A Clara Divano todos la conocen como Cusifit, una venezolana que tiene seis años residiendo en República Dominicana y quien posee una historia digna de contar. Cuando tenía 12 años, fue diagnosticada con una escoliosis de ¡42 grados!… Para superar esta desviación en la columna, Divano comenzó a hacer ejercicios como terapia, y en lugar de convertir esta condición en un problema, le sacó beneficios. Al llegar al país, creó su marca personal, Cusifit, con la que muestra sus entrenamientos y ofrece consejos de nutrición, lo que la ha convertido en una de las influencers con más engagement.
Para Cusi, como le gusta que la llamen, el diagnóstico de una escoliosis no fue una tragedia, ni un motivo de tristeza. Todo lo contrario, pues gracias a esta condición, descubrió su pasión por los ejercicios.
Tanto así, que Divano ha acomodado su trabajo a su estilo de vida. Incluso, esta Publicista y Mercadóloga, creó la revista “Estética y Salud” en Venezuela, la que circuló durante 15 años en su país.
Al llegar a República Dominicana, continuó con su proyecto, el cual circuló durante un año, pero como nos cuenta, le pasó algo inesperado al crear su marca personal y fue que esta “compitió” con los anunciantes de su revista y, al final, terminó trabajando únicamente con Cusifit, en Instagram.
En seis años, más de 1,000,000 de personas siguen a Clara Divano en esa red social, quienes buscan sus rutinas de ejercicios y sus consejos de nutrición.
Primero que todo, ¿Por qué Cusi?
“Cusi es mi sobrenombre. Cuando yo era ‘chiquita’, mi abuelita me decía cosita y de cosita pasó a cusita y de cusita terminó siendo Cusi. Casi nadie me dice Clara. De hecho, me siento muy rara cuando me dicen Clara… (Risas)”.
¿Cómo surgió tu amor por los ejercicios?
“No fue tanto amor, fue una situación de salud. Me descubrieron una desviación de la columna, una escoliosis de 42 grados. Se dieron cuenta cuando me estaban haciendo un vestido para una fiesta… y cuando fuimos al médico fue muy alarmante, porque la columna era una S, literalmente. Entonces, ese médico me quería operar, hacerme una cirugía en la que te ponen dos placas de titanio a los lados para enderezar la columna. Él decía que se me iba a enderezar, pero iba a estar limitada el resto de mi vida, con movimientos que no iba a poder hacer. No tomamos en cuenta esa opinión médica y fuimos a una segunda. Este médico fue un poquito más light, dijo que estaba de acuerdo con la cirugía, pero que había que esperar un tiempo. Así, llegamos a un tercer médico, que dijo: ‘Sí, estoy de acuerdo con la cirugía, pero no ahora. Vamos a esperar a los 18 años… ahora bien, si tu desde ya comienzas a hacer ejercicios y prometes que nunca vas a engordar, o sea, que te vas a mantener en un peso liviano, no habrá problemas… porque si aumentas de peso, los dolores van a ser insoportables’. De hecho, me pusieron un aparato de estos corset de Milwaukee que te mantienen derecha, porque la teoría era que como estaba en proceso de crecimiento, iba a crecer y mi columna se iba a ir enderezando. Así es que este último médico me dijo: ‘vas a pasar toda tu adolescencia usando ese aparato, es súper incómodo, pero el día que te lo quites (cuando tengas 18 años), tu columna se va a volver a desviar’. Entonces, el plan era de ahí a los 18 años hacer ejercicios dirigidos por un fisioterapeuta especialista que yo tenía, y así lo hice”.
¿Cómo fue ese proceso para ti?
“Una cosa que me funcionó mucho fue el apoyo de la familia. Mi mamá me decía: ‘vamos a meternos en un gimnasio, vamos a ir a hacer las fisioterapias juntas’. Entonces, se convirtió como en un hobby y no lo veíamos como un drama, sino todo lo contrario. Ella me hacía chistes, decía: ‘eres tan inteligente, tan bella, que algo tenías que tener’. Me ayudaba a fortalecer mi autoestima, porque era una edad muy delicada. Eso siempre se lo agradezco a mi mamá, porque su manera de ver la situación y enfocarlo del lado positivo, fue lo que me ayudó a salir adelante”.
¿Cómo te fue con los ejercicios?
“Comencé aprendiendo la fisioterapia que me convenía a mí para mejorar la columna. Después que aprendí todos esos ejercicios, aprendí que la nutrición era fundamental, porque el concepto era que yo quería fortalecer mi core, todo lo que es abdomen y espalda. Mantenerlo siempre con músculos que sostuvieran mi columna, o sea, hacerme mi propio corset de músculos. Entendí que la masa muscular no depende solo del ejercicio, sino de la alimentación. Entonces, comencé a interesarme por la nutrición, a leer muchísimo. Más adelante, me volví una aficionada al ejercicio. Iba al gimnasio, hice natación, pilates, yoga, boxeo… hoy en día soy maratonista, que se supone que una persona con la condición que tengo en la columna no debería correr, porque los ejercicios de alto impacto no convienen, pero mi cuerpo se adaptó porque tengo toda mi vida haciendo ejercicios”.
Al principio, cuando comenzaste a hacer ejercicios, ¿sentías dolor?
“Nada. Yo me di cuenta por lo del vestido, sino posiblemente no me hubiese enterado. Cuando cumplí 18 años, y fui a chequearme, había reversado 10 grados, es decir, tenía 32. Ahí se quedó: sigo teniendo 32”.
Entrenamiento físico
¿Qué cantidad de tiempo y con qué frecuencia una persona debería de hacer ejercicios por tema de salud?
“Existe la creencia de que uno tiene que invertir mucho tiempo haciendo ejercicio, pero la Organización Mundial de la Salud dice que para tener una salud óptima con tres veces a la semana es suficiente… 20 minutos es más que suficiente. Ahora, si lo que quieres es estar fit, eso no es suficiente, pero para la salud, sí”.
¿Crees necesario hacer una combinación tanto de ejercicios físicos como de alimentación?
“Coloquialmente, se dice que la alimentación es lo que determina los resultados en diferentes porcentajes. Hay especialistas que dicen que es un 70-30; hay personas que le dan más peso a la alimentación y menos al ejercicio; hay quienes incluyen el descanso en este porcentaje. Si bien es cierto que lo que estás buscando son resultados estéticos, en mi opinión tienes que cuidar la alimentación. Si tu cuidas la alimentación y no haces ejercicios y tu meta es bajar de peso, vas a ver resultados solo haciendo dieta. Ahora bien, si es al revés, si quieres bajar de peso y no cuidas lo suficiente la alimentación y haces ejercicio, no pasa lo mismo. No ves resultados. En mi opinión, los dos deben ser un matrimonio en equilibrio perfecto. Las personas que solo quieren bajar de peso con una dieta lo van a lograr, pero si no hacen ejercicios van a tener flacidez. Se van a sentir débiles porque pierden masa muscular”.
¿Cuál crees que es la mejor dieta?
“Yo pienso que hay tantas maneras de alimentarse como cuerpos diferentes existen. No creo que una dieta sea mejor que otra. Creo que todas funcionan siempre y cuando se hagan bien. Por ejemplo, la dieta Keto me parece espectacular, aunque no para todos los casos, y lo otro es que si no la haces bien es peligrosísima. Te pongo el caso de la dieta Keto que está tan en el tapete hoy en día: en esta dieta debes de comer grasa, viene siendo la fuente de energía. Eliminas o reduces al mínimo los carbohidratos y comes proteínas. Cuando la gente no es disciplinada y entiende que puede comer cualquier tipo de grasa, entonces comienzan a comer grasa que no necesariamente es grasa buena para nuestro organismo y ahí es cuando vienen los problemas. Cuando la gente no contabiliza la cantidad de carbohidratos y comienza a comerse esa cantidad de grasa, eso es una bomba tapadora de arterias. Entonces, uno ha escuchado personas que llevan la dieta Keto, o la Cetogénica, que se han muerto de un infarto.
Las dietas todas funcionan dependiendo de quién las haga y cómo las haga”.
“Comienzo en enero”, una frase muy escuchada, pero al final hacen ejercicios una semana y nunca más. ¿Por qué pasa esto?
“La gente dice ‘ya arranco con todo’. Primero, vienen con un estilo de vida que lo vienen llevando de esa forma durante años. Son hábitos que están automáticos en tu vida. Entonces, pretenden que de un día para otro comer distinto o hacer ejercicios cambiará todo, pero cualquier pequeño cambio que uno haga en su rutina diaria le generará estrés. Error número uno: ¡arrancar con todo a la vez! Para mí, la gente tiene que arrancar primero con la alimentación… ¿Qué quiere decir eso? Sin hacer ejercicios”.
¿Por qué la alimentación?
“Porque cuando te alimentas bien, balanceado, de acuerdo a esa meta que estás buscando, te vas a sentir bien, vas a tener energía, vas a tomar la suficiente agua. Tu mente va a estar más alerta. Lo segundo: piensan que tienen que hacer ejercicio y quieren ir todos los días a hacer ejercicio. Una vez que tu dominas el tema de la alimentación, y cuando digo que lo dominas, es que tienes un menú preestablecido… no dejes nada a la improvisación, porque vas a fallar. Tienes que tener un menú semanal organizado, tener comida ya lista en la nevera, cuestión que sea solo abrir, calentar y listo. Es importante arrancar haciendo ejercicio tres veces por semana, media hora”.
¿Qué tipo de ejercicios recomiendas para una persona que nunca ha hecho ejercicio y quiere comenzar por algún lado?
“Si es para una persona que tiene cero actividad física, caminar… Caminar, porque es algo que te va a activar poco a poco. Te va a empezar a calentar el cuerpo y a entender los movimientos del cuerpo de nuevo. Más adelante, recomiendo que encuentres cuál es la rutina de ejercicios que más te gusta”.
Vida de Influencer
¿Por qué se te ocurrió abrir una cuenta de ejercicios, pero en casa, en lugar de un gimnasio?
“Porque veo que muchas personas cuando no han hecho nunca ejercicios o hacen muy poco, tienen malas experiencias en los gimnasios. Les da vergüenza ir al gimnasio. Tienen esa idea de que todo el mundo está súper fit, lo cual no es cierto. Y cuando yo arranqué con todo este tema de la espalda, mis ejercicios eran en mi casa y logré fortalecer mi core con fisioterapia hecha en mi casa. Y logré tener los cuadritos haciendo ejercicios en mi casa, sin nada. Una colchoneta y un sofá, haciendo ejercicios básicos. Entonces, ¿qué define los resultados? No es el lugar donde entrenas, es la constancia con que hagas los ejercicios y el esfuerzo que le pongas a cada sesión de ejercicio”.
¿Cuál es la rutina que más te piden por las redes sociales?
“Glúteos y abdomen, son las dos partes del cuerpo que más preocupan a las mujeres”.
¿Cómo generas todo el contenido de tus redes sociales y lo que esto conlleva: grabación, edición…?
“Es mucha organización, porque hay que generar contenido. Una de las claves es contestar a la gente, pero es también mantener un buen contenido. Entonces, también está el contenido de los patrocinadores. Son muchas cosas que atender. Es un trabajo que no tiene horario. Si tu mismo no te pones un límite, estás pegado al celular todo el tiempo, no se puede… Yo digo: ‘a las 7:30 pm publiqué, contesté y hasta el día siguiente’, pero me encanta, primero, porque me gusta hacer ejercicios. Es mi día a día… cocinar recetas me fascina también”.
¿Tú editas tus videos?
“Las rutinas de ejercicio es un trípode, mi esposo, Bruno (su perro) y yo. Lo editamos nosotros mismos. Las recetas, que son un poco más producidas, videos de patrocinadores y eso, sí tengo un equipo que me ayuda con esos videos, porque necesito que sean de una calidad más elevada”.
La Cusi inside
¿Cómo llegas a República Dominicana?
“Fue una situación de emergencia que pasó con el trabajo de mi esposo, nada grave, pero sí nos alarmamos mucho, y esta fue la opción donde mi esposo tenía campo de trabajo. Llegamos aquí y desde que llegamos sentí algo muy raro: me sentí como si yo toda la vida hubiera vivido aquí. Nunca en mi vida me plantee vivir acá, y desde que llegué sentí que todo se parecía mucho a Caracas. ¡Me sentí muy familiarizada!”.
Tú tenías una revista de Estética y Salud ¿Qué pasó con eso?
“Esa revista la tuve 15 años en Venezuela y era un proyecto espectacular. La revista era un reflejo de lo que es mi estilo de vida. Entonces, yo estudié publicidad y mercadeo y luego creo este producto, por lo que puse en práctica los conocimientos de mi profesión con mi pasión. Entonces, cuando llego a República Dominicana, lo primero que hago es decir que quiero trabajar la revista. Luego conocí a un señor que se asocia conmigo, pero él me dice: ‘tienes que abrir tu marca personal y comenzar a figurar como imagen de la revista, porque la gente tiene que saber quién está detrás; tienes que comenzar a ir a eventos y tienes que comenzar a darte a conocer’. En un año, saqué ocho ediciones de la revista, hice seis eventos al aire libre, y las redes sociales de la revista se convirtieron en la número uno en un año, en esa categoría. ¡Me fajé!… yo estaba muy ilusionada con ese proyecto, pero me pasó algo que nunca me imaginé, y era que cuando iba a vender publicidad para la revista, los anunciantes querían la publicidad conmigo, en mi cuenta. Entonces, llegó un punto en que tenía un conflicto: yo iba donde un cliente y me decía que el presupuesto no le daba para invertir en los dos proyectos y preferían hacerlo conmigo. Por ello, mi socio me dijo ‘no tiene sentido, el camino va por tu cuenta personal’, entonces, me quedé con Cusifit”.
Muchas personas no saben que tu eres hija de la primera actriz Amanda Gutiérrez. Cuando tu madre ve el trabajo que haz hecho, que te haz convertido en una figura muy conocida fuera de Venezuela ¿qué te dice?
“Mi mamá se muere de orgullo y también le da un poco de risa, porque toda la vida yo estaba detrás de las cámaras, porque nunca me gustó figurear”.
¿Nunca pensaste en ser actriz?
“¡Imagínate!… las oportunidades se me presentaron muchas veces. Le preguntaban a mi madre ‘¿porqué su hija no actúa?’, y yo lo intenté… Mi mamá me decía ‘yo te ayudo, yo te entreno’. Lo que hice fueron comerciales de televisión, pero no los hice por fama, sino porque me gustaba ganar dinero y no me afectaba en mi horario de la universidad, pero cuando hacía los casting, los usaban para otras cosas y luego me llamaban de series juveniles, novelas”.
¿Aceptaste alguna de esas propuestas?
“Hubo una que firmé por presión de mi mamá. Ella me decía ‘prueba una, y si no te gusta, no lo haces’. Entonces, firmé y me mandaron el libreto, y cuando voy al primer entrenamiento con mi mamá… la primera escena bien, y cuando viene la segunda escena, me tenía que dar un beso con un tipo y ahí mismo le dije: ‘no existe, no existe que yo me dé un beso con un tipo en cámara’, y ella me decía que ‘era un beso trucado’. Al final me dijo: ‘definitivamente, no eres actriz’.
Y en otra oportunidad vino y me dijo: ‘este sí lo vas a hacer porque es de monja. Resulta que cuando veo el libreto, en la escena número dos, tenía que llorar frente a un crucifijo, rezando y llorando. Y yo: ‘mamá, no, esa parte tampoco se me va a dar’. Y ella diciéndome que me iba a enseñar a llorar y me dio todas las técnicas… pero no, no es lo mío, le dije. Hoy, ella se ríe y me dice: ‘el que lo tiene, lo tiene y no lo puedes negar: terminaste famosa’. Y le digo, sí, pero es muy distinto: terminé por un camino donde me siento cómoda”.
Forma de pago: transferencia o depósito en el banco BHD León a la cuenta 27190380011