Mucha gente me pregunta por qué decidí emprender: lo hice por razones personales; quería ser mi propia jefa, quería tener mi propio horario, quería disfrutar más de la familia, quería trabajar desde la playa, quería vestirme como quisiera y cuando quisiera; no quería tenerle que pedir permiso a nadie. Sin embargo, también lo hice por razones colectivas y estas son mucho más importantes.
Quería impactar de manera positiva a muchos. A través de mis conferencias, motivar e inspirar a miles y miles de personas, compartiendo mis experiencias y conocimientos para que otros puedan enriquecerse de ellos.
El emprendimiento de hoy es diferente. El mundo cambió. La mentalidad millenial cambió el mundo y la domina. Estas generaciones de los millenials en adelante piensan y actúan de manera diferente. Antes, la gente pensaba: ¿cómo puedo hacerme rico y de paso ayudar a la gente? Así comenzó la responsabilidad social corporativa.
Hoy en día, la gente piensa de forma diferente. Ahora, uno se pregunta: ¿Cómo puedo ayudar a los demás? ¿cómo puedo marcar una diferencia y, de paso, hacer dinero? Nadie te va a ayudar para que te hagas rico, pero sí te ayudarán o invertirán en ti si vas a resolver un problema colectivo ayudando a otros. Debemos pensar más en “nosotros” y menos en el “yo”. Cuando digo que el mundo cambió, es que cambió. La gente ya no sigue tanto “marcas”, sino “experiencias” y “causas”. ¿Cómo lo que yo ofrezco lo convierto en una experiencia? ¿Cómo tú producto se convierte en una causa?
Se necesita de ciertas habilidades para poder emprender. Debes descubrir cuáles son tus habilidades: tu tolerancia para el riesgo y disposición de trabajar muy duro. Tienes que desarrollar tu idea y tu visión: ¿qué quieres, por qué lo quieres y para qué lo quieres?
Es indispensable creer ciegamente en ti. Si no lo haces tú, nadie lo hará. Dedica el tiempo necesario. Esto no es un trabajo de 9:00 am a 5:00 pm. Estás trabajando para ti, para alcanzar ese sueño que tienes y por el cual has luchado tanto. Tienes que sentir pasión por lo que haces. De lo contrario, se te hará muy difícil seguir adelante cuando la “piña se ponga agria”.
La pasión es el motor que hará que te levantes cada día, que te brillen los ojos a pesar de las dificultades. También necesitas una fuerte red de apoyo antes y durante tu emprendimiento. Debes tener la capacidad de ser flexible. Tal vez, tu producto o servicio original tengas que modificarlo según las necesidades del mercado. Por esto, es importante colmarse de paciencia y ser muy perseverante. Tienes que contratar a un buen equipo de personas. No puedes hacerlo todo. Rodéate de los mejores. Aprende a aceptar el fracaso como parte del éxito. Vivimos en una sociedad donde la gente se averguenza del fracaso y lo ve como algo muy negativo. Yo veo el fracaso como algo necesario para aprender a no cometer los mismos errores, a hacernos más fuertes, más resilientes, más sabios. Es de suma importancia entender cómo financiar tu negocio. Y, por último, en todo lo que hagas, hazlo con integridad y ética.
Muchos deciden no emprender por temor a los obstáculos que pueden encontrar. Algunos de esos obstáculos son: la falta de financiación, no saber por dónde empezar; el miedo al fracaso; desconocer el apoyo que existe para emprendedores; la dificultad de encontrar un buen equipo de trabajo y muchas veces el desconocimiento administrativo. Puedes tener una idea brillante, pero no necesariamente ser CEO de tu empresa.
El 90 % de las empresas fracasan. El 75 % de ellas fracasan en los primeros dos años. Un dato curioso es que los estudios revelan que los emprendimientos liderados por mujeres fracasan mucho menos que aquellos liderados por hombres.
Entre las razones principales por las cuales los emprendimientos fracasan están: la falta de experiencia en el sector; la falta de un buen plan de negocios; empezar sin el capital suficiente; no haber probado el mercado antes y de repente te encuentras sin mercado; querer empezar por todo lo alto; un crecimiento excesivo en vez de un crecimiento sostenible; poca publicidad; no tener un equipo talentoso, y falta de financiación o mal manejo del dinero.
¡Asegúrate que tú no seas parte de esta estadística!
Forma de pago: transferencia o depósito en el banco BHD León a la cuenta 27190380011