Elizabeth Mena es la segunda mujer en 50 años en presidir la Asociación Dominicana de Exportadores (Adoexpo). Una abogada que tiene 25 años de experiencia asesorando a multinacionales en el país.
Dirigir Adoexpo ha sido un verdadero reto para Elizabeth, aunque asegura que le ha permitido transformar su liderazgo.
“El reto está relacionado al manejo del tiempo entre las múltiples ocupaciones que tengo, pues Adoexpo es un trabajo de vocación, que me llena de energía, responsabilidad y entrega”, afirma Elizabeth Mena, al ser entrevistada por revista CONTACTO.
La presidente de Adoexpo tiene una visión muy clara de que se puede cumplir con varios roles, como lo hace ella, de ser madre, hermana, hija, profesional y ejecutiva.
“La planificación y la disciplina son la clave de que pueda ser productiva. Básicamente, es un tema de manejo muy riguroso de un calendario y de tener un buen equipo de trabajo; disciplina y establecer prioridades y saber delegar”.
Elizabeth, ¿qué ha significado para usted llevar la presidencia de Adoexpo durante estos dos años de pandemia?
“Ha sido una experiencia de crecimiento y de llenarme de esperanza. El estar al lado de los exportadores en estos momentos, y ver cómo trabajan para tener los mejores productos para competir con el mundo, ser parte de esa lucha de romper barreras y situaciones adversas relacionadas con la pandemia, como la crisis logística, ha provocado en mí un alto sentido de responsabilidad y compromiso con mi país y su desarrollo. Dos años de mucho trabajo a lo interno, mejorando la infraestructura para tener una edificación a la altura de nuestros exportadores y que los mismos puedan contar con su Casa del Exportador, así como trabajando de la mano con instituciones del Estado para cimentar la exportaciones, no solo de bienes, sino de servicios”.
¿Ha sido un reto para usted como mujer dirigir Adoexpo?
“Sí, ha sido un reto, que me ha permitido transformar mi liderazgo. El reto está relacionado al manejo del tiempo entre las múltiples ocupaciones que tengo, pues Adoexpo es un trabajo de vocación, que me llena de energía, responsabilidad y entrega. He tenido que balancear el tiempo para mi trabajo, mi familia, amigos y otras asociaciones de las cuales soy parte en su consejo. Hasta ahora, entiendo que lo he logrado gracias a que junto al Consejo hemos creado una sinergia y armonía que nos permite trabajar en lograr las metas que nos hemos propuesto, que es convertir al sector exportador en el eje de la economía dominicana. De igual manera, cuento con la dicha de ser parte de un núcleo familiar que me apoya: mi madre y mis hermanas”.
El 2021 hubo exportaciones de más de 10 mil millones de dólares. ¿En qué áreas fue donde más se creció y qué productos?
“Las exportaciones dominicanas crecieron en el 2021 por encima de 2019, que fue un año importante de las mismas en la economía dominicana. Los principales destinos que lideraron este importante crecimiento fueron Estados Unidos, India, Haití, Puerto Rico y China. Definitivamente, el sector de las zonas francas y la minería son los grandes líderes de crecimiento, siendo los puros, los artículos de joyería, los aparatos de electro diagnóstico, la manufactura textil de camisetas y el oro platinado, los que se incrementaron en dicho periodo”.
¿Qué legado quieres dejar en Adoexpo cuando salga?
“Más que un legado, mi meta es instaurar y fortalecer una cultura de resultados. Mi deseo es que no tengan que pasar otras tres décadas para que llegue otra mujer a la presidencia de la Asociación. De igual manera, es uno de mis pilares dejar implantada las bases en el país para que se eleve la cultura exportadora y que el sector exportador reconozca que Adoexpo es su asociación aliada, una asociación cercana a todos”.
Además, es vicepresidente de la Corporación Minera Dominicana (CORMIDOM). ¿Cómo es su día a día entre estas dos instituciones?
“La planificación y la disciplina es la clave de que se pueda ser productiva. Mi día empieza muy temprano, con actividades primero de la familia, y algunos días, ya de madrugada en la mina. Generalmente, mi trabajo empieza muy temprano, primero leyendo la prensa nacional e internacional, luego con una conferencia operativa de CORMIDOM, donde todos los directivos conversamos sobre las prioridades y las actividades del día y de cómo uno con otros complementamos las operaciones de la mina. Continuando lo mismo con Adoexpo.
En el transcurso del día se realizan reuniones o se asiste a actividades tanto en Santo Domingo como en la mina. Ya en la tranquilidad de mi casa, al final del día, es que me dedico a producir, ya sea para estudiar un documento, ley o proyecto de ley, así como a escribir y redactar los documentos en mi rol de abogada que me corresponde realizar. Básicamente, es un tema de manejo muy riguroso de un calendario y de tener un buen equipo de trabajo, disciplina y establecer prioridades y saber delegar”.
Tiene más de 25 años asesorando multinacionales. ¿Cómo ha sido esa experiencias de trabajar con empresas a ese nivel?
“El trabajar con multinacionales te brinda la posibilidad de un relacionamiento con personas de otras culturas y con visiones distintas, lo que hace que la experiencia laboral sea mucho más enriquecedora y atractiva, y que permita crecer como profesional y ser humano. Adicionalmente, al ser cada asesoría un trabajo distinto, te reta a conocer las interioridades de muchas áreas de la economía. Me ha tocado trabajar desde el área retail, turismo, aeropuertos, generadoras eléctricas, franquicias, zonas francas y sectores regulados a transacciones de adquisiciones, fusiones y financiamiento internacional, así como labores del día a día en los negocios, como es laboral, contratos, asuntos de tierra. Al asesorar operaciones tan distintas una de la otra, me ha permitido desarrollar una visión 360 de los negocios, así como enfocarme en la previsión del futuro de los mismos. Siempre he dicho que los abogados tenemos un nivel de transformación y adaptación que nos hace únicos”.
¿Qué crees que hace falta para que más mujeres se involucren en el mundo empresarial?
“Las mujeres ocupamos la mayor matrícula en las universidades, sin embargo, no ocupamos mayores puestos de dirección. Nos quedamos en los puestos medios y operativos. Para mí, eso se debe a que, nosotras mismas, nos ponemos barreras de crecimiento. Nosotras mismas nos limitamos al conformarnos, a no hablar y exigir. Las mujeres somos más exigentes con nosotras mismas y entendemos que lo que hacemos no es suficiente. Necesitamos involucrarnos más, así como formar núcleos de mujeres que nos apoyemos unas a las otras, y que dejemos el camino a las nuevas generaciones. En este sentido, apuesto a que juntas logramos más, y que es responsabilidad de todas nosotras liberar las barreras, demostrar nuestra capacidad y provocar los cambios y transformaciones que como mujeres somos capaces de lograr”.
Usted es una mujer que cumple con diversos roles: profesional, ejecutiva, madre…¿Cómo puede cumplir con cada uno de ellos?
“Primeramente, gracias al apoyo de mi familia. Mi difunto esposo siempre me apoyó y fue el mejor de los padres, y nos repartíamos los roles dependiendo de las necesidades y prioridades del momento. Igualmente, cuento con unos padres y hermanas que siempre están allí para ayudarme, así como de mi grupo de amigos, que en los tiempos más complicados, siempre están allí. Pero, lo más importante, es tener un equipo de trabajo profesional y responsable en el que puedas delegar y trabajar en equipo”.
Tiene una hija, ¿qué oportunidades quiere que tenga su hija que usted no tuvo?
“Estoy trabajando para que mis hijos, tanto el varón como la hembra, tengan todas las oportunidades para su desarrollo y que sean entes de bien en el mundo. Trabajo para que, no solo mi hija, sino todas las jóvenes del mundo, puedan tener oportunidades de educación e inclusión y que puedan valerse por sí mismos. Recuerdo cuando mi hija estaba pequeñita, e iniciaba en el fútbol, no existían equipos femeninos, y en los equipos solo habían dos niñas y prácticamente no las dejaban participar. Mi esposo y yo conversamos y decidimos que si eso era lo que le gustaba a ella, deberíamos ayudarla a desarrollarse y así hicimos un equipo de fútbol femenino, el cual fue evolucionando, y que nos permitió conocer a más padres que estaban en la misma situación. Hoy en día, existen ligas de fútbol femenina, y mi hija se encuentra en los Estados Unidos becada en la universidad por el fútbol.
Para mí, las oportunidades de las generaciones venideras están en nuestras manos y es nuestra responsabilidad hacer el cambio. Procurar más jóvenes en las ciencias y en la tecnología, por romper los esquemas de los patrones de cuál es el rol de hombre y la mujer. Como madre de un varón, entiendo mi responsabilidad es aún mayor con él y el criarlo para que las brechas de género sean eliminadas”.
Forma de pago: transferencia o depósito en el banco BHD León a la cuenta 27190380011