso para poder acreditarse?

“Hubo una intención inicial, en la cual, digamos, que la escuela y la Universidad expresaron a la agencia acreditadora que estaban en intención de iniciar este proceso, y de eso hace ya probablemente unos seis o siete años. Y, a partir de que nos dan la respuesta favorable de que podemos iniciar el proceso, entonces se entra en la fase de auto evaluación, donde la escuela, dentro de la universidad, hace un proceso de auto reflexión, donde va viendo cada uno de los estándares que van a ser evaluados y van viendo su situación real, haciendo un diagnóstico.

Entonces, va viendo cuáles estándares cumple, cuáles cumple parcialmente, y en cuáles no cumple, para lo cual, tiene entonces que hacer planes de mejora y adecuación.

Todo ese proceso nos tomó unos cuantos años, que se prolongaron un poquito más por la pandemia, porque nosotros íbamos a tener, inicialmente, visita en el 2021-2022, pero al final, la visita terminó siendo en el 2023, pero ya veníamos desde el 2018, que fue cuando habían iniciado los trabajos; se habían iniciado las comisiones; se habían conformado los equipos para ir levantando la información, en cada una de las comisiones que hay que trabajar. 

CAAMP-HP se concentra en una comisión que tiene que ver con la organización institucional; una segunda comisión que tiene que ver con estudiantes; una tercera que evalúa todo el programa educativo, el plan de estudio de la carrera; una cuarta comisión que tiene que ver con los docentes; y una quinta comisión que revisa todos los recursos educativos, y ahí entra desde aula, laboratorios, la biblioteca y las facilidades en hospitales y, después, una sexta comisión, que tiene que ver con el año de internado rotatorio, que es ese año donde los estudiantes hacen diversas rotaciones clínicas en los hospitales”. 

¿Ustedes tuvieron que hacer cambios en el plan de estudio?

“Nuestro plan de estudio se había modificado en el 2017 a un currículo por competencias, con lo cual, no fue necesario, para fines de lograr la acreditación, transformar el currículo, pero el plan de estudio es algo dinámico, porque cada cinco años nosotros tenemos que evaluarlo. Ahora mismo, estamos en ese proceso de rediseño o de revisión, y no necesariamente se tienen que hacer grandes cambios para innovar. O sea, siempre vamos mejorando lo que va haciendo, hay un porcentaje de cambios que se pueden hacer, pero hay otros que no podemos hacer hasta que el MESCYT los apruebe.

Por eso, es que cada cinco años se somete el plan con algunas mejoras, pero para este proceso de acreditación no fue necesario, porque ya nos habíamos embarcado en el 2017 en un nuevo pensum, y el proceso de auto estudio, y todo lo que trabajamos para la acreditación, empezó en el 2018. Entonces, nos agarró con un pensum nuevo”.

En términos de equipos, ¿tuvieron que hacer inversiones?

“Hubo que hacer inversiones en mejora de infraestructura, tuvimos equipos nuevos, como el Anatomage; el edificio de laboratorios se remodeló y se mejoró; se trabajó sobre muchas cosas que ya existían y se mejoraron.

También, se hicieron algunas intervenciones en los hospitales para tener áreas para los estudiantes, con lo cual se destinaron una serie de recursos para hacer mejoras; mejoras que no solamente son físicas, sino que también en términos de estrategias de enseñanzas, avalúos, mejoras a nivel de comités de estudiantes, servicios a los estudiantes. O sea, que sí hubo una inversión e innovación en cuanto a lo que se le oferta al estudiante, pero no se queda solamente en infraestructura, sino que también en el propio programa, en los servicios que se le dan, en las estrategias de enseñanza, en los entrenamiento y capacitaciones a los docentes… Es bien amplia toda la inversión que hay que hacer”.

¿Cómo beneficia esta acreditación a los estudiantes de medicina?

“A partir del 2010, la comisión de evaluación de los graduados de medicina en el extranjero, en Estados Unidos, determinó que a partir del 2023 todo médico egresado de una escuela de medicina internacional, es decir, fuera de Estados Unidos, para poder ir a ese país a continuar su formación, entiéndase postgrado, maestría o trabajar allá, iba a tener que venir de una escuela con acreditación internacional. 

Hasta ese momento, cualquiera podía ser médico graduado de cualquier escuela que fuera reconocida por la Federación Mundial, y para eso tiene que tener el reconocimiento del país, y podía seguir allá siempre y cuando cumpliera con los requisitos de los exámenes, de los papeles y documentos.

Ahora, a partir de 2024, tiene que hacer todo ese proceso, pero debe venir de una escuela que esté acreditada internacionalmente. 

El beneficio número uno, es que no va a tener ningún tipo de obstáculo para proseguir sus estudios en Estados Unidos si así lo deseara; en segundo lugar, el hecho de estudiar en una escuela que tiene acreditación internacional, pues da garantía de calidad, significa que el plan de estudios con el que ese médico se formó, es un plan que cumple con estándares internacionales de formación médica.

A la Universidad le ofrece beneficios también, porque le da mayor reconocimiento, eleva su prestigio, y reputación como institución de educación superior, porque el proceso de acreditación es voluntario.

El hecho de que la Universidad se haya embarcado en esta acreditación, reafirma de que la escuela y la Universidad apuestan por la calidad, y también ofrece beneficios para la sociedad y para el país, porque al mercado se insertarán médicos que se formaron en una escuela que cumple con todos los estándares internacionales”.