Industria del cemento: Retos para lograr la sostenibilidad, parte II

El objetivo al 2050 de la industria del cemento es ser carbono neutral. Para que esto se dé hay una serie de retos que tienen por delante, algunos que dependen de la industria y otros del sector público. Algunos de estos retos son: elaborar reglamentos para la aplicación de la Ley de Residuos Sólidos y Coprocesamiento, incentivos para la instalación y uso de energía limpia, así como reducir la huella en el entorno natural.

La sostenibilidad, según la Organización de Naciones Unidas (ONU), es el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. 

Esto se debe lograr garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social. Estas tres aristas son fundamentales cuando hablamos de sostenibidad.

“La gran meta de nosotros es convertir la sostenibilidad en cultura, porque eso implica una relación diferente con el medio ambiente. Nosotros fuimos educados para subordinar los recursos naturales y el medio ambiente, a los intereses del ser humano, y lo que ha ocurrido es que esa forma de comportarnos ha generado un gran daño al ambiente, que hoy nos lo está cobrando la naturaleza con el cambio climático. Por eso, es que digo que debemos convertir la sostenibilidad en cultura, porque no hay forma en que se le ponga un policía detrás a cada ciudadano. El policía debe estar por dentro, y eso pasa cuando se convierte la sostenibilidad en una cultura”, asegura Miguel Ceara Hatton, ministro de Medio Ambiente. 

Las empresas e industrias hoy en día se esfuerzan por ser sostenibles, impactando de forma positiva el entorno donde se desenvuelven, y la industria del cemento no es la excepción. 

Como decíamos en la primera parte de este reportaje, el 4 % de las emisiones de CO2 que se producen en el mundo son emitidas por la industria del cemento. En República Dominicana, de las emisiones totales del país, el 3 % provienen de esta industria, según la Asociación Dominicana de Cemento (ADOCEM)

“La producción de cemento es un proceso industrial que trae consigo inevitables emisiones al aire y una huella física en el entorno natural. La industria de cemento dominicana ha sido consciente de las responsabilidades que tiene con la protección del medio ambiente y las comunidades donde opera”, señala ADOCEM en el estudio Diagnóstico realizado en el 2021, sobre la Sostenibilidad en la Industria del Cemento en República Dominicana

Pero, ¿de qué manera impacta esta industria al medio ambiente? Muchos de los insumos utilizados en el proceso de producción del cemento son recursos naturales. Además, de las emisiones de CO2 con la producción del clínker, material con que se produce el cemento. A esto se suma, el consumo de energía eléctrica a base de combustibles fósiles para la producción, el ruido y polvo que producen, entre otros. 

Uno de los retos que señalan las cementeras instaladas en el país es que “no existe una cadena formal de suministros ni garantías jurídicas que permitan incrementar el porcentaje de uso de combustibles alternos”.

Precisamente, el economista Henry Hebrard sugiere “ver cómo se puede incorporar un mix energético, porque esa es una de las principales huellas. Ver cómo poder producir menos contaminantes. De qué manera la parte de carga de agregados y productos terminados pueden ser movidos con combustible más limpio como gas natural, en vez del uso de camiones a gasoil. Hay que ver cómo reducir esa huella, y sino ver cómo compensar, porque hasta cierto punto se puede tomar medidas”.

“La industria del cemento tiene que ser carbono neutral, esa es la meta. De algún modo, compensar, ya sea por cambiar su dinámica productiva o desarrollar programas de reforestación, ese tipo de actividades que puedan capturar carbono, compensar la emisión con la captura”, sostiene Ceara Hatton. 

De su lado, ADOCEM señala en una encuesta realizada a las seis empresas productoras de cemento en el país, que con relación a las emisiones de NOx y CO2, se evidenció que las empresas realizan proyectos e inversiones para el control, reducción y/o eliminación de las partículas propias del mismo proceso productivo, tales como valorización de residuos como energía, reducción de contenido de clínker en el cemento, programas de reforestación para incrementar la absorción de CO2, que generan los árboles y el uso de tecnologías emergentes, investigación e innovación. 

Retos de la industria del cemento para ser sostenibles

La industria del cemento tiene retos que superar para lograr ser sostenibles y alcanzar la meta de ser carbono neutral, uno de los Objetivos de Desarrollos Sostenibles. 

Algunos de estos retos están atados a marcos jurídicos que deben ser elaborados para la correcta aplicación de la Ley de Gestión Integral de Residuos y Coprocesamiento.

Aún así, la industria realiza acciones para reducir el impacto medioambiental, según explica la directora de la Federación Interamericana de Cemento (FICEM), María José García. Algunas de esas acciones son: 

1. El coprocesamiento o valorización de residuos que consiste en usar residuos como combustible para los hornos de las cementaras. Es una opción que se pone en práctica a nivel mundial para la reducción de gases de efecto invernadero, en el proceso de la producción del clínker

“El coprocesamiento, que lo que hace la industria del cemento es que utiliza residuos urbanos, como llantas usadas, y a través de un proceso previo, las incorpora en los hornos a unas altísimas temperaturas para que sustituya la utilización de combustibles fósiles. O sea, sustituye el carbono por la basura o los residuos urbanos y con eso se produce el cemento. Entonces, la basura es un sustituto energético en los hornos de cemento y eso se llama coprocesamiento”, explica María José García, directora de FICEM, entrevistada por revista CONTACTO

En Alemania, por ejemplo, el cemento se produce con un 80 % de coprocesamiento. O sea, los residuos de Alemania no van a los vertederos, van a los hornos cementeros. Sin embargo, en República Dominicana solamente se está coprocesando un 4% de su producción.

“El país cuenta con la Ley de Gestión Integral de Residuos y Coprocesamiento. La ley tiene tres años de aprobada, pero no están todos los reglamentos de aplicación. Por ejemplo, para el caso del coprocesamiento hay que hacer un reglamento específico, porque ese reglamento le va a decir a las empresas cómo se dispone de ese residuo, cómo se consigue. Todo eso que se requiere para que las empresas puedan hacer sus inversiones y tener una garantía de suministro, porque nadie va a invertir si no sabe si le van a llegar o no los residuos. Hasta que esa estructura no se dé, los niveles de coprocesamiento aquí se van a mantener muy bajos”, afirma Julissa Báez, directora de ADOCEM, entrevistada por revista CONTACTO.

Como explica Báez, contar con una Ley de Gestión Integral de Residuos y Coprocesamiento es un logro, pero el trabajo no termina ahí, “porque tu necesitas crear todo un esquema a nivel de país de las disposiciones finales de los residuos para poder crear sistemas de alimentación, que es básicamente lograr esos centros de acopio. Si sabemos que las llantas son importantes para la industria del cemento, se van a guardar y se van a vender a las cementeras. Incluso, este es un esquema de negocio que se da a nivel mundial que la ley nuestra lo tiene”.

Actualmente, las cementeras utilizan un combustible que se llama petcoke, que es derivado del petróleo. La manera de reducir el consumo de este combustible fósil, es aumentando el coprocesamiento.

“Con lograr que las cementeras tengan una buena cadena de suministro de residuos, como las llantas, papeles, cartón, madera, cascarilla de arroz… hay un montón de materiales que pueden ser insertados en el horno y utilizados como combustible. Entonces, ahí ellos podrán hacer un equilibrio, dejar de utilizar combustibles fósiles y sustituirlo por este tipo de residuos que no tienen contaminación al ambiente”, sostiene Báez. 

Producción de clínker con productos naturales. La directora de FICEM indica que “una actividad que desarrollamos es la de producción de clínker utilizando adiciones de productos naturales. Entonces, se reduce el clínker dentro del cemento, y de esa manera, se producen menos emisiones de CO2”.

Otra medida llevada a cabo es ser eficiente energéticamente. María José García dice que para esto han integrado el uso de gas dentro del proceso y paneles solares.

El Estudio Diagnóstico sobre Sostenibilidad realizado por ADOCEM señala que “las energías renovables han asumido un papel fundamental para satisfacer la creciente demanda de energía, y sustituir a los combustibles fósiles en la industria y la generación de electricidad. Varias tecnologías de energías renovables han surgido como opciones económicamente viables y respetuosas con el medio ambiente que satisfacen las crecientes necesidades energéticas de la industria”.

Otro recurso utilizado es la captura a través de bosques. Los bosques juegan un papel importante para mitigar el cambio climático, pues en las hojas, ramas, troncos, raíces, etc. se almacena gran cantidad de carbono (uno de los seis gases que causan el efecto invernadero).

García sostiene que estos “son una manera de capturar el carbono, y la industria del cemento tiene dentro de sus plantas unas extensiones enormes de bosques.

De su lado, la viceministra de Gestión Ambiental, del Ministerio de Medio Ambiente, Indhira de Jesús, sugiere “reducir las emisiones directas con el uso de combustibles alternativos para la producción del cemento; el uso de algunos materiales, como adición de cenizas a la mezcla para reducir la necesidad de material virgen; podrían trabajar en cambios en el sistema de transporte, esto puede reducir emisiones, que quizás no sean las principales, pero todo cuenta. Y luego, está la que es compensación, fundamentalmente, es el aumento de sumideros o ayudar a otros sectores a reducir sus emisiones, que podría ser encadenamiento, con la cadena de valor de la construcción. Siembra de árboles, siembra de corales, protección de manglares, son compensaciones bien conocidas, y yo personalmente, creo que tanto el cemento como construcción, en general, necesita trabajar más en innovación, en búsqueda de alternativas a los materiales como tal”. 

Carbono Neutral

Ser carbono neutral quiere decir que estas industrias no generarían ninguna emisión de carbono al medio ambiente en su proceso productivo. Este es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a los que se comprometió la industria del cemento mundial, con el fin de lograrlo al 2050. 

Al asumir este compromiso, la industria local clasificó y determinó lo que han venido haciendo hasta ahora y viendo qué encaja dentro de estos objetivos. “Hemos identificado esos 17 objetivos y revisado dentro de cuáles de estos nosotros tenemos más impacto. Te puedo mencionar algunos, ahí está el objetivo Acción por el Clima, por todo lo que hacemos a nivel de cambio climático. El tema de reducción de la pobreza, con los empleos que generamos. El tema de ciudades sostenibles, porque para tener una ciudad sostenible se requiere de una infraestructura y la infraestructura se hace con cemento. Podríamos decirte que 8 ó 10 de esos objetivos son intrínsecos de nuestra industria”, afirma la directora de ADOCEM.

Para lograr estos objetivos, la industria local hizo una hoja de ruta con metas al 2030, según explica Julissa Báez, que consiste en definir cuánto pueden reducir en los próximos años hasta el 2030. “No necesariamente al 2050 podremos decir que somos carbono neutral, porque se tienen que dar una serie de condiciones. Una de esas condiciones es el coprocesamiento, que venimos ‘pujando’ desde hace mucho tiempo, pero todo es lento. Nosotros tenemos un compromiso con el país, con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con cuatro iniciativas que son las que nosotros nos comprometemos a desarrollar de aquí al 2030 para que el país pueda cumplir con su meta de reducir un 27 % sus emisiones, que eso fue a lo que se comprometió República Dominicana ante la comisión marco de las Naciones Unidas”. 

Báez explica que recientemente hicieron una revisión junto con el Estado de cómo han ido avanzando, “y realmente el avance en tres años no ha sido el que esperábamos, ¿por qué? porque se dan condiciones como esa, no podemos invertir si no tenemos un reglamento, se necesita una serie de incentivos y una serie de estrategias. Si decidimos invertir en energía solar, tiene que haber algunas condiciones que se den para que las empresas puedan invertir y hay muchas cosas que podríamos decir que faltan”, concluye Báez. 

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