De acuerdo al famoso Foro Económico Mundial (FEM), mejor conocido, como Foro de Davos, la competitividad es “el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país”. Tomando como base esa definición, el FEM da a conocer cada año un Índice Global de Competitividad (IGC), donde se mide la capacidad de las economías para generar valor, o sea, su competitividad.
Suiza, de Europa, y Singapur, del Sudeste Asiático, son dos países que han encabezado la lista entre los más de 130 que se miden cada año. Para República Dominicana, su presidente Luis Abinader y demás miembros del gobierno, el liderazgo empresarial y todos los protagonistas del proceso de generación de riquezas, de agregar valor a los recursos con los que se cuenta, haría muy bien conocer cómo y por qué Suiza y Singapur han logrado esos niveles de competitividad, que se reflejan en su desarrollo y en la calidad de vida de su gente.
La respuesta está en que tanto Suiza como Singapur, aunque son naciones pequeñas y tienen pocos recursos naturales, cumplen mucho con la definición de competitividad del FEM.
Están en los primeros lugares de esa lista a nivel mundial porque prestan especial atención a los asuntos que se toman en cuenta en la medición, a saber: instituciones en general, infraestructuras, salud, educación primaria, secundaria, universitaria y formación técnica; entorno macroeconómico, tamaño del mercado, desarrollo del mercado financiero, eficiencia del mercado de bienes, eficiencia del mercado laboral, preparación tecnológica, sofisticación empresarial e innovación.
Aunque Suiza y Singapur están lejos territorialmente de la RD, no existen distancias entre dos pueblos que desean acercarse, conocerse, intercambiar ideas, impresiones y experiencias. Las tecnologías de las comunicaciones nos acercan pero, sobre todo, para los estados, el mecanismo de estrechar lazos sigue siendo el diplomático y es el que debemos utilizar y aprovechar más.
Las relaciones bilaterales entre República Dominicana y Suiza existen desde octubre de 1936, o sea, acaban de cumplir 85 años. Hay una embajada permanente de Suiza en RD, con su excelencia Rita Hämmerli-Weschke como embajadora; de igual manera, existe una embajada de RD en Suiza, con su excelencia, José Sánchez-Fung como embajador.
Por medio a ellos, tanto el Gobierno, las empresas, las universidades y medios de comunicación, pueden procurar promover intercambios con empresarios, académicos, educadores o políticos de Suiza para conocer sus experiencias, cómo lo han logrado y cómo adaptarlas a la realidad dominicana.
Con Singapur, la situación es diferente. Los lazos no son tan fuertes y directos. Existen concurrencias de RD en Singapur, desde Japón (aunque nuestros embajadores no han presentado cartas credenciales allá ni mantienen ese lazo permanente), y de Singapur en RD ni siquiera está definida desde donde nos cubrirían. Pero, la verdad, los contactos son mínimos. Por eso, mi insistencia de que la RD debe abrir una embajada permanente en el Sudeste Asiático, que podría ser en Singapur o Indonesia, y desde ahí cubrir Tailandia y Malasia.
Para el año 2022 es una tarea del jefe de la Política Exterior dominicana, que es el presidente Luis Abinader, y de quien está para ejecutarla y hacerla posible, como es el canciller Roberto Álvarez, con el apoyo directo de su viceministro de Política Exterior Bilateral, José Julio Gómez.
República Dominicana es uno de los países que más crece en América Latina y el Caribe, y con todo y pandemia del Covid-19 en este 2021, seguirá su ritmo. No obstante, el país es muy poco competitivo. Aprender de los que están primero será un buen comienzo. ¡Adelante!
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