¿Estaba RD preparada para una pandemia?

En las últimas décadas, los anteriores ministros de salud tuvieron que enfrentar enfermedades como el dengue, zica, chikungunya, malaria, rabia y hasta cólera, pero ninguno tuvo que afrontar una pandemia totalmente desconocida, pero a ¡Rafael Sánchez Cárdenas sí le tocó! ¿Cómo se enfrenta una pandemia? Revista CONTACTO conversó en profundidad con el saliente Ministro de Salud Pública, quien nos reveló su experiencia frente a esta crisis sanitaria mundial. “Fue difícil ver que mis decisiones y restricciones afectaban a la población”.

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August 17, 2020

Mucho ha cambiado el mundo en los últimos 100 años. Por ejemplo, en 1920, la medicina y la ciencia eran campos mucho más limitados para tratar enfermedades, si las comparamos con la actualidad.

Por ello, lo ocurrido entre 1918 y 1920 cambió al mundo radicalmente. Durante dos años, una pandemia, llamada “gripe española”, mató a millones de personas. 

Hasta el día de hoy, es catalogada como “la madre de todas las pandemia”, la que pasaría a la historia como la gripe que  causó la muerte de entre 20 y 50 millones de personas alrededor del mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los científicos creen que fue contagiada, al menos, un tercio de la población mundial de aquel entonces, calculada en 1,800 millones de habitantes. Incluso, causó más muertes que la I Guerra Mundial, que estaba terminando justo cuando se desató la pandemia.

Los doctores de entonces sabían que un microorganismo era responsable de la epidemia de gripe y que la enfermedad se podía transmitir de persona a persona, pero pensaban que la causa estaba en una bacteria, no un virus. 

Los tratamientos también eran limitados. Para tener una idea, el primer antibiótico solo fue descubierto hasta 1928 y la primera vacuna para la gripe española solo estuvo disponible en los años 40.

Entonces, al comparar lo vivido en 1920 con la situación que vive hoy el mundo con la pandemia del Covid-19, justo 100 años después, y a pesar de los adelantos en la medicina y tecnología, uno se da cuenta, lamentablemente, que el mundo y la ciencia no estaban preparados para afrontar un virus de esta magnitud, y muestra de ello son los más de 17 millones de contagiados que hay hasta el 3 de agosto en el planeta, y las más de 675,000 personas que han perdido la vida.

Sin duda, los gobiernos y los ministerios del salud alrededor del mundo han afrontado esta crisis sanitaria de diversas formas. Unos mejores, otros con tímidas respuestas, otro mal y, por último, algunos países de manera paupérrima, como Estados Unidos, Italia, España, Rusia, Reino Unido, Francia, Brasil, México, Perú y Chile, por citar solo diez casos. Incluso, ahora las autoridades de salud a nivel mundial están preocupadas por Sudamérica. 

Está claro que el problema del SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, se les escapó de las manos a muchos gobiernos y entidades de salud en todo el orbe, incluidas aquellas naciones que tienen más recursos tecnológicos, científicos y sanitarios.

Es que la pandemia del coronavirus ha extendido por el mundo una marea de pánico por el miedo al contagio, pero también de indignación contra las capacidades de los distintos gobiernos para luchar contra este azote.

Esta “supuesta” falta de preparación resulta chocante, teniendo en cuenta que, para la comunidad científica y los organismos internacionales, la “pandemia no fue una sorpresa”.

Basta mencionar algunos ejemplos de los últimos años. En 2015, el magnate y filántropo Bill Gates advertía del peligro de una pandemia capaz de matar a diez millones de personas. 

Un año después, el Global Priorities Project de la Universidad de Oxford, y la fundación sueca Global Challenges Foundation, insistían en una “clara amenaza global de esta magnitud”. Ya en marzo de 2019, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaraba: “La cuestión no es si tendremos otra pandemia, sino cuándo”. 

Y solo tres meses antes del brote del nuevo virus en Wuhan (China), el Global Preparedness Monitoring Board, un órgano creado por la OMS y el Banco Mundial, alertaba del “riesgo inminente de una pandemia respiratoria que podría causar entre 50 y 80 millones de muertes”.

Ante estas “llamativas” predicciones, una gran parte del mundo creía (y creíamos) que estábamos preparados… Pero no. Estábamos equivocados. Las cifras de contagiados y muertos hablan por sí mismas. 

Sin duda, algunos países han afrontado esta pandemia mejor que otros. En eso, estamos claros. Por ello, la interrogante de saber si ¿República Dominicana estaba preparada para una pandemia? cobra más fuerza que nunca hoy, luego de analizar los resultados que tuvimos en una “primera etapa”, que comprendió desde 1 de marzo al 1 de julio, en donde en esos cuatro meses, las cifras en el país estuvieron totalmente controladas, tanto en materia de contagios, muertes y respuesta sanitaria en clínicas y hospitales (camas y UCI disponibles).  

Sin embargo, luego de la reapertura económica, laboral y social propiciada por el Gobierno (1 de julio), a partir de cuatro fases y, por supuesto, las negativas secuelas sanitarias que dejaron las elecciones presidenciales y legislativas del domingo 5 de julio (y los días previos, con caravanas incluidas), todo cambió…

Los números, que casi siempre fueron “azules”, comenzaron a teñirse de rojo… Los contagios aumentaron, las muertes también y, por primera vez, vimos cómo nuestro sistema sanitario nacional comenzada a colapsar en diversas provincias del país, incluida la capital Santo Domingo. 

Por ello, para conocer en primera persona todo lo ocurrido en estos cinco meses de pandemia, revista CONTACTO conversó en exclusiva con el Ministro de Salud Pública, Rafael Sánchez Cárdenas, en el despacho de esa entidad. 

En una entrevista, que duró más de 3 horas, pudimos conversar en profundidad con este pediatra, quien, de partida, nos cuenta que desde hace cinco meses “no ha parado un solo día de trabajar”, y que duerme, en promedio, “entre tres y cuatro horas diarias”, ya que es “la única manera de poder estar al frente de una situación única en la historia de nuestro país y que nos traído tantas desgracias”.

 LA PLANIFICACIÓN 

República Dominicana es, sin duda alguna, la potencia turística del Caribe, con 7.5 millones de turistas, 10 millones de habitantes y 10 millones de vecinos (haitianos), lo que nos colocaba en una situación difícil ante una pandemia, ya que, además, somos una isla. 

“Fuimos, quizás, los primeros en ser afectados, y que motivamos, incluso, el comportamiento internacional de la enfermedad. Aquí se tomaron las primeras medidas de restricción en el mundo.

Como Ministerio, hicimos un trabajo de planificación inicial con la Organización Panamericana de la Salud, que estimo ha sido importante en términos de acompañamiento y orientación para todo el Ministerio y la salud en República Dominicana, por muchas décadas. Entonces, a partir de esa planificación original que se hizo, cuando se presenta el primer caso el día 1 de marzo (Italiano), ya nosotros teníamos un plan estratégico elaborado para enfrentar la pandemia. Esos planes fueron ajustándose progresivamente, como es el manejo en todo caso de epidemias de este tipo, desde, en primer lugar, el control de los puntos de entrada, en vista de que no teníamos el Covid-19 en el país, y lo estábamos esperando centrada en los puntos señalados, sobre todo, en el área turística. Y así fue el primer caso identificado, que llegó al país a través de La Romana. Un ciudadano italiano que venía de cuatro vuelos que teníamos identificado desde Milán, dos en Santo Domingo y dos en La Romana, y eso pues, lógicamente, nos dio una primera indicación de por donde se debía ir… Se empezaron a tomar medidas y a retirar a todos los turistas que estaban alojados en el país, con lo cual, el país prácticamente se cerró, y se cerraron los vuelos, etc., etc.

Desde ese primer caso que tuvimos en el país, y el restante tiempo que implicó la llegada de muchos dominicanos… recordemos el caso de la ciudadana de Villa Rivas, de San Francisco de Macorís, que se resistió a confinarse a pesar de que tenía el virus, y que fue un caso muy sonado y que provenía de Italia. Esto fue todo poco a poco. Como es el comportamiento de este tipo de epidemias, que va tomando cuerpo paulatinamente. Primero, casos importados; luego, primeros conglomerados, hasta llegar a la circulación comunitaria, que es lo que tenemos hoy en el país. En esa primera etapa, con todas las medidas de contención, yo creo que en el país se hizo un gran trabajo. Se hizo una gran contención, a tal punto, que habiendo llegado esa circulación comunitaria a un 34 % de posibilidad, en las últimas cuatro semanas medidas (julio), llegamos a 16, casi 15, de la posibilidad basada en las medidas de contención epidemiológica en la medida de búsqueda activa y control de positivos. 

Las medidas de restricción de la circulación que se interpuso (toque de queda desde las 5 de la tarde), mediante los estados de emergencia y la movilización de todo el personal de salud fueron los correctos. Y debo agradecer la labor que todos, sin excepción, incluyendo la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas, el Servicio Nacional de Salud y sus empleados; las tropas propiamente dichas del Ministerio de Salud Pública en cada provincia, que asumieron, sobre todo, en provincias emblemáticas, como lo fue la provincia Duarte en un momento, Puerto Plata y Santiago, con una gran intervención, y en la que muchos compañeros de trabajo de la provincia u otros que fueron cayendo en esta batalla reflejan que esas medidas cumplieron su papel y agotaron esa primera etapa hasta el inicio de la reapertura. Hasta ese momento, yo diría que República Dominicana lo hizo muy bien, incluso, recibimos felicitaciones internacionales por el manejo que se estaba haciendo en el país.

Ahora, la reapertura, después de tanto tiempo con la economía paralizada, se presenta esta exigencia. No solamente por el interés del empresariado propiamente tal, sino también por los empleados que estaban perdiendo sus trabajos, que tenían ingresos restringidos. Prácticamente, la economía estaba paralizada. El Gobierno sin ingresos, incluso, con sacrificios importantes desde el punto de vista del gasto público que tuvo que hacer para proteger a la ciudadanía. Con todo eso, llega un momento que se hace insostenible y se inicia la planificación de reapertura, sobre todo, porque al tener los logros en el control de la positividad y la distribución que veníamos teniendo, pues lógicamente se planteó como en todos los países la reapertura de la economía. Se organizó en cuatro fases. Se inició con la primera, que traía 1.2 millones de personas a sus labores; una segunda etapa, que agregaba unos 2,5 millones más… De manera que en un corto tiempo, nosotros prácticamente teníamos a toda la ciudadanía en la calle, en sus centros de trabajo, con la limitación siempre de la parte académica y las escuelas, pero la mayoría de la población estaba en la calle en esa segunda fase. Y, lógicamente, lo que había de esperar con la apertura era que se modificara el cuadro epidemiológico y las estadísticas que habíamos logrado en la contención de la circulación comunitaria del virus, y que a partir de esta salida se iba a producir una ruptura importante de uno de los elementos de control más relevante, como lo fue el contacto físico, que con la limitación de la actividad social y económica, se pudo lograr… pero con la reapertura, eso se relajaba mucho y la gente ya estaba hasta cierto punto fatigada del encierro en que estaba, y todos podemos recordar de ese momento en que la reclusión terminó con que la gente salió prácticamente como ‘ganado enloquecido’ al que se la ha abierto la puerta para salir a la calle”.

Ministro, el hecho de que la gente acogió tan bien la cuarentena al principio, y la mayoría respetó el toque de queda, ¿eso hizo que no hubiera un colapso en los hospitales del país en los primeros cuatro meses?

“Para esa época (marzo, abril, mayo y junio), nosotros estábamos en un 35 a 38 % de ocupación hospitalaria, o sea, muy baja, pero que coincidía con la baja positividad que se había logrado. Es decir, el toque de queda, la limitación del contacto físico, la mascarilla obligatoria, las medidas de higiene, la campaña publicitaria masiva en radio y televisión y con la campaña masiva de educación de la población, que yo diría que en su gran mayoría acogió el uso de la mascarilla. Todos esos factores usted los puede ver que daban su expresión bastante clara. Había una reducción sobre la demanda de la infraestructura hospitalaria público-privada del país. Había una baja positividad en la población, lo que significa que habíamos controlado hasta ese momento bastante bien la expansión de la circulación comunitaria. Ahora bien, cuando se hace la reapertura, se da el proceso inverso: la gente sale a la calle, primero, limitado con toque de queda solamente, pero sale a la calle. En el día hay una circulación abundante de personas, hay comportamientos digamos que hay que entender, desde luego, en una cultura dominicana que en sus rasgos está justamente la cercanía. Por ello, con esta situación, empezó a moverse la positividad de los casos, que se vio agravado por el hecho de las elecciones, que fueron dos: las municipales y luego las elecciones presidenciales. De las presidenciales, todavía en la última semana de julio se estaba viendo la cantidad de políticos enfermos que hay por las movilizaciones sociales, políticas, caravanas y encuentros que se produjeron en ese periodo después del 25 de junio y hasta el 5 de julio. No hay una provincia donde los dirigentes políticos de varios partidos no se vieran afectados”. 

En estos meses de pandemia que llevamos, ¿cuál fue una de las decisiones más difíciles que tuvo que tomar o que sugerir al gobierno?

“Medidas difíciles, muchas, yo diría. En el sentido difíciles de cómo iba a repercutir en la cultura, como la que acabo de describir, pero no difíciles desde el punto de vista técnico, porque sabía desde el principio que la medida de contención era de corte y ajustada a la ciencia de salud pública y epidemiología del control social para contener la circulación viral. Más que la atención propiamente clínica, allí era donde había que realizarse los esfuerzos mayores. Ahora bien, eso no significa que fuera fácil estar mirando permanentemente los encerramientos, las quejas de muchos dominicanos que dependen de la calle para buscarse la vida. Eso es algo que yo, que anduve por los barrios y las ciudades de este país en medio de estos cinco meses intensos, los siete días de la semana trabajando en esa dirección, podía darme cuenta cómo estas restricciones estaban afectando a la población, en términos de la contracultura que implicaban, en términos de que necesitaban salir a la calle a buscar pan y que solamente estaba amortiguado por las políticas sociales de protección que el gobierno llevó a cabo. Realmente, fue difícil ver que mis decisiones y restricciones afectaban a la población”.

¿En algún momento tuvo miedo de contagiarse y tener que dejar a un lado sus funciones para enfrentar este virus?

“En verdad, miedo no. Los médicos, cuando estudiamos medicina, sabemos que vamos a los hospitales a estar en contacto con la enfermedad, a estar expuestos a cualquier contagio. En este caso, siempre llevé mi mascarilla puesta como un mecanismo de protección, porque creo que fuimos el primer país que impuso la mascarilla mediante una resolución ministerial de manera obligatoria. En un momento donde había opiniones de que esta no ofrecía la protección, nosotros con un sentido pragmático, sabíamos que la creación de una barrera en una infección, de contagio por vía respiratoria, era importante y que iba a limitar la transmisión, y creo que la experiencia me ha dado la razón en ese sentido”. 

¿Usted cree que este virus lo podamos superar a corto plazo o lo único que podemos esperar es la vacuna?

“A mi nunca me ha gustado hacer predicciones, sobre todo en condiciones como estas. China está reportando, sobre todo después de los avances importantes en el control interno de la enfermedad, esporádicamente brotes que van surgiendo y otros países también. De manera que estamos en un nivel complejo. Latinoamérica está ahora mismo siendo el foco principal de la pandemia y con un saldo importante de daños, tanto humanos como materiales, principalmente a las economías, de una manera brutal. He visto a Alicia Bárcena predecir una pobreza en Latinoamérica que podría alcanzar más de un 37 %. En un país que iba viento en popa, como lo era República Dominicana antes de la pandemia, con indicadores económicos tan importantes; con un crecimiento de la clase media; un país con una cara muy atractiva para la inversión extranjera y para el turismo internacional. Saltamos, gracias a esta pandemia, de un espíritu positivo que el país traía en términos de reducción de la pobreza, de un país pujante, a volver atrás, a crear déficit… que ya prácticamente estaban corregidos; a perder empleos, a perder competitividad; a afectarse el motor de su economía, como lo es el turismo, que es el factor predictivo que nosotros debiéramos tomar mucho en cuenta, porque la agropecuaria nacional sigue funcionando, pero el turismo está muy tocado y no sé si a nivel internacional la gente esté muy dada a empezar a hacer desplazamientos”. 

¿Cómo fue su relación con el Presidente en esta pandemia? ¿Qué le decía el Presidente cuando usted le daba sugerencias que no eran muy populares? 

“Se daban en dos contextos: el primero, y el más importante, el plano de las comisiones creadas en el que se daban exposiciones cada quien de su punto de vista. Nosotros llevábamos el nuestro, lo definíamos, en algún momento, rebatiéndole hasta al propio Presidente su punto de vista. El Presidente es un hombre que mostró una apertura a la discusión, una apertura a los planteamientos y en el plano personal por igual. Guardo con el Presidente unos afectos personales de amistad importante y a las que le he rendido como es mi naturaleza: el honor que merecen los amigos y, sobre todo, desde el contexto de mi función pública, que para mi tiene una connotación no solamente personal, vista desde la historia nacional, familiar. Hay unos honores que al que yo veo siempre están ahí como una bandera permanente. 

El Presidente, en medio de este contexto, ha dado una clara muestra de confianza, afecto… discutíamos los puntos de vista, diferíamos en muchos, convergíamos en otros tantos y fuimos, con otros compañeros del gobierno, llevando este proceso en todo lo que he contado en esta entrevista hasta ahora. Creo que en una primera etapa fue todo bastante exitoso. Ojalá la mirada política y mal conducida no desnaturalicen el camino que la República Dominicana debe seguir para enfrentar esta epidemia”.

¿Qué sugerencia le daría a las autoridades nuevas, en cuanto a medidas que entienda que se deben mantener o continuar?

“Debo decir algo que quizás no guste mucho. Yo creo que el Ministerio construyó una confianza única, importante. Una credibilidad de la mayoría de la población en base a información fehaciente, verdadera, frontal, precisa y sin esconder nada. Y esto lo digo desde un sector que venía, y se mantiene, con muchas falencias y que frecuentemente estuvo puesta como un pushing back en la sociedad dominicana de los medios. Yo creo que logramos un respeto mucho mayor de los medios, y logramos acreditar en medio de la pandemia con cierto respeto ciudadano, en base a un trabajo persistente, meticuloso, comprometido y aún siendo yo uno de los que pudo alegar edades o comorbilidades, pero no hay un solo día durante esta pandemia en el que yo no estuviera en el frente del trabajo, en la calle, donde tuviera que estar para dar respuesta y asumir una responsabilidad como funcionario y como ciudadano, de manera que creo haber dado lo mejor de mi en medio de este proceso, muy agotador. Así es que mi única sugerencia es hacer lo mismo, o mejor”. 

¿Cree usted que ha sido un verdadero servidor público en esta pandemia?

“Yo pienso que sí, porque no he hecho otra cosa. Aquí mis teléfonos, a veces paradójicamente y en horas de la madrugada, sonaba y suena de parte de alguien clamando por una atención, que probablemente no fuera una responsabilidad mía, pero conseguir una cama que escaseaba, que yo acababa de dar los datos y que sabía que había una cama; o que una familia estuviera con un pariente buscando dónde alojarse en medio de la enfermedad, pues lógicamente siempre ahí estaba. Gente que muchas veces ni la conocía, que no sabía como conseguían mis teléfonos, y acudían a mi. No creo que haya una sola persona que pueda quejarse que no respondí ese teléfono o no atendí un requerimiento que estuviera dentro de mis posibilidades”.

¿Cuántos meses estuvo trabajando 24/7?

“Yo trabajo todos los días. Mis días terminan a media noche. A las 7:30 am estoy en mi oficina, almuerzo aquí en mi oficina, y sigo trabajando constantemente, revisando informaciones, escribiendo cosas, coordinando equipos, supervisando trabajos… reuniones acá con diferentes doctores o el propio personal que necesitaba una ayuda. Quizás, una parte importante de la población y sus colegas, quiere ver a su Ministro encabezando esta batalla y eso hice siempre yo… Me dio mucha tristeza ver que en el camino muchos de esos compañeros se vieron afectados, algunos incluso han muerto. Recuerdo muy bien, en San Francisco de Macorís, al doctor Moriseti, director provincial, quien se enfermó de Covid-19, y luego nombré a una sustituta y también se enfermó. Tuve que nombrar a un tercer director y ¡también se enfermó! O sea, son todos esos procesos que se fueron dando, pero siempre en el servicio, en el cumplimiento del deber como funcionario público. Para mi, yo soy un empleado público más que tiene una responsabilidad gerencial, que tenía que mover a sus empleados, dar el ejemplo, que tenía que salir a cumplir la función que la epidemia nos estaba demandando”.

¿Ha sido el desafío más grande de su vida?

“Yo creo que sí, ha sido uno de los desafíos más grandes de mi vida… encabezar una respuesta nacional ante esta pandemia, desde el punto de vista profesional, me voy con la convicción de haber hecho lo mejor que pude. Quizás, con un poco más de recursos hubiera hecho más, pero el Gobierno hizo producción de bastantes recursos para esto… pero había, sobre todo en el campo de recursos humanos de las diferentes instituciones, muchos desincentivados por el salario, etc., que no eran muy motivantes para muchos departamentos en ese sentido. Pero, en general, yo diría que cumplimos la misión y me voy satisfecho de haber hecho lo mejor posible que se podía hacer. Yo creo que he cumplido un papel en la información pública sobre la pandemia y llevado información a todos los niveles sociales del país que han ayudado a que avanzáramos en la defensa. Ya después de la apertura, y en este desafío que tenemos, hay una nueva etapa de la epidemia que habrá que conducir después del proceso electoral y tomar este nuevo camino de contención de la circulación. En las noches, volver al toque de queda para poder bajar esta positividad y estabilizar los servicios sanitarios que ofrecemos y el número de contagios que se están produciendo. Yo creo que ese es el gran desafío que tenemos en este momento”. 

LAS METAS EN SALUD PÚBLICA

El ministro de Salud Pública, Rafael Sánchez Cárdenas, estuvo 27 meses al frente de la entidad, donde evalúa paso por paso su gestión. 

¿Cuáles fueron las metas que le faltaron por lograr?

“Nosotros vinimos con mucha ilusión a promover un cambio, no solamente estructural y ajuste al Ministerio en el campo de la administración, en el campo de su función, sino también de unos cambios de tipo estratégico y, quizás, es una de las cosas con las que me voy sin haber concluido totalmente, como el Plan Estratégico Sectorial, el PLANDES, que está bastante avanzado, y que espero que la nueva administración pueda concluir su lanzamiento definitivo. Me quedo con la meta de terminar el desarrollo de la transformación estructural con el nuevo manual de funciones del Ministerio, que se sometió al Ministerio de Administración Pública. Ojalá que en los días que quedan pudiera ser aprobado. Esto implica el agregado de elementos de valor nuevo, como es la creación de un viceministerio de Investigación y Formación de recursos humanos, que creo que es un elemento estratégico importante, sobre todo en el Ministerio de Salud Pública. Agregar la investigación al tema del cumplimiento de la misión sanitaria y el tema de direccionar la formación de recursos humanos con soportes permanentes hacia su mayor calificación y actualización. Yo creo que son dos metas importantes que se van quedando en el camino, que no han concluido, aunque sí fuimos poco a poco empujando cambios que ojalá me dé tiempo a terminar, como es la creación del Centro de Inteligencia para la Salud, en la cual, en un edificio que está en la Alexander Fleming, que está a punto de concluir, va a estar concentrado la Dirección General de Epidemiología, la Dirección de Estadística y la Dirección de Análisis y Datos de la Salud. Eso va a conformar, junto a la creación que debe concluir en un par de semanas, la sala de situación de la salud, que será una sala de análisis permanente y de vigilancia que estará disponible aquí en el Ministerio. Eso será un factor importante de análisis de situación, informatizada, con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), de la USAID también, que han puesto su granito de arena para conformar ese sueño, que también teníamos que terminar esa sala. 

Igualmente, en materia de informática, antes de entregar el mando, estaremos lanzando una plataforma donde dejaremos informatizados los registros sanitarios y otros servicios que se harán a distancia, incluyendo el pago que se hace por ventanilla única… eso ya quedará resuelto, para que nunca más el sector productivo se queje de tardanza por un registro sanitario o cosas por el estilo”.

En materia de tecnología, ¿qué encontró y qué está dejando?

“En materia tecnológica, el Ministerio tenía poca cosa. El Ministerio había comprado el software Dinamic, pero no lo había implementado. El Ministerio tenía un sistema de cómputos obsoleto. Nosotros hicimos recientemente la licitación del centro de cómputos y nos queda un elemento ahí que tenemos alguna insatisfacción con la licitación que se hizo, y estamos tratando de ver cómo corregimos unos de los lotes que aquí se licitaron y sería una de las grandes ganancias que tenemos.

De todas maneras, acudimos al uso de la nube para poder tener la fortaleza suficiente, en lo que el centro de cómputos permita la captación de información de todo el sistema, porque una de las cosas que necesita el Ministerio es su fortaleza en materia de informática y de banco de datos de toda la información disponible en el sistema de salud dominicano”.

En materia de infraestructura, veo que están haciendo remodelaciones en el Ministerio. ¿Qué es lo que se está haciendo exactamente?

“1. Tenemos el Centro de Inteligencia, que es un edificio remodelado en la calle Alexander Fleming, que ya está bastante avanzado. 

2. En segundo lugar, la sala de situación de salud que estamos preparando aquí también y que esperamos dejarla concluida. 

3. El escaneo de todo el archivo de exequátur que tenemos aquí, entrará dentro de la informatización de toda la historia de los exequátur archivados aquí; estarán informatizados y en poco tiempo estará disponible en la plataforma de los servicios a solicitar en el exequátur al Ministerio.

4. También tenemos lista la encuesta nacional Cerológica, solo nos quedan cinco provincias, del Covid-19.

5. Y la reforma de las direcciones provinciales de salud.

En materia de infraestructura, una de las cosas que me llamó la atención cuando llegué al Ministerio, fue las condiciones de los servicios de los sanitarios del Ministerio, que daban vergüenza, y una de las primeras cosas que hicimos fue ordenar la reparación y modernización de los baños”.

¿En qué queda el servicio de atención primaria, y otros programas?

“Desde el punto de vista de mi concepto, una de las metas principales que me propuse fue el de la atención primaria de salud. Tengo un proyecto ya prácticamente diseñado que se lo entregaré a las nuevas autoridades con fines de ver si pueden iniciar esa implementación, que creo que es uno de los ejes estratégicos fundamentales del Plan Estratégico que estamos trabajando. Eso es un factor clave para que el nuevo gobierno, y cualquier gobierno, desde mi punto de vista, deberá afrontar junto a reformas institucionales sobre la ley 42-01 y la 123-15, del Servicio Nacional de Salud y otras más, para adecuar y fortalecer el Sistema Nacional de Salud, que creo que sus enfermedades tienen que ver con un grado no muy saludable de dispersión que tiene en el diseño que se ha implementado”.

A parte de la pandemia, ¿qué ha sido lo más difícil en esta gestión al frente del Ministerio de Salud?

“El trabajo de pensamiento, de consulta, de la búsqueda de un punto intermedio para iniciar la atención primaria fue uno de los factores al que le dediqué mucho tiempo de trabajo, hasta conformar un documento que conformara un consenso mínimo para su implementación. Yo creo que eso es un elemento clave. Creo también que la resistencia al cambio que he vivido dentro de muchos aspectos dentro del sistema es una parte clave, y la debilidad que encontré en el papel de rectoría en el Ministerio de Salud Pública es, quizás, uno de los mayores dolores que tiene el sistema nacional de salud en el aspecto institucional y legal. Hay una enajenación de potestades que una rectoría y un Ministerio debe tener y, en buena medida, el nuevo esquema que se ha generado le ha restado. Es cierto que el Ministerio era muy débil, y en base a eso, se facilitó una serie por las deficiencias que había, pero al iniciar todos los procesos de reforma y fortalecimiento de la autoridad de salud; en la medida en que avanzábamos en esa dirección; en la preparación documental de la reforma; en la preparación de la confianza ciudadana en el sector salud; en la medida en que avanzábamos en la creación de una confianza interinstitucional, pues iban surgiendo oposiciones que dificultaban la actividad del ejercicio de la ley 42-01 y las potestades que el Ministerio es acreedor, según ese mandato, esa ley de administración pública”. 

Antes de su llegada al Ministerio, habían opiniones de diversos sectores de que en Salud Pública se hacían negocios, de que habían licitaciones irregulares, que había grupos difíciles de controlar, independientemente de quién fuera el Ministro. ¿Usted vivió esa situación?

“Aquí había una situación en la que departamentos enteros respondían a intereses de foráneos y económicos, y que hubo que tomar decisiones en esa dirección para convertirlos en unidades técnicas eficientes, limpias y que respondieran al interés de autonomía y de preservar el interés ciudadano y público. Eso, lógicamente, afectó a mucha gente. He podido percibir disgustos y hasta caras de enemistad en mucha gente que se ha visto afectada por las decisiones que hemos tomado aquí. Dije, y lo repito de nuevo, no vine aquí a hacer negocios, probablemente nos llevemos a varios enemigos, que no los conozco bien, pero puedo tener algunas ideas de por dónde andan de gente que haya podido ser afectada en esa dirección, pero creo que he limpiado mucho el Ministerio. He hecho muchos ahorros de fondos, muchos de ellos que serán históricos, y que espero que se pueda seguir avanzando en ese proceso de saneamiento. Aquí las licitaciones se hicieron de manera limpia, transparente en absoluto. Y aquellos empleados que se veían envueltos, comprometidos con suplidores en licitaciones y que fueron detectados, fueron sacados radicalmente o aislados muchos de ellos. Hay gente que tenían muchos años aquí, o son miembros de la carrera administrativa, que uno no los puede sacar, pero se ponían a un lado y se nombraban sustitutos que ejercieran con limpieza la labor que nos encomendaron a todos. Y ese papel ha sido muy importante en esa dirección. Aquí nadie puede venir, ni se atrevería a venir a hablarme de negocios en ese sentido. Eso me hace sentir satisfecho de haber cumplido con la misión de sanear bastante con ahorros que ya en su momento se sabrán y se darán a conocer. El año pasado, solo en alto costo, tuvimos ahorros que rondaban en los 500 millones de pesos, y en un proceso último de licitación, representó más de 300 millones de pesos de ahorro para el Estado. Eso habla de la magnitud del saneamiento que se ha hecho. Y no se ha concluido con el proceso de saneamiento y de eficientización, como por ejemplo, los sistemas que ahora se están implementando para cobrar a las ARS, lo que debimos haber cobrado y no se cobró. Lo mismo puedo decir del propio Laboratorio Nacional, que ahora en el Covid-19 no cobraba los servicios que prestaba a la seguridad social, porque no estaba estructurado. Allá no había una organización, ni una estructura organizada para cobrar esos servicios y ahí hay millones de pesos que ya hemos empezado a cobrar también, con la reestructuración de esa entidad. Ahora estamos cerrando este ciclo metidos en ese proceso de reforma dentro de lo cual se hizo desde que inició la epidemia en el país”.

En términos de presupuesto, ¿el Ministerio cuenta con un presupuesto adecuado? 

“En términos de presupuesto, lógicamente el Ministerio necesita muchos más fondos para poder trabajar. Este es un Ministerio que no tiene una flota de vehículos importantes renovada, teniendo tanto trabajo de campo que hacer en todos los sentidos. Trabajo de campo de las direcciones provinciales… ¡imagínese en medio de esta epidemia la búsqueda activa de casos!; la visita a todos los pueblos que hay que estar haciendo operativos. Por otra parte, las inversiones que hay que hacer en el Ministerio para concluir la labor de conducción sistémica es importante y para eso se necesitan recursos”. 

LOS RESULTADOS

Según el Ministro de Salud Públicas, los resultados de su gestión de 27 meses al frente de la entidad quedarán enmarcados para el futuro de la institución. 

¿Cuáles son los resultados más importantes de su gestión?

“En primer lugar, quizás señalar una serie de puntos que creo son luminosos.

Una eficientización administrativa mucho mayor que la que encontré, que está reflejada en el sistema de indicadores de gestión establecidos por el gobierno nacional. Creo que es un punto luminoso la evaluación externa conjunta que se realizó con relación al reglamento sanitario internacional de la República Dominicana, que es el tercer país que la realiza en el mundo. Creo que es una parte importante los avances que se han hecho en término del PLANDES, que trataremos de dejar en consulta una buena parte con un listado de los puntos pendientes que quedar por ejecutar. También es importante señalar la reforma de Dirección General de Medicamentos y Alimentos (DIGEMAPS), su informatización y la mejora de los servicios que se prestan a los ciudadanos, que fue uno de los requerimientos que me hicieron en la primera semana que se reunió el Consejo de Competitividad Nacional, y creo que en este momento podemos entregar al país un producto bueno y dejar satisfecho al requerimiento empresarial.

Igualmente, podemos señalar las mejoras en infraestructura que hemos hecho, no solo aquí, sino en algunas direcciones provinciales, y en la planta física del Ministerio.

También, en la materia de la estructuración de comisiones de trabajo para la preparación y reforma de todo el sistema de protocolo y de reglamentaciones de áreas importantes de la prestación de servicios. Aquí, se están dejando dispuesto una cantidad importantísima de documentos y normas en diferentes áreas de la atención en salud y que están siendo puesta al servicio de toda la colectividad pública y privadas de prestación de servicio.

Hay como una parte importante las reformas de las líneas institucionales de comunicación del Ministerio, que se ha producido y ha sido una parte muy importante. La capacidad de comunicación del Ministerio, la reestructuración que se ha dado para tener una comunicación corporativa. Eso es un factor que incidió mucho en la generación de confianza pública y en el control, hasta cierto punto, de la especulación que las redes sociales mantenían.

Dejamos también un portal nuevo con algunos productos, como lo es la contratación de la biblioteca Cochrane, donde todo el personal de la salud va a encontrar una biblioteca de primera categoría gratuita y de acceso a través del portal del Ministerio al servicio de todos los médicos. De manera que ya nadie no puede quejarse de no tener los journal, porque allí están las investigaciones más recientes y actualizadas disponibles para todos y el Ministerio tiene ese servicio disponible en su propia plataforma”.

¿La campaña para la prevención de la mortalidad materno infantil, que llevaba más de 10 años en números negativos, ese es uno de sus más grandes orgullos?

“Es una de las grandes satisfacciones, porque estaba en las metas principales que nos propusimos, y el año 2019 fue exitoso en la reducción de cerca de 10 puntos a la mortalidad materno-infantil. Materno infantil es un programa, con el programa de las acompañantes, que ha sido muy importante.

Eso es un logro que la verdad que me toca sensiblemente en ese sentido pero, simultáneamente, el hecho del trastorno a los programas que ha generado el Covid-19, como la atención a todos los programas de salud pública, es algo que espero que la población y el sector puedan entender de los comportamientos que este año puedan tener en los diferentes programas en los que hemos tenido avances. Nosotros prácticamente hemos eliminado la malaria. De los dos focos principales, que eran La Ciénaga y Los Alcarrizos, prácticamente está controlado, y nos queda el foco de los Tres Brazos. En esa materia también, que es otro elemento que se hizo el diseño, tenemos y estamos dejando el diseño para los microplanes y control de ese foco. Y esperamos que las nuevas autoridades lo puedan llevar a cabo y que el Covid permita que se retomen todos esos programas, así como las mejoras en materia de la acción en tuberculosis que se ha producido. 

La embajada de Estados Unidos le brindó mucho apoyo durante su gestión. De hecho, vimos la firma de múltiples acuerdos.

“Es que nosotros teníamos una actitud de apertura y de inclusión de todos los sectores que pudieran aportar al logro de los objetivos que nos trazamos cuando vinimos aquí y la embajadora Robin Bernstein ha sido una aliada importante nuestra en el cumplimiento de una serie de objetivos y metas que nos trazamos. Cooperó bastante en el programa Materno Infantil de contención, visitó los barrios, anduvimos incluso en callejones de los barrios de aquí, compartiendo ese esfuerzo de llegar a las madres y mujeres dominicanas, motivando para la contención de la mortalidad materno infantil. Ayudó en los programas que tenían que ver con VIH SIDA, en los cuales hicimos unos esfuerzos notables para mejorar el posicionamiento del país y lograr salvar fondos para llevar a cabo esta campaña. Este año íbamos en un plan de ataque en VIH, pero nueva vez la pandemia nos ha desviado el camino que junto con la embajadora llevábamos y a quien expreso mi agradecimiento por la amistad, el apoyo y compartir muchos esfuerzos en la mejoría de las relaciones dominico-americanas”.

¿Cómo le gustaría que fuera recordada la gestión de Sánchez Cárdenas en el ministerio de Salud?

“Como una gestión honesta, preocupada de mayor eficiencia y capacidad de servicio al pueblo dominicano”.

¿Qué mensaje le gustaría enviarle al pueblo dominicano después de dos años sirviéndole?

“Al pueblo dominicano agradecer el cariño, la confianza que he sentido en las calles, en la propia opinión pública, de un servidor público que les ha sido transparente, que les ha tratado de servir con sus mayores capacidades y que está presto para servirles siempre”.

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