Darys Estrella: La Dama de Hierro a Harvard

Una mujer que se mantiene en constante aprendizaje, que a las metas le pone fecha, que sale y provoca que las cosas pasen; que no se queda esperando, que se mueve, que crece y produce cambios. Una mujer que se mantiene cerrando ciclos y abriendo otros que la lleven al siguiente nivel. ¡Así es Darys Estrella!, la primera mujer en manejar una bolsa de valores en latinoamérica, después de una experiencia de 15 años en Wall Street, y que ahora recibió la exclusiva beca John F. Kennedy Fellowship, de la prestigiosa Universidad de Harvard, donde realizará una Maestría en Administración Pública ¿Su propósito? Prepararse para, muy pronto, ¡servir a su país!

Darys Estrella es una mujer decidida, segura de sí misma. Viene de una familia humilde de San José de Ocoa, con una crianza fundamentada en valores. Sus padres se empeñaron en que aprendiera a no aprovecharse de los demás, a valorar lo que le daban y no sentirse mal por no recibir un regalo en Navidad.

Su madre siempre le dijo que: “La educación es la única herencia que les dejaremos”. E insistía: “Si otros pueden, tú puedes. Y si otros no pueden, tú serás la primera en lograrlo”. 

Sin embargo, sus precariedades eran materiales. Era una estudiante brillante y ella lo sabía. Se atrevió a irse a estudiar a Nueva York sin saber nada de inglés. Al llegar a la Gran Manzana, su padre le compró libros y casettes. Darys le pedía a todos sus amigos que le hablaran en inglés, porque su propósito era aprender el idioma lo antes posible. Durmió en un sofá en la casa de una tía en Nueva York, y estuvo a punto de ser abusada sexualmente… Pero ningún obstáculo la hizo pensar en regresar a Quisqueya. 

Logró ser admitida en LaGuardia Community College. Tomaba las clases en la mañana para aprovechar las tardes en la fábrica donde trabajaba su padre, para así trabajar luego por varias horas… Y en las noches, cuidaba niños.  

Más adelante, en 1988, logró entrar a estudiar a Vassar College, una prestigiosa universidad de Nueva York. Sus calificaciones y buen desempeño le abrían las puertas a nuevos desafíos. Allí, aunque logró una beca casi completa, Darys no podía pagar la diferencia (el año escolar costaba US$27,000 dólares y la beca le cubría US$25,000, pero ella tenía que pagar la diferencia). Así que tomó un trabajo de 10 horas a la semana, más un préstamo estudiantil. 

Sin duda, ¡la historia de éxito de Darys es grande! A ella nada le cayó del cielo. Todo lo trabajó. Todo se lo ganó. 

Muchos años más tarde, Darys fue invitada a formar parte del Consejo de Directores (Trustee) de la Universidad de Vassar, siendo la primera mujer latina que llegó a ese consejo desde la fundación de la universidad, en 1865. 

Luego, con 27 años, y tras terminar sus estudios superiores, Darys fue nombrada como Vicepresidenta de Mercados Emergentes en Deltec Asset Management, en Wall Street. Ahí comienza una carrera de éxito en el mundo de las finanzas… Más tarde, fue Vicepresidenta de Renta Fija y Commodities del prestigioso banco de inversiones Goldman Sachs. 

Hasta que, de un día para otro, termina abruptamente su carrera en la bolsa de valores más grande del mundo, ya que después de 15 años trabajando en Wall Street, Darys decide regresar a su país, República Dominicana, para desempeñar el puesto de Gerente General/ CEO de la Bolsa de Valores, siendo la primera mujer en ocupar esa posición, cargo en el que se mantuvo por cinco años. 

Posteriormente, fue Vicepresidenta de Sostenibilidad Empresarial de la administradora de activos INICIA, por cinco años (2012-2017). Entonces, después fue Presidenta de la Junta de Directores del Instituto Cultural Dominico Americano, desde abril de 2018 y hasta mediados de julio de 2021. 

Los últimos pasos ejecutivos de Darys Estrella en el país han sido como miembro del Consejo de Administración de Excel, desde noviembre de 2019 y hasta la fecha, (continuará en sus funciones desde Boston), además de sus asesorías financieras personales y empresariales. 

Y, como si todo esto fuera poco, tras su periodo empresarial, un día, Darys decidió lanzarse como conferencista y comenzar todo de nuevo… Fue a las universidades a ofrecer charlas gratuitas para darse a conocer en esta faceta hasta que logró sus primeras contrataciones. El lema de Darys es: “Hacer que las cosas pasen”. ¿El resultado? Ha realizado decenas de conferencias, presenciales y virtuales, en el país y en el extranjero… Es decir, todo un éxito… ¡nuevamente!  

Pero Darys piensa y actúa a otra velocidad… Ya terminó esos ciclos, y abrió uno nuevo: el 7 de julio (en agosto presenciales) comenzó sus clases virtuales para una Maestría en Administración Pública en la Universidad de Harvard (Boston), quizás, la universidad más prestigiosa del mundo, donde tiene un solo propósito: prepararse para venir luego a “servir a los dominicanos” desde donde se producen los cambios, o sea, desde la Administración Pública.

 Seguir creciendo 

Darys, cuéntanos, “cerrando ciclos para seguir creciendo”… ¿Por qué tomaste esta decisión en este momento de tu vida? 

“Me di cuenta que me he pasado toda una vida cerrando ciclos, cerrando ventanas para abrir puertas, reinventándome cada vez que lo he considerado necesario. No soy de las que se queda estancada en el pasado, sino que vive el presente de manera plena y siempre mira hacia un mejor futuro. Por eso decidí dar mi conferencia titulada ‘cerrando ciclos para seguir creciendo’, para que hombres y mujeres se vieran reflejados en mi historia y que les pueda servir de inspiración; de creer en ellos mismos, de que se den cuenta que nunca es tarde para empezar de nuevo. Lo único constante en esta vida es el cambio. Ante el cambio, tienes dos opciones: la primera, es aferrarte y resistirte. En ese caso, vivirás miserable todos los días. La segunda, es aceptar tu nueva realidad y fluir, agradecer por lo que pasó, llevarte lo que aprendiste y seguir adelante. A mis 52 años recién cumplidos, decido una vez más reinventarme. ¿Y por qué no? Muchos me dicen que ya es tiempo de estar tranquila, pero mientras tenga alas, seguiré volando”.

¿Te costó tomar la decisión? 

“Cerrar un ciclo puede ser difícil y a veces hasta doloroso, pero necesario para seguir creciendo y evolucionando. Dejar mi país natal nuevamente, después de 14 años viviendo aquí, alejarme de mis seres queridos, llevando conmigo a mi hijo de 16 años, buscar dónde vivir allá en EE. UU. Y renunciar a mis responsabilidades profesionales aquí en República Dominicana, todo eso conlleva de una logística. No puedo decir que ha sido fácil. Sin embargo, es lo que quiero hacer y estoy feliz de tener esta oportunidad. Poder empezar de cero es un reto, pero un reto que lo tomo con conciencia de dar un paso en una dirección diferente. Me queda claro que la dueña de mi destino soy yo y que soy la protagonista de mi vida. Si quiero algo, me aseguro que pase. Irme a estudiar a la Escuela de Gobierno de la Universidad de Harvard, para hacer una Maestría en Administración Pública, es algo que quiero usar de trampolín para el próximo capítulo en mi vida”.   

¿Alguna vez te ofrecieron un cargo público?

“No. Nunca me han hecho una oferta para trabajar en el sector público. Lo que sí, es que siempre la gente me dice y me pregunta que por qué no estoy metida en la política. En todas mis conferencias esa pregunta no falta”. 

¿Incursionarías alguna vez en la política?  

“Antes te hubiera respondido con un NO rotundo. Hoy pienso que sí, que puede ser una posibilidad”. 

¿Qué ha hecho que se abra esa posibilidad?

“A mí, desde años, la gente me dice ‘por qué no te metes a la política’, ‘necesitamos gente buena’. Pero siempre he dicho que no, porque siempre me he encontrado la política muy sucia y eso no me gusta. Pero estos últimos tres años me he dado cuenta que desde donde se hacen los cambios es desde adentro y tú tienes que estar ahí y hacer que las cosas cambien, no desde afuera, que es donde yo siempre he estado. Como yo siempre creo que he aportado mi granito de arena desde donde me encuentre, ya sea protestando o haciéndome voluntaria en alguna causa, pero nunca desde adentro, desde donde tú puedes incidir y sí, la idea me gusta”. 

¿Estarías preparada para ser candidata… Estaríamos hablando de cuatro años más o más adelante?

“En caso de que yo me fuera por esa línea, lo más probable es que fuera 2028… Ahora, mucho puede cambiar en un año cuando yo me vaya. Lo que yo piense en este momento, tal vez sea muy diferente cuando yo venga armada con una maestría en Administración Pública, con todo lo que pueda aprender y todo lo que pueda aportar. En este momento es como difícil decírtelo”.  

¿Has pensado alguna vez traspasar tus conocimientos al sector público económico-financiero?

“Precisamente, he decidido hacer esta Maestría en Administración Pública en la Universidad de Harvard para que me sirva de trampolín y poder dar el salto al sector público. Me encantaría poder seguir aportando a mi país con mis conocimientos y mi experiencia. Ojalá y pueda tener la oportunidad”. 

¿Si se te diera una buena oportunidad de trabajo en Boston o en Estados Unidos, te quedarías allá nuevamente? 

“Mi preferencia sería volver a mi país y poder aportar aquí. Siento que aquí puedo tener un impacto mayor y hacer una gran diferencia. Ahora bien, si esa oportunidad aquí no se da y se me abre la puerta en Estados Unidos, entonces allá me quedaré”. 

¿Estas decisiones han afectado tu vida personal?

“Por supuesto que sí. Ser independiente me ha permitido estar en todos los eventos importantes de mis hijos sin tener que elegir o sentirme culpable. Manejo mi propio horario y todo lo he hecho hasta ahora de manera virtual. Eso me permite siempre estar presente cuando tengo que estarlo y poder hacer muchas cosas al mismo tiempo”.   

¿En qué consiste la Maestría que harás en Harvard? 

“Estaré cursando una Maestría en Administración Pública. Este programa, al igual que todos, tiene unas materias mandatorias, pero tiene la ventaja de que puedes personalizar el programa basado en tus intereses. Estaré enfocándome en dos temas en particular que me apasionan: la equidad de género y la inclusión financiera. Quiero trabajar en políticas públicas que impulsen los derechos fundamentales de las mujeres y que ayuden a la gente a salir de la pobreza incluyéndolos en el sistema financiero. Por ejemplo, que tengan acceso a un crédito, a bancarizarse y no tener que financiarse a través de un prestamista”.  

A pesar de que ya habías estudiado en Harvard, ¿qué significa para ti hacer una Maestría en Administración Pública en esa casa de estudios? 

“Había hecho estudios de post grado en Harvard. Esta vez voy a hacer una Maestría a tiempo completo, porque le quiero dar un nuevo rumbo a mi vida. Estudiar en una institución como Harvard me llena de emoción por la reputación del programa académico, los profesores de primera, y los estudiantes que vienen de todas partes del mundo. Realmente será una experiencia muy enriquecedora”.   

¿Qué significa para ti recibir esta beca de Harvard? 

“Ganarme la beca John F. Kennedy representa para mí un honor y me llena de orgullo. Ni siquiera la solicité. Nadie puede aplicar a ella. Es una beca que te otorgan por mérito y haber sido seleccionada es un prestigio enorme. Estaré representando en alto a mi país”. 

¿Es uno de los mayores reconocimientos a tu carrera? 

“Este reconocimiento está entre los más satisfactorios. Ser reconocida por una institución académica como lo es Harvard para mí es un honor y un privilegio. El hecho de que la universidad me eligiera a mí entre tantos candidatos, es un tremendo reconocimiento”. 

¿En qué momento llega esta beca para ti? 

“Esta beca llega en el momento perfecto, cuando tenía que llegar. Soy de las que se atreve y no permito que nada me detenga. Solicité a Harvard sin saber cómo podría pagarla. Hubiese tenido que elegir entre pagar la universidad de mi hija en Nueva York, el colegio de mi hijo menor y mi maestría. Por supuesto que ahora mismo mi prioridad es la educación de ellos. Pero me dije, ‘lo más difícil es entrar. Aplica que una vez seas admitida, el dinero se consigue’. Y para mi sorpresa no tuve que hacer nada, pues la beca ‘John F. Kennedy fellowship’ llegó sola. Un comité elige a quién ellos consideran se merece esa beca por mérito”. 

Ahora es Harvard, pero tú te has identificado mucho con Vassar College. ¿Qué es para ti esa institución?

“Vassar College es la universidad donde obtuve mi licenciatura. Es la institución que me abrió las puertas y me dio la oportunidad de estudiar a un nivel sumamente competitivo. Me otorgaron una beca completa y era la única manera que yo hubiese podido estudiar. Muchos años más tarde, estuve varios años como parte del Consejo de Directores. Hoy en día, mi hija cursa su segundo año en la misma institución, con doble titulación en sicología y teatro. Tengo mucho que agradecerle a esa institución”. 

¿Y la Universidad de Michigan?

“En la universidad de Michigan estudié mi maestría en Administración de Empresas (MBA). A esta casa de estudios también le agradezco mucho. Cuando me aceptaron, yo tenía varias ofertas para ir a varias universidades. Ellos me llamaron y me preguntaron: ‘¿qué podemos hacer para que vengas acá?’ Les respondí, medio en broma y medio en serio: ‘show me the money’, queriéndoles decir que si me becaban yo me iba… (Risas). Efectivamente, me dieron una beca completa. Dejé mi vida en Nueva York, vendí mi casa, y me fui a Ann Arbor, Michigan, con mi familia (un hijo de tres años y una niña recién nacida). El papá de mis hijos me llevaba a mi hija a la escuela para yo poder amamantarla entre una clase y otra. De una clase de más de 400 alumnos, éramos apenas dos madres. La universidad me brindó mucho apoyo. Años más tarde, también estuve en el Consejo de esa institución por seis años”.   

¿Y Yale?

“Allí solo hice un programa corto para ejecutivos. Excelente programa”. 

¿Y, cómo no, Oxford, en Inglaterra?

“Allí cursé un programa post-grado para ejecutivos sobre liderazgo transformacional. Fue una experiencia increíble. Los participantes éramos de todas partes del mundo al igual que los profesores. El método de enseñanza fue muy distinto a lo que yo estaba acostumbrada, que era el método de estudiar casos. En Oxford, estudiamos las diferentes formas de liderazgo mientras analizábamos a Shakespeare, o mientras interactuábamos con un director de una sinfónica. Aprendí mucho”. 

¿Y el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas
(INCAE), en Costa Rica?

“Allí estudié Sostenibilidad Empresarial. Es una casa de estudios excelente. Al igual que los demás programas que he hecho, éramos estudiantes de todas partes del mundo. El contenido académico fue excelente. Los profesores de primera”. 

 Cerrando ciclos 

Darys, en el 2007 volviste al país luego de 15 años en Wall Street.
¿Por qué volviste? 

“Yo regresé al país por dos razones: una profesional y una personal. En cuanto a lo profesional, quería aportar a mí país mi granito de arena con mi experiencia y conocimiento. Además, sería la primera mujer en Latinoamérica en manejar una bolsa de valores. Quería trazar el camino para que otras dijeran: ‘si ella pudo, yo también puedo’. En cuanto a lo personal, quería que mis tres hijos se sintieran identificados con su cultura dominicana, que aprendieran bien el español, y que estuvieran cerca de su familia materna”. 

¿Habrías hecho algo diferente en el 2007 cuando decidiste volver? 

“Es muy fácil ver todo en retrospectiva. Prefiero pensar que hice lo que tenía que hacer y de cualquier error cometido, me llevo la experiencia ganada”. 

En 2008, fuiste seleccionada Joven Líder Global por el Foro Económico Mundial, siendo todavía hoy la única dominicana con este galardón. ¿Qué piensas hoy de ese reconocimiento? 

“Yo no tenía idea que haber sido seleccionada para formar parte de ese Foro me abriría tantas puertas, conocería tanta gente extraordinaria, y conocería tantas partes del mundo asistiendo a las conferencias. Sin lugar a dudas, ser Joven Líder Global (ya no tan joven), ha sido una de las experiencias más gratificantes que he tenido”. 

En el 2011, fuiste reconocida como “La Mejor CEO de República Dominicana 2011”, por la revista European CEO. ¿qué significa para ti ese premio, 10 años después? 

“Soy de las que hago el trabajo necesario para que las tareas se ejecuten bien y de que las operaciones fluyan de manera eficiente. Cuando te dan un reconocimiento es como la cereza encima del pastel. Fue un reconocimiento importante”. 

¿Has sentido alguna vez que no te han reconocido en tu país por todos los logros que has obtenido en el extranjero? 

“Dicen por ahí que nadie es profeta en su tierra… (Risas). Realmente, no me he sentido que no me reconocen aquí en mi país, sino que la gran mayoría de mis reconocimientos han sido dados por otros gobiernos, empresas e instituciones fuera de este país. Por ejemplo, reconocida por el Congreso de los Estados Unidos por mis aportes como Latina en Estados Unidos; por el Foro Económico de Mujeres, como Latina destacada en el mundo de las finanzas, y así muchos otros”. 

¿Te has sentido alguna vez menospreciada por el sector empresarial
dominicano?

“No. Nunca. Ahora bien, cuando me independicé y quería dar conferencias, les presente a muchos de ellos mis planes y no recibí apoyo alguno… Todos me decían que sí, pero al final del día, ninguno me contrataba. Y como yo soy de las que no se victimiza sino que hago que las cosas pasen, fue entonces cuando decidí dar conferencias a las universidades de manera gratuita para darme a conocer. Así empecé aquí. Me contrataron de fuera y fui a dar charlas a España, Colombia, Panamá, Estados Unidos, Curazao y, entonces, ¡ahí sí me empezaron a contratar localmente!”.

¿Qué recuerdos tienes de tu paso de Gerente General/ CEO de la Bolsa de Valores de RD?

“Recuerdo a mi llegada cuanto trabajo me costó acostumbrarme a muchas cosas: al ‘silencio’, comparado al ruido enloquecedor de Wall Street; a un mercado con unas operaciones incipientes versus lidiar con miles de millones de dólares como lo hacía en New York; aprender a colmarme de paciencia cuando me llegaba un email de cinco párrafos para preguntarme algo… En Wall Street, si pasas de dos líneas, nadie lo lee; a la impuntualidad de la gente (a esto nunca me he acostumbrado). Pero también recuerdo a un equipo de gente buena, trabajadora, que quería junto a mi desarrollar el mercado, y que trabajó arduamente para lograrlo”. 

Darys, ¿Cómo analizas tu paso por INICIA, desde el 2012 al 2017?

“Cuando salí de la Bolsa de Valores, me fui a trabajar a INICIA a hacer algo completamente distinto para mí. Me contrataron como Vice Presidenta de Sostenibilidad Empresarial. Fue mucho lo que aprendí pues empecé de cero. Me ayudó contar con un equipo de primera, los cuales eran expertos en la materia. Ellos se concentraban en lo operacional y yo en lo estratégico. Soy de las que piensa que puedes trabajar en lo que sea (excepto algo que sea técnico, como medicina, ingeniería y demás) si tienes la actitud para aprender y tienes habilidades de liderazgo”.   

¿Cómo tomaron en EXCEL la noticia de que te ibas a estudiar a Cambridge, Harvard? 

“El presidente de Excel (Alberto Cruz) me escribió una de las cartas de recomendaciones para yo poder aplicar. Desde el principio, él me brindó su apoyo y le pareció una magnífica idea. Cuando me aceptaron en Harvard, se puso feliz por mí y me expresó lo orgulloso que estaba y que estaba seguro que sería una buena experiencia para mí”. 

En los últimos años en República Dominicana has tomado importantes decisiones en tu carrera profesional. ¿Nos podrías detallar cuáles han sido las más trascendentales?

“Dejar el mundo corporativo e independizarme fue una decisión valiente. Dejas lo seguro por lo incierto. Dejas el ‘cheque seguro’, que te llega de manera quincenal, por ingresos que no sabes cuando vas a cobrar… Dejas el prestigio y respaldo de una empresa para contar solo contigo, con tu nombre, con tu reputación, con tus conocimientos y con tus relaciones. Durante los últimos tres años y medio, he hecho y sigo haciendo varias cosas: escribí mi libro ‘El Hierro que Forjó a la Dama’, he dado consultorías a empresas, asesorías en finanzas personales y conferencias, tanto aquí en el país como a nivel internacional, y sigo como miembro de un par de Juntas Directivas. Soy Presidenta del Consejo de Administración del Instituto Cultural Dominico Americano y miembro independiente del Consejo de Excel Group”.

 La conferencista 

Darys, hoy estás muy enfocada en dar charlas, conferencias, webinars, entre otros. ¿Te has reinventado en esta pandemia? 

“Creo que esta pandemia nos ha obligado a todos, de una u otra forma, a reinventarnos. En este momento me dedico a dar consultorías, asesorías a individuos sobre cómo manejar sus finanzas e invertir; a dar conferencias, webinars y a escribir. Uno se ha tenido que volver más creativo, más innovador. Yo amaba la presencia de un público, los abrazos al final de la conferencia, las miradas de la gente. Ahora todo es de manera virtual, y aunque doy gracias a Dios y a la tecnología por poder hacerlo, no es lo mismo ni se siente igual”.   

¿Qué es lo que más te apasiona
de los webinars? 

“Lo positivo de estos webinars, y lo que más me gusta, es que desde un espacio en mi casa puedo llegar a impactar a muchos que se encuentran en otros países. El alcance es mucho mayor. Me encanta la interacción con personas de países tan distintos, pues hace que el aprendizaje sea mucho más enriquecedor”. 

¿Cómo se encuentra tu vida deportiva, con la bicicleta y maratones? 

“El año pasado fue muy difícil pues cancelaron todos los eventos deportivos a nivel global. Yo me estaba preparando para correr el maratón de Boston. Con la cancelación, baje la intensidad. Apenas ahora estoy retomando mis entrenamientos. El ejercicio es ya parte de mi vida. Es como una inversión en mí misma, porque no solo me hace sentir mejor físicamente, sino también a nivel emocional y espiritual. Es el tiempo que saco para mí y no es negociable”. 

¿Te han discriminado alguna
vez por ser mujer?

“Claro que sí, aunque muchos dirían que no. Lo que pasa es que se te puede discriminar de manera muy sutil. Casi siempre yo era la única mujer en el salón, y alguien me pedía que le buscara café… ¿Por qué a mí y no a uno de mis colegas hombres? Cuando tuve mi primer hijo, en 1996, no había sala donde ordeñarse y yo salía a las 4:00 pm, después de llevar nueve horas laborando, y el jefe me pregunta: ‘¿Cuándo vas a empezar a trabajar tiempo completo de nuevo?’ A un hombre nunca le van a preguntar eso porque no tiene que salir a amamantar al bebé. O las salidas al campo de golf, donde yo era la única que no recibía invitación porque era una salida de ‘hombres’… Claro que allí en ese campo de golf se hacían muchas negociaciones. Como te darás cuenta, puede que mucha gente diga que eso no es discriminación, pero yo digo que sí, pues no te abren las mismas puertas y tú tienes que trabajar más duro. A mí eso nunca me detuvo ni jugué el papel de víctima… Yo, por supuesto que no buscaba el café, por supuesto que me seguía marchando a las 4:00 pm hasta que yo decidiera dejar de amamantar y, por supuesto, que competía con ellos al mismo nivel”.

 Darys inside  

Darys, ¿Qué te falta aún por hacer? 

“Siempre, desde cualquier espacio en el cual me he encontrado, he tratado de aportar mi granito de arena para contribuir a una mejor sociedad. Ahora, quiero poder tener más incidencia en la colectividad y, por eso, empiezo este nuevo ciclo en mi vida.  

Como maratonista, uno de mis sueños es completar los seis grandes maratones para obtener esa medalla. Me falta correr los de Boston y Tokio. Ya tengo las medallas de Nueva York, Chicago, Berlín y Londres”.   

¿Eres feliz actualmente? 

“Absolutamente. Porque ser feliz es una decisión y yo decido ser feliz todos los días a pesar de todo lo que me pueda pasar. Mi felicidad no depende de otros o de factores externos. Es una decisión propia”.   

¿Qué significan tus tres hijos para tu vida y desarrollo profesional? 

“Mis hijos son mi mayor tesoro. Han sido mi principal motor para yo siempre dar lo mejor de mí. Son la razón principal por la que me levanto todos los días, dando siempre mi mejor versión y actuando con integridad y ética para que ellos nunca se avergüencen de su madre y se sientan orgullosos de mí”. 

¿Qué dijeron tus padres cuando les dijiste que volvías a Estados Unidos a estudiar? 

“Me felicitaron y me dijeron lo orgullosos que estaban. Mi mamá agregó en forma jocosa: ‘mi hija, yo espero que no te me vuelvas loca de tanto estudiar’. 

¿Qué dijeron tus hijos cuando les dijiste tu decisión de volver a EE. UU. a estudiar? 

“Mi hijo mayor y mi hija (la segunda), quienes viven desde hace ocho años en Estados Unidos, estaban súper emocionados y contentos porque estaremos más cerca. Me expresaron el orgullo que sentían. El menor, de 16 años, que aún vive conmigo y quien se marcha conmigo, lloró… Él vino a este país con apenas dos años y su vida ha sido aquí. Para él es un cambio drástico y los cambios son a veces difíciles (hasta dolorosos), pero necesarios”. 

¿En qué etapa de la vida se encuentra hoy Darys Estrella Mordán? 

“En la mejor etapa de mi vida. A mis 52 años siento que tengo la energía de seguir dando pasos para ir tras mis sueños, que tengo la valentía de arriesgarme e ir por más, que no me rijo por las normas o expectativas de los demás, sino que siempre le hago caso a mi corazón, sin dejar de ser genuina y sin perder nunca mi humildad y autenticidad.  

En cuanto a lo personal, estoy feliz de haberme reencontrado con quien fue mi primer amor en el colegio, cuando yo tenía 12 años. Estando yo cursando el 8vo curso y él, el primer año de bachiller… Me esperaba todos los días para caminar conmigo al colegio. Había mucha atracción pero nunca pasó nada entre nosotros. Éramos dos niños y eran otros tiempos. 40 años después nos reencontramos y te puedo decir que fueron los 40 años mejores esperados de mi vida. El tiempo de Dios es perfecto y las cosas pasan cuando tienen que pasar. Él tiene la valentía de comenzar junto a mí esta nueva etapa de mi vida y de escribir los próximos capítulos de nuestra historia juntos.

Mis hijos (24, 21 y 16), saludables, y felices.  ¿Qué más puedo pedir?…
Solo me resta agradecer a Dios por tanto”.  

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