El Centro de Educación Integral (CEDI) comenzó a operar en 1972, con un sistema de estudios tradicional, pero con el tiempo, ha evolucionado y actualizado su oferta académica hasta evolucionar a un colegio bilingüe. 50 años más tarde, continúa formando jóvenes, siendo su principal objetivo, que sean jóvenes educados en valores y que puedan servir a la sociedad.
Hace 50 años, exactamente, en septiembre 1972, la pareja de esposos, Ing. Eliana Puig de Quiñones, y el Dr. Guillermo Quiñones, tuvieron la iniciativa de construir este colegio, ubicado en el sector Mirador Norte, en ese tiempo, conocido como el “Sector de Los Maestros”.
En sus primeros años, este centro educativo trabajó la intermedia con el sistema de Reforma, pero luego, hubo que cambiar al sistema tradicional, aunque incorporando la organización básica de la Reforma en lo que se refiere a los consejos de cursos, algunas evaluaciones, y otros aspectos.
“Desde sus inicios, el colegio comenzó a laborar de manera tradicional, con primaria y secundaria. Posteriormente, se incluyó el preescolar. Así caminó el colegio con una población entre los 400 y 600 estudiantes por más de 30 años. Y es, precisamente, al cabo de unos 30 años, a principios del año 2000, cuando comienzan las negociaciones con el doctor José Nicolás Almánzar, que tenía un proyecto interesantísimo para ofrecer estudios a nivel superior para un público de la tercera edad.
Es así como el doctor Almánzar, ya con su proyecto concebido, se acerca a la mesa de la negociación para comprar el colegio, con miras de seguir el mismo y aprovechar las instalaciones para que la universidad funcionara tarde-noche. Pero, el doctor Almánzar tenía una visión todavía más ambiciosa. Por eso, cuando se adquiere el colegio, se piensa en darle una proyección de mayor alcance. Es así como se piensa en convertir el colegio de una modalidad tradicional a una modalidad bilingüe”, explica Geraldo Peralta, director del CEDI, al ser entrevistado por revista CONTACTO en su oficina del centro educativo.
En el campo de los deportes, el CEDI ha participado en muchos eventos intercolegiales, obteniendo diplomas y trofeos, sobre todo en básquetbol y voleibol. Además, realiza intercambios informales con colegios amigos, a los fines de estrechar lazos de amistad entre los jóvenes e incentivar el espíritu de competencia sana y beneficiosa.
Don Geraldo, CEDI inició como un centro tradicional, ¿cuándo pasó a ser bilingüe?
“Ese es un proceso que se toma su tiempo, pero se comenzó a trabajar en el 2005. Comenzamos con los niveles más bajitos a darle las clases de inglés de manera bilingüe, pero no fue hasta el 2010 cuando se concretiza la solicitud al Ministerio de Educación para tener acreditación especial para operar en la modalidad bilingüe. Ese trámite duró unos tres años, y es en el año 2013 cuando, finalmente, obtenemos del Ministerio de Educación esa resolución que nos concede el permiso para operar como un colegio bilingüe”.
¿Cómo es la temática para impartir la docencia?
“Normalmente, un colegio monolingüe es un colegio americano que funciona en suelo dominicano. Por ejemplo, el Carol Morgan es un colegio americano que funciona en territorio dominicano, y eso implica que trabajan el currículo americano de manera íntegra y, adicionalmente, trabaja las tres asignaturas que le exige el Ministerio de Educación dominicano, que son: Español, Sociales y Cívica. Sin embargo, los colegios bilingües tenemos un enfoque totalmente diferente. En vez de trabajar el currículo americano, trabajamos el currículo dominicano de una manera íntegra y, adicionalmente, trabajamos cuatro asignaturas básicas del currículo norteamericano. Es así como trabajamos: Sciences, Social Studies, Language Chart and Math. Estas cuatro asignaturas se trabajan en una proporción: un 65 % de nuestro tiempo se destina al currículo dominicano y un 35 % al currículo norteamericano. Esto en un balance de 40 horas semanales que se distribuyen, de una forma tal, que tenemos 25 horas para el currículo dominicano y unas 15 horas para el currículo norteamericano. Lo que quiere decir que las clases del currículo dominicano se imparten en español, y las del currículo americano, en inglés”.
¿Qué matrícula tienen ustedes actualmente?
“El año pasado lo cerramos con una matrícula de 550 alumnos, pero para este año estamos preparados para recibir 600 alumnos. Y, en los últimos seis años, hemos recibido una demanda bastante considerable. Por ejemplo, este año, hemos tenido que ser sumamente selectivos.
El material humano que hemos recibido, aspirando a formar parte de nuestra familia, no han tenido toda la excelencia que nosotros esperamos y no hemos podido darle cupo a todos los que han solicitado, precisamente basados en la selección que hacemos, evaluando no solamente la calidad académica del estudiante que aspira a formar parte del colegio, sino también evaluando su familia.
Para nosotros es muy importante la familia, porque la familia es la base esencial que determina la calidad del ser humano que nos llega a nosotros, y para nosotros es importante que el niño que nos llega saber que pertenece a una familia que es responsable y que se ocupa de responder por ese niño.
Para nosotros es sumamente importante los valores y los principios en los que nos apoyamos para que nuestra escuela funcione como un verdadero centro de educación integral, y cuando hablamos de un centro de educación integral, nos referimos, no solamente a la formación académica, sino también a la formación en valores; nos referimos a la calidad de persona, del ser humano que vamos a tener en nuestras manos para moldearlo y empujar su desarrollo para convertirlo en un producto humano que sea capaz de impactar a la sociedad a la que pertenece, de una manera positiva y, al mismo tiempo, mejorarla”.
¿A qué edad comienza la formación en inglés de los niños?
“Comenzamos desde los tres años, y comienzan con palabras, con frases, con canciones pequeñas, con versos pequeños que ellos memorizan. O sea, los saludos, los números, palabras con las que se familiarizan en el pequeño mundo al que ellos pertenecen. Luego, esto se va complicando en su proceso de alfabetización, y es así como ellos comienzan a aprender a leer palabras, frases, oraciones simples, que luego se convierten en párrafos, y que luego les habilitan para poder leer pequeños libros de cuento que se van complejizando. A medida que ellos van avanzando de curso, van adquiriendo el idioma de una manera natural, y en la medida que van avanzando, van recibiendo contenidos y materiales de las cuatro asignaturas básicas en una proporción del horario: de unas 15 horas a la semana, ellos reciben clases de inglés”.
¿Qué sucede con un niño que los padres lo quieran traer a este colegio, pero el niño no tiene el nivel de inglés para recibir esas 15 horas de clases en inglés?
“Es un inconveniente, porque hasta el tercer grado de primaria, nosotros los asumimos y nos encargamos de su preparación y de ponerlos al día con los demás niños, y la instrucción y los contenidos que se manejan en ese nivel. Sin embargo, un nivel después, a partir de cuarto de primaria, el niño que no tiene el conocimiento del idioma que se requiere, no puede entrar, y es que va a recibir una carga académica, que si no maneja hasta cierto punto y hasta cierto nivel el idioma, le va a ser difícil enfrentar. Entonces, desde cuarto de primaria en adelante, para los niños entrar a nuestro colegio deben pasar unos exámenes de admisión en diferentes áreas, y dentro de esas áreas que evaluamos, está el inglés. Si no pasan el inglés, entonces le damos la oportunidad de que se preparen y vuelvan el próximo año a recibir la evaluación”.
El periodo de la pandemia
Don Geraldo, con relación a esos exámenes de admisión que ustedes imparten. ¿Cómo usted puede evaluar el periodo de la pandemia en materia de aprendizaje para los niños?
“La pandemia nos alcanzó de manera inesperada y nadie estaba preparado para eso, sin embargo, hay una brecha muy grande entre la educación pública y la educación privada.
Dentro de la misma educación privada, hay brechas sustancialmente importantes entre diferentes tipos de escuelas. Las escuelas más privilegiadas a nivel económico fueron capaces de solventar esa situación de manera más rápida.
Los niños que estaban en proceso de alfabetización enfrentaron serias dificultades para maniobrar con el lápiz. No es lo mismo en una pantalla que de manera presencial.
En ese sentido, los padres también sufrieron mucho, porque los padres de estos niños que estaban en un proceso de alfabetización tenían necesariamente que acompañar a los niños en las clases. Nosotros desarrollamos una dinámica interesantísima con los padres a través de video conferencias, en las que manteníamos asesorías permanentes a los padres para el acompañamiento que le tenían que dar a los niños. Fue una experiencia bien interesante, porque logramos reclutar en esa batalla a los padres y tuvimos una gran colaboración. Sin su colaboración esto hubiese sido más difícil.
Los muchachos de bachillerato no enfrentaron problemas en comprender el sistema nuevo y de responder a este nuevo sistema de enseñanza-aprendizaje, pero ellos reclamaban la parte social que habían perdido, pues para ellos el encierro fue muy duro”.
A pesar de que la Universidad UTE está dirigido para un público más adulto, ¿tienen alguna facilidad los egresados del CEDI en la UTE?
“Sí, y viceversa. La Universidad de la Tercera Edad tiene una edad límite, a partir de la cual puede ser ingresar a ella, que son los 27 años. Esa edad no siempre ha sido así, ha ido cambiando con los años. Cuando la Universidad de la Tercera Edad inició, era una universidad dirigida a un público, como su nombre lo indica, de la tercera edad. A los egresados se les dan facilidades para tener a sus hijos en el colegio y tienen descuentos especiales. Los egresados del colegio también se le hacen descuentos especiales por pertenecer a la familia”.
Clases extracurriculares
Don Geraldo, ¿ustedes tienen clases extracurriculares?
“Es uno de los grandes retos que enfrentamos, porque compartimos la estructura física con la universidad. Entonces, en la mañana, funciona el colegio hasta las 2:00pm, pero la universidad comienza desde las 2:00pm y hasta las 10:00pm.
Este intercambio no permite que nosotros le demos un mayor uso, como colegio, a estas instalaciones para otras actividades extracurriculares. Sin embargo, hemos estado trabajando un proyecto para poder ofrecerle actividades extracurriculares a nuestros alumnos, y este año, a partir de octubre, vamos a implementar una escuela de actividades extracurriculares que va a funcionar en el edificio 4, que pertenece a la universidad, que está en la Rómulo Betancourt esquina Jesús Maestro.
Ahí vamos a tener una escuela vespertina donde vamos a ofrecer tres disciplinas extracurriculares, en las cuales tendremos: teatro, pintura, baile, clases de Taekwondo y ajedrez.
Baile será de música caribeña, salsa, merengue y bachata. Nos preocupa mucho que nuestros jóvenes manejen esta parte de la cultura dominicana. Esto es conectarlos con su esencia, con su cultura y canalizar esa energía que tienen los niños en la edad del aprendizaje de una manera positiva, que encuentren el espacio donde desarrollar esas habilidades de una manera sana”.
Forma de pago: transferencia o depósito en el banco BHD León a la cuenta 27190380011
Leave a Reply