Impacto de la crisis de semiconductores en la industria automotriz

La necesidad de semiconductores resulta ser inminente debido a que, aparte de procesar las múltiples funciones para la cual fueron colocados en nuestro vehículo, permiten la interconexión entre sí de dichos componentes, permitiendo que las distintas unidades de control del automóvil trabajen de manera mancomunada.
Algunos ejemplos de la gran cantidad de microchips que contiene el automóvil, los podemos observar en componentes tan simples para nosotros pero, a su vez, de tanta relevancia como: sensores de presión de aire de neumáticos, cámara de reversa, sistema de multimedia (radio y demás); todos los sensores del motor, y el sistema de SRS (bolsas de aire). Es decir, un automóvil promedio posee alrededor de 1,000 microchips para su funcionamiento. ¡Figúrense ustedes cómo sería en aquellos vehículos de gama alta!

El gran impacto en la cadena de suministro que ha tenido esta situación para los fabricantes de vehículos, se debe a que alrededor del 70 % del total de los microchips programables son elaborados por una sola fábrica, en Taiwán, la cual aparte de suplir al mercado automotriz, suple la demanda de los demás mercados de componentes electrónicos de todo el mundo. Pero, ¿dónde inicia el problema? Sucede que, durante el 2020, producto del confinamiento causado por la incidencia de la pandemia, disparó la demanda de componentes del hogar, por lo que esta fábrica (y como era de esperar) priorizó a aquellos productores de elementos de telecomunicaciones y entretenimiento para garantizar la continuidad operativa del mundo en trabajo remoto o teletrabajo, así como también el entretenimiento y equipamiento del hogar.
Esta situación ha causado que los semiconductores o microchips destinados para la Industria automotriz hayan escaseado, teniendo los fabricantes de vehículos que, de la misma manera, priorizar en aquellos modelos de mayor demanda y ralentizar la producción de aquellos modelos de gama media en adelante, los cuales conllevan mayor cantidad de estos componentes y con un público más limitado. Es por esta razón que en los concesionarios de todo el mundo se haya vuelto muy popular colocar a los compradores en “lista de espera”, ya que las asignaciones de vehículos otorgadas por los fabricantes son muy limitadas y estos tratan de distribuirlas buscando la manera más equitativa. En conclusión, hay muy pocos vehículos nuevos disponibles para la venta, salvo aquellos que ya se encontraban en tránsito durante el 2020.
Afortunadamente, tenemos una luz al final del túnel, ya que TSMC (siglas en inglés de la Compañía de Fabricación de Semiconductores de Taiwán), quien es la que fabrica el 70 % de los microchips del mundo, ha indicado que, para la conclusión de este tercer trimestre de 2021, estará inaugurando una ampliación de su fábrica, lo cual permitirá suplir la demanda total del mundo durante los próximos años sin que haya carencias en producción. O sea, esperamos muy pronto ver a la industria automotriz retomar sus niveles habituales de producción, sobre todo en este crucial momento de la migración paulatina a vehículos de propulsión eléctrica para reducir la huella de carbono en nuestro planeta