Lo que está sucediendo entre Rusia y Ucrania, con la vinculación de Europa y los EE. UU., es un conflicto geopolítico en el sentido de que se está luchando por territorios vitales para las partes involucradas, sobre todo para Rusia, como es el caso de Crimea y su base militar en Sebastopol, para Occidente, porque significa también controlar esos territorios y arrinconar más a Rusia. Además de seguridad, por la falta de confianza entre los países miembros de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) y Rusia.
En esos dos asuntos, además del económico, está la génesis del conflicto, donde Ucrania ha sido el más perjudicado de todo este proceso.
Hasta el año 2012, las relaciones entre Ucrania y Rusia estaban bien, y podrían estar igual en estos momentos, pero la insistencia de la OTAN de expandirse hacia el Este, incluyendo Ucrania, ha generado la adhesión de Crimea a Rusia en 2014, y la declaración de independencia de las autoproclamadas República de Donetsk y Lugansk, en la zona del Donbass, en Ucrania.
La escalada militar de Rusia en Ucrania, sobre todo en los territorios ya reconocidos como independientes por Rusia (Donetsk y Lugansk), ha afectado la economía global en los precios del petróleo, del gas natural y de los commodities internacionales; ha caído la bolsa de valores en Europa y también ha afectado la bolsa de valores en EE. UU., por tanto, las consecuencias son negativas para el mundo desde el punto de vista económico.
Para América Latina, y República Dominicana, las repercusiones son geopolíticas por un lado, porque afectan las relaciones que pueda tener uno de los países latinoamericanos con Rusia y recibir presiones por parte de EE. UU. y Europa, y también desde el punto de vista económico, porque al subir los combustibles fósiles, entiéndase petróleo, gas natural y carbón (recordar que Rusia es uno de los mayores exportadores de estos combustibles fósiles en el mundo y para Europa del Este el gas es vital), y por las sanciones que se están implementando en contra de Rusia, eso aumenta el precio internacional de gas natural y afecta a la economía global, y de manera directa a la República Dominicana, que no produce ninguno de estos combustibles y lo necesita para su economía y, de hecho, ya lo estamos sintiendo. De manera especial para la República Dominicana, el turismo de esa zona, sobre todo de Rusia, pero tambien de Ucrania, ha sido determinante para el crecimiento de este sector en los últimos años.
No obstante, dentro de tanta adversidad, reconocer la actitud del Gobierno dominicano, con el presidente de la República, Luis Abinader; el Canciller Roberto Álvarez, y el Viceministro de Asuntos Consulares y Migratorios en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Jatzel Roman, que han estado prestando atención, tanto a los dominicanos que se encontraban el Ucrania al inicio de la crisis, como a los ucranianos que están en el país.
Adelante, veamos en esta adversidad la oportunidad para avanzar en la construcción de un “Destino Compartido para la Humanidad”, como ha propuesto el líder de China, Xi Jinping.
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