Green Depot: Primeros productores de envases ecológicos de yagua en RD y el Caribe

La yagua que cae de la palma real dejó de ser basura en República Dominicana. Desde hace cinco años, es la materia prima con la que la empresa Green Depot fabrica utensilios desechables biodegradables, y desde marzo, se convertirá en una compañía con cero desperdicios, porque los residuos de la yagua serán, incluso, reutilizados.

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February 16, 2021

Porfirio Báez es un joven de 33 años, ingeniero industrial, con maestría en Gestión Integrada, lo que incluye medio ambiente, calidad y prevención de riesgos laborales. Siempre ha sido un defensor del ecosistema por convicción. Es voluntario desde hace años en labores relacionadas a la limpieza de costas y temas vinculados con el cuidado de la naturaleza.

 Esa es la pasión de Porfirio. Y decidió vivir de ella. Su familia tenía varias líneas de negocios con productos ecológicos importados para ser comercializados en el país. Sin embargo, al salir de la universidad, Porfirio le propuso a su padre (también de nombre Porfirio) crear su propio producto parar dejar la importación y convertirse en fabricante, de esta forma garantizaría que los productos fuesen 100 % ecológicos y, además, impactar a diversas comunidades del país, que ahora tendrían ingresos frescos con la elaboración de su mercancía en base a la yagua. 

“Así que comenzamos a buscar la yagua por todos lados. Empecé a preguntarle a amigos, ambientalistas e ingenieros ambientales dónde había mucha yagua… Investigando y confirmando, encontramos suficientes palmas disponibles para sustentar el cambio en el modelo de negocio, de importación a fabricación de desechables, y así arrancó esa nueva etapa. A partir de 2016, y hasta el día de hoy, nos convertimos de ser importadores de productos ecológicos a productores del primer desechable ecológico en República Dominicana y el Caribe”, revela orgulloso Porfirio Báez, CEO/Founder de Green Depot, entrevistado por revista CONTACTO en la fábrica, ubicada en el sector Los Restauradores, del Distrito Nacional. 

El proceso de elaboración de los utensilios desechables biodegradables comienza con la recolección de las yaguas en los campos dominicanos. 

“La yagua cae de forma natural, no se tumba, y es parte del protocolo que se le entrega a los recolectores, que son las comunidades que viven alrededor de la plantación. Ese fue un elemento importante al momento del cambio de importador a productor local, porque nos permitió agregar un beneficio adicional a nuestro modelo de negocio, ya que nosotros trabajábamos con el tema del impacto ambiental positivo; trabajábamos sobre la base de generación de riqueza; de generar valor económico y, con esto, nos permitió tener un impacto social más allá”.  

A Green Depot llegan las yaguas preparadas por los campesinos, quienes se encargan de ponerla a secar, puesto que las mismas acumulan mucha agua mientras están en la mata. 

“Cuando llegan aquí comienza el proceso de lavado y esterilización. Inmediatamente, pasa a producción, donde se transforma la yagua en envases, de ahí se esteriliza nuevamente y de ahí se empaca para ir al consumidor”, afirma Porfirio.  

Porfirio indica que la norma local no exige un proceso de esterilización, porque los productos desechables normalmente son de resina química, por lo que no adquieren ningún tipo de contaminación orgánica, ante lo cual, en Green Depot someten su producto a tres tipos de esterilización, pues son utensilios fabricados de elementos 100 % naturales. 

“Advertido eso, hemos agregado tres procesos de esterilización: uno, cuando llega la materia prima, que se higieniza; otro, en la transformación a alta temperatura; y, por último, con rayos ultravioleta de grado alimenticio, para que el consumidor tenga la certeza de que lo puede utilizar inmediatamente”.  

Actualmente, en Green Depot se fabrican platos, bandejas y cucharas desechables, todas biodegradables, y de diferentes tamaños. En total, diez variedades de envases desechables. 

“Una de las bondades del modelo de negocio nuestro, como es de volumen, como es algo industrializado, nosotros compramos toda la yagua que aparece y la transformamos y la colocamos en el mercado. Eso nos permite que cada vez que aparece un recolector interesado poder darle introducción, apertura y que reciba nuevos ingresos”, señala el CEO/Founder de Green Depot. 

Los recolectores de yagua de Green Depot están diseminados por todo el país, desde La Altagracia, Monte Plata, San Cristóbal, Samaná, Hermanas Mirabal, y desde la provincia Duarte hasta Dajabón.  

Esta empresa emplea directamente a unas ocho personas pero, indirectamente, trabajan al menos 60 personas con ellos, incluyendo los recolectores de la yagua. 

Desechables de yagua

Dependiendo de la producción, Green Depot podría usar entre 15,000 a 20,000 yaguas en un mes. Con una capacidad de producción de entre 5,000 y 10,000 utensilios, dependiendo de la demanda. Estos productos pueden ser usados hasta tres veces, aunque ellos han hecho prueba hasta 20 reúsos. 

¿El propósito de ustedes es sustituir los desechables de plástico?

“El propósito nuestro es ser una opción real y viable para el consumidor que quiere hacer un cambio en su consumo diario, en término de desechables, y ser responsables. Que su inversión genere un impacto mas allá de su producto per se. Nuestro producto es reusable, es lavable… Promovemos que se utilice, por lo menos, tres veces, pero nosotros hemos hecho prueba de hasta 20 reúsos y más. O sea, que desde el punto de vista económico, es mucho más económico a largo plazo e incluso en lo inmediato. Y, al final, cuando el producto por el uso, por la humedad, llegó al fin de su vida útil, puede perfectamente romperlo en pedazos y ponerlo en su jardín y, en 30 ó 45 días, se va a degradar en forma de abono. Es decir, que todavía cuando ya lo desechas, te genera un impacto positivo, de nutrición para el jardín o patio”.  

¿Cuánta variedad de productos ustedes tienen?

“Tenemos 10 variedades de envases desechables, incluyendo cucharas. Tenemos la facilidad de que podemos diseñar y crear cualquier modelo en tiempo récord. Esas son las bondades de tener un modelo de gestión ágil, que podemos buscarle la forma para que las cosas sucedan siempre que haya una factibilidad económica”.  

¿A quién va dirigido el producto y dónde lo colocan?

“Va dirigido a una clase media en adelante. Una clase media consciente, que le duele el tema de la contaminación ambiental; personas que se
preocupan y que cuidan dónde ponen su dinero, por aquello de que el consumidor es quien permite que las industrias y los productos se desarrollen y tengan éxito, dependiendo de lo que consume. Vamos dirigido a ese público que tiene esa conciencia.

En términos de colocación, vamos dirigidos a tiendas especializadas de productos locales, productos ambientales, pero ya estamos entrando en esta etapa de madurez en supermercados pequeños y medianos, y estamos haciendo el cross over para grandes cadenas, para que todo esté sobre la base de un modelo de negocio justo, de un modelo de negocio que permita que haya un flujo adecuado para la operación”.  

¿Están trabajando con grandes supermercados?

“Sí, estamos trabajando con cadenas grandes que han querido cambiar en una primera etapa los envases que utilizan para las bandejas de ‘picaderas’. En ese sentido, están cambiando el producto tradicional hecho de aluminio, de plástico, o de cartón laminado, por las bandejas nuestras, permitiéndole a ellos un amplio esquema de impacto, no solamente porque es un producto local, o porque es un producto 100 % natural y libre de químicos, sino que también porque es un producto que es económicamente viable y factible”.  

¿Cuántos productos ustedes pueden hacer en un día?

“Nosotros podemos hacer entre 5,000 y 10,000 unidades diariamente, dependiendo de la producción que tengamos”. 

¿Cuál es el costo de los productos?

“La presentación nuestra es de 10 unidades por paquete. Los precios varían desde los 12 pesos hasta 60 pesos la unidad, pero se venden en paquetes, por lo que estamos hablando desde 120 pesos hasta 650 pesos de 10 unidades, dependiendo del modelo. 

Uno de los factores de éxito de nosotros es que tenemos un precio muy competitivo, teniendo en cuenta todos los elementos de desarrollo local, de que es un producto ecológico, que es un producto que genera ingresos a las comunidades, que es biodegradable y que está certificado. Y con todos esos elementos no somos un producto costoso”. 

¿Qué cantidad de yagua ustedes usan en un mes?

“Eso varía dependiendo de la producción, pero podríamos utilizar entre 15,000 ó 20,000 yaguas”. 

¿Cuántos platos salen de una yagua?

“Varía entre dos y tres, dependiendo del tamaño y el modelo del utensilio, y dependiendo de la condición de la yagua”.

Más sostenibles

La idea de liderar una empresa sostenible con el medio ambiente era el sueño de Porfirio Báez, quien logró materializarlo. 

“Cuando me gradúo, la última materia que tomé fue una electiva, de Ciencias Ambientales, y eso como que coronó todo el tema ambiental en mí, y me gradúo con la convicción de que quiero dedicarme a desarrollar negocios que sean sostenibles en el tiempo, pero que sean de impacto ambiental positivo”.  

Pero además de ser una empresa con un impacto ambiental favorable, Porfirio y su padre no quedaron conforme con eso, y desde marzo piensan convertirse en una fábrica con cero desperdicios, utilizando así todos los residuos que quedan al hacer los utensilios de yagua. 

Al mismo tiempo, piensan instalar una matriz energética solar con la que reducirán el impacto en el consumo de energía eléctrica por una más limpia. 

¿La meta de ustedes es llegar a marzo siendo una fábrica de cero desperdicios?

“Sí, hemos estado analizando las posibilidades que tiene nuestra materia prima, nuestros desechos y entender qué otras cosas se pueden hacer. Hemos agotado diferentes pruebas y estudios para poder generar nuevos productos a partir de nuestros desechos, y con esto nos convertiríamos en residuos cero, pudiendo comercializar nuestro desecho y darle un valor más allá”. 

Ustedes se convertirán dentro de poco en unas de las fábricas dominicanas que menos contamina, colocando una matriz de paneles solares?

“Así es, dentro de todo el esquema de responsabilidad social, y saber todo el esquema que hay que hacer de manera correcta, hemos cuidado que todos nuestros equipamientos sean eléctricos para, eventualmente, hacer el cambio a una matriz de paneles solares. Hemos tenido diferentes oportunidades de hacer cambio de equipos, pero que no mantenían una misma línea eléctrica y eso nos dañaría el esquema. Estamos preparados para en cualquier momento hacer las instalaciones”, concluye Porfirio. 

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