Hoy en día, el rápido avance de la tecnología de la información representada por Internet ha traído consigo nuevas formas de producción social; ha creado un nuevo espacio para la vida de las personas; ha abierto nuevos horizontes de gobernanza estatal, y ha mejorado la capacidad de las personas para comprender y dar forma al mundo.
Como bien común de la sociedad humana, Internet ha convertido al mundo en una aldea global. En el ciberespacio interconectado, los países están unidos por intereses entrelazados. Es de interés común, y también responsabilidad de la comunidad internacional, salvaguardar la paz y la seguridad; promover la apertura y la cooperación y fomentar una comunidad de futuro compartido en el ciberespacio.
Con la tendencia acelerada hacia un mundo multipolar, económicamente globalizado y culturalmente diverso y el sistema de gobernanza global profundamente cambiante, la humanidad ha entrado en una nueva era de revolución de la información.
El rápido avance de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) que representa Internet ha cambiado la forma de producción y la vida de las personas y ha impulsado la innovación del mercado, la prosperidad económica y el desarrollo social.
El ciberespacio se ha convertido en un nuevo canal para la difusión de información, una nueva frontera del trabajo y la vida de las personas; un nuevo motor para el crecimiento económico; un nuevo vehículo para la prosperidad cultural; una nueva plataforma de gobernanza social; un nuevo puente para la comunicación y la cooperación, y un nuevo dominio de la soberanía estatal.
Al tiempo que crea enormes oportunidades, el ciberespacio también se enfrenta a una serie de nuevos problemas y desafíos. La seguridad y la estabilidad en el ciberespacio se han convertido en una preocupación mundial que afecta a los intereses de soberanía, seguridad y desarrollo de todos los países. Problemas como el desarrollo desequilibrado, las reglas inadecuadas y el orden inequitativo en el ciberespacio se han vuelto más evidentes. La brecha digital entre países y regiones se está ampliando.
Por ello, la infraestructura de información crítica enfrenta vulnerabilidades y riesgos potenciales considerables. El sistema de gobernanza global existente de los recursos básicos de Internet apenas refleja los deseos e intereses de la mayoría de los países. El terrorismo cibernético se ha convertido en una amenaza pública mundial. Los delitos cibernéticos se están extendiendo y cada vez son más frecuentes.
La interferencia en los asuntos internos de otros países mediante el abuso de las TIC y las actividades masivas de robo de información son más comunes. La ausencia de reglas internacionales generales claras en el ciberespacio, que gobiernen efectivamente el comportamiento de todas las partes, obstaculiza el desarrollo del ciberespacio. Todo esto, hace necesario que existan mecanismos y acuerdos bilaterales de intercambio de información oportuna para hacer frente a las amenazas y tener éxito en las investigaciones.
Ningún país puede permanecer inmune a tales problemas y desafíos. La comunidad internacional solo puede trabajar unida mediante una cooperación intensificada, con un espíritu de respeto mutuo y comprensión y acomodación mutuos, a fin de establecer un sistema de gobernanza global basado en reglas en el ciberespacio.
El ciberespacio es un lugar que nos conecta a todos. Los países deben asumir la responsabilidad de llevar adelante las buenas prácticas a través de Internet, desarrollar una cultura cibernética edificante, permitir que la cultura desempeñe su papel de nutrir a las personas y la sociedad e impulsar el crecimiento, y trabajar conjuntamente por un entorno sólido en el ciberespacio y la prosperidad del ciberespacio.
Conscientes de esto, la República Dominicana ha adoptado una política de apertura y de cooperación en materia de ciberseguridad, siendo signatario de convenios, como el de Budapest, para el intercambio de evidencias electrónica relacionada al cibercrimen y apoyo bilateral en el fortalecimiento de capacidades.
En 2019 se unió también a la firma de “Llamado de París”, propuesto para integrar gobiernos y empresas privadas para crear un compromiso en salvaguardar en conjunto el ciberespacio.
Los países han entendido la necesidad de intensificar las comunicaciones, ampliar el consenso y profundizar la cooperación para construir conjuntamente una comunidad de futuro compartido en el ciberespacio.
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