La Acción Empresarial por la Educación (EDUCA) arriba este 2019 a sus 30 años, con esperanzas puestas en que este sea el año decisivo para la educación dominicana y demostrar que la inversión sistemática que ha realizado el Estado desde el 2013 ha dado resultados concretos, ya que “luego de seis años deberíamos mostrar mejores resultados como país, no comparados con otros, sino consigo mismo”, a juicio de Darwin Caraballo, Director Ejecutivo de la entidad privada.
El 22 de septiembre de 2017, en Higüey, el actual Ministro de Educación, Andrés Navarro, dijo luego del paso del huracán María: “Las escuelas no están solas… cuentan con un Ministerio cada vez más comprometido, y con una comunidad cada vez más solidaria”.
Para dar el gran “salto”, no cabe la menor duda de que a la educación dominicana aún le falta mucho camino por recorrer. Se han dado grandes avances como país y eso tampoco nadie lo puede discutir. Pero así como el Ministro de Educación dijo en su momento que las escuelas no están solas, existe una institución que representa al sector privado en materia de educación, y que trabaja desde 1989 para que todo niño, niña y adolescente cumpla con el derecho fundamental de recibir una educación de calidad.
“EDUCA ha tenido una larga trayectoria y el principal aporte es lograr que el sector empresarial se motive. Entiendo la importancia que tiene la inversión en educación, por los efectos que tiene sobre la sostenibilidad de sus negocios y la rentabilidad, incluso de sus emprendimientos, tanto a nivel local como internacional. En el mundo actual, los países se clasifican por la calidad e inteligencia de su gente y eso implica invertir en la formación de cada hombre y mujer en la República Dominicana, que es el verdadero capital que tiene el país y los empresarios lo han entendido, y en términos relativos, el empresariado dominicano tal vez es de los que más invierte en toda la región latinoamericana, dado el tamaño del mercado del país”, afirma Darwin Caraballo, Director Ejecutivo de EDUCA, entrevistado por revista CONTACTO en las oficinas de la entidad.
Ahora mismo se está invirtiendo el 4 % del PIB en educación. ¿Usted cree que es suficiente?
“Para educación nunca es suficiente, siempre se requieren más recursos, el problema está en las definiciones del desarrollo de un país, el sector educativo no es el único que demanda recursos, también lo demanda la salud, la seguridad social, las inversiones en vivienda y en otro tipo de derechos tan fundamentales como la educación. Lo que sí es cierto es que el esfuerzo que hoy hace la sociedad dominicana por pagar a la educación preuniversitaria de un 4 % del PIB y a toda la función educativa, superando el 4.4 % de este PIB, es el más alto del mundo. Ningún otro país destina el 23 % de su presupuesto público para financiar la educación pre universitaria, es decir, más de RD$1 de cada RD$4 pesos que recibe el estado dominicano va destinado a este sector y eso es un esfuerzo mayúsculo que marca una apuesta de largo plazo validada por toda la sociedad, no es solamente una apuesta del Gobierno. El Estado sigue el mandato de la sociedad que lo llevó a firmar este compromiso político y social para asignar los recursos previstos en la ley, que lo viene honrando desde que el presidente Medina asumió el cargo, sistemáticamente, lo que ha permitido en un contexto de crecimiento de la economía que el presupuesto en términos de PIB se mantenga constante. Es decir, 4 %, pero en términos de recursos absolutos, ha aumentado todos los años significativamente a una razón promedio por encima de los diez mil millones de pesos al año y eso ha permitido que hoy el sistema educativo pre universitario tenga una inversión acorde a la necesidades del sector y a las posibilidades financieras del país”.
Hablando sobre el Plan Decenal de Educación, este inició en el año 1990 hasta el año 2000; luego se volvió a implementar en el 1998 hasta el 2018. Sin embargo, República Dominicana sigue sacando malas notas en las pruebas de PISA ¿Cree usted que vale la pena continuar haciendo programas a diez años como se ha venido haciendo?
“Los primeros dos planes de educación que mencionas, prácticamente no tuvieron financiamiento para poder llevar a la práctica las acciones que ahí planteaban, ni los objetivos de políticas que se trazaron. Claramente, el de la década de los 90 no percibía más de 1.8 % del PIB, ubicando a República Dominicana en la retaguardia de la inversión a nivel mundial y sobre todo de América Latina… son solamente pocos años de la segunda versión del plan que abarcaba hasta el 2018, como bien dices, este recibe la inversión correcta del 4 % del PIB que comenzó a materializarse en el año 2013.
Todavía se llevan pocos años de inversión y los resultados en educación no ocurren en términos sistémicos, a nivel de la noche a la mañana, sin embargo, esto no quiere decir que ya no se estén visualizando cambios, cambios en la dirección correcta, el país está mejorando, por ejemplo:
1. En el desempeño de los aprendizajes de los estudiantes que están en jornada extendida de los que están en jornada simple.
2. Están mostrando mejor desempeño en estudiantes que tienen educación inicial de aquellos que no la pudieron tener.
3. Está mejorando la cobertura de la educación media reteniendo más estudiantes, migrando la oferta para jóvenes de la educación humanística académica general, a una educación de carácter técnico para aquellos que necesitan y precisan salir rápidamente al mercado de trabajo.
4. Se está trabajando en una mejora en la calidad de la profesión docente, mejorando las condiciones salariales, significativamente, de los maestros dominicanos de manera radical, al punto tal, de que hoy un profesor en la República Dominicana es el mejor pago en términos relativos, entre toda Centroamérica y el Caribe.
Así que el presupuesto va en la dirección correcta, se están viendo cambios y es cierto que todavía el efecto de los resultados no se están visualizando a nivel de sistemas.
Ahora viene una oportunidad de oro para el país, ya que se aplicó una prueba el año anterior que es la segunda versión de las pruebas PISA y que cuyos resultados serán difundidos en diciembre de este año.Por eso, EDUCA ha dicho recientemente que 2019 representa el año de la verdad para la educación dominicana, más que comparar si está en el lugar 77 como se está hoy en PISA o en el 70, es ver cuánto se mejora uno contra uno mismo. En la educación uno no compite contra otro, compite contra sí mismo, aquí la oportunidad es ver qué grado de mejora se tiene respecto a su situación anterior y si mirar como los otros lo están haciendo para saber si el ritmo de crecimiento de la República Dominicana es mayor o menor que el resto de los países del mundo. Ahí está el verdadero ensayo que se va a tener, porque en la primera medición que se evaluó PISA, en la República Dominicana, en el 2015, con datos del 2014, apenas había transcurrido un año de la inversión del 4 %, con lo cual uno no podía recoger los efectos de esa inversión, simplemente eso formó una muy buena línea de partida, línea de base, para medir el efecto, no todo el efecto se va a poder medir en esta oportunidad porque los muchachos que tienen 15 años son los que se examinaron para mostrar sus resultados y esos solamente habrán recorrido parte de su trayectoria educativa con presupuesto adecuado, pero ya deberíamos ver una tendencia a crecimiento y que sirva para renovar el compromiso de la República Dominicana con la educación.
Tal vez, en lo que sí se debe de pensar, y en eso es en lo que está el mundo, es revisar los modelos pedagógicos vigentes, las estructuras, los currículos, las metodologías cotidianas, en la interacción tecnología-aprendizaje y como se vincula el estudiante con el mundo real, porque la educación tal como la conocemos es producto de la revolución industrial, previo a la revolución industrial, digamos promediado el siglo XIX y obviamente durante todo el siglo XX fue el resultado de un sistema educativo masivo para producir ciudadanos que pudieran volcar competencias a un modelo productivo intensivo en mano de obra y en mano de obra generalmente poco calificada; bastaba por eso con una educación bastante elemental o básica, porque con eso era suficiente para que la persona se insertara en un mercado de trabajo, dado la mutación extraordinaria que está experimentando el mercado de empleo y trabajo a nivel global producto de la erupción de las tecnologías, la educación a nivel mundial se está repensando para que tenga justamente una funcionalidad al nuevo modelo de desarrollo, que ya no es intensivo en mano de obra, que ya requiere de servicios, productos y saberes muy diferentes a los de tiempos pasados y en donde allí sí hay que cambiar estos modelos para que la inversión genere cambios más significativos, porque como te digo, la inversión actual va en la dirección correcta, pero la dirección correcta hoy parece ser un camino demasiado lento para el vértigo que experimenta el cambio del mundo de trabajo”.
Hablando de la tecnología, ¿Usted cree que esta puede ser el paso que le dé el salto a la educación en el país?
“Sí, sin lugar a dudas, debe ser una herramienta que le permitiría al país asumir velocidades mayores para la transformación y el cambio, pero es un arma de doble filo, y debe tenerse mucho cuidado y rigurosidad, porque como cualquier instrumento es un medio y no un fin en sí mismo. Los países en el mundo todavía no han resuelto la forma efectiva de integrar la tecnología al aula. Países como Uruguay que llevan una década entregando un computador por niño al sistema educativo global, tanto primaria como secundaria, no han sido capaces aún de mostrar mejoría sistémicas en el estudiantado… sí demuestran ser muy influyentes en potenciar el talento de algunos estudiantes, pero a nivel del sistema no son capaces de mostrar datos que evidencien una mejoría sistémica.
¿Cuál es el área que usted considera que los maestros necesitan mayor especialización?
“Los maestros requieren especialización en prácticamente la gran mayoría de las áreas. Yo creo que hay un elemento que hay que comenzar a trabajar de cara a esta nueva visión de contenidos educativos, preocupándose mucho más por el aprendizaje firme del estudiante, que por una cuestión de suministrar demasiada información o currículos muy cargados. República Dominicana, si uno mira el currículo de cualquier grado de la educación de primaria comparado con la de Finlandia, tiene tres veces más contenidos y exige tres veces más manejo de conocimientos por competencias de los estudiantes que las que establece el modelo educativo finlandés. Sin embargo, no necesariamente queda demostrado que el estudiante dominicano esté por encima del manejo de conocimientos que los estudiantes de este tipo de países, con lo cual, en educación muchas veces menos es más, y trabajar menos conceptos, reforzarlos, trabajarlos desde rúbrica, prácticas de la conexión con el mundo real, por esto la importancia de sacar la educación fuera de las aulas y llevarla a los espacios de la sociedad, a las empresas genera un mayor conocimiento efectivo por parte de los estudiantes y entonces consolidan conocimientos que es algo que hay que trabajar más en esa dirección”.
Usted ha dicho una frase “En educación muchas veces menos es más” ¿Cree que la tanda extendida realmente es necesaria o los niños a final de cuentas salen más agotados de la escuela?
“La tanda extendida si es necesaria por muchas razones, primero porque está demostrado que más tiempo en un centro educativo genera mejores aprendizajes, segundo porque genera un efecto positivo directo sobre la familia y sobre todo por los más pobres, porque las familias más ricas del país envían sus hijos a jornadas extendidas, sin exclusión, mientras que los más pobres no tenían esa capacidad. Entonces, eso no solamente les da esa posibilidad, sino que además, genera un efecto ingreso en la familia, porque el hecho de que la jornada extendida esté financiando desayuno, almuerzo, merienda y manteniendo al niño seguro durante más horas en un centro educativo, libera horas de trabajo para la mamá, sobre todo, y además genera un ahorro en gastos de comida para el hogar que en la economía agregada no es para nada despreciable y en esos hogares es muy significativo”.
¿Qué le hace falta a la educación pública para competir con la privada?
“Fíjate que la educación privada en términos agregados tiene peores resultados que la educación pública, la educación privada en la República Dominicana es muy heterogénea con más de 3,700 centros educativos que hay en el país de carácter privado y no todos corresponden al estereotipo que podemos tener del centro educativo privado donde asiste la élite. Hay una importante incongruencia en la imagen que mucha opinión pública tiene sobre la calidad de la educación público-privada como grupo global y de lo que realmente ocurre en el sistema, por supuesto hay un grupo minúsculo de centros educativos que tienen una educación de clase mundial, pero eso no llega a un 1 % de esta magnitud, es decir, el gran problema de la educación privada está en la misma calidad que la educación pública.
Es necesario que los padres de familia reclamen mayor rendición de cuentas de los centros educativos, y que estas tengan un carácter objetivo, es decir, no puede ser la calificación de un estudiante, la calificación que entregue el propio centro, sino que se desarrollen evaluaciones externas que te permitan evaluar el grado de nivel de conocimiento que está incorporando tu hijo en este centro educativo”.
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