Iván Ruiz: Transformando la televisión pública

Radio Televisión Dominicana (RTVD) cumple 72 años en medio de una verdadera transformación. El canal estatal cuenta, desde hace dos años y medio, con una nueva y renovada programación; equipos de última generación, que le permiten adaptarse a los nuevos tiempos; y un calificado personal multidisciplinario, innovaciones que han conseguido un despertar en la televisión nacional. “Me emocionaba la idea de venir a ayudar a transformar el Canal 4. Siento que hemos logrado muchas metas importantes, sin embargo, nos falta mucho más”, afirma Iván Ruiz, director de RTVD, entrevistado en exclusiva por revista Contacto.

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August 20, 2024

La historia de Radio Televisión Dominicana se remonta a la época de la dictadura de Trujillo, cuando el hermano del dictador, Petán Trujillo, fundó “La Voz del Yuna”, en Bonao, en agosto 1942

Cuatro años más tarde, en 1946, la emisora fue traslada a Santo Domingo, al edificio donde se encuentra hoy el canal estatal, en Villa Consuelo.

Luego, en 1952, con la construcción de un nuevo edificio, RTVD se convirtió en el primer canal de televisión de República Dominicana, inaugurado el 1 de agosto de ese mismo año.  

Desde su fundación, el Canal 4 ha pasado por diferentes etapas y transformaciones, desde cambio de nombre, hasta nuevas autoridades.

Sin embargo, todo comenzó a cambiar en abril de 2022, cuando el presidente Luis Abinader encomendó a Iván Miguel Ruiz Guerrero la labor de “transformar la televisión pública”.

El conocido productor de televisión aceptó el reto, con el compromiso de tener la libertad de hacer los cambios que considerara oportuno, y lo está logrando con creces.

Uno de sus desafíos era rescatar un canal con 0.00 de rating, sin recursos, y sin la tecnología adecuada para adaptar a RTVD a los tiempos de hoy, y con la necesidad de un personal que pudiera hacer frente a dichos retos. 

“Siempre soñé con dirigir un canal, y de alguna manera, mis sueños estaban muy centrados en la televisora estatal. Soñaba con tener una plataforma para poder mostrar una serie de ideas, contenidos, programas que, tal vez, en la televisión comercial, sería muy difícil de realizar”, afirma Iván Ruiz al ser entrevistado por revista CONTACTO, en las instalaciones de RTVD, en la Calle Doctor Tejada Florentino.

Hoy, la televisión pública, como la llama Iván, cuenta con una serie de programas enfocados en la educación y cultura, con series realizadas 100 % en RTVD y, además, está formando un Instituto de la Televisión, que busca preparar a los técnicos que trabajan en el sector, y a los jóvenes que aspiran llegar a la televisión dominicana de hoy y el futuro.

 Su llegada al Canal 4 

Iván, ¿cómo fue tu llegada a RTVD?

“Llego aquí porque el Presidente me lo solicitó y, literalmente, me dijo: ‘Iván, quiero que me transformes Radio Televisión Dominicana’. Primero, me lo dijo en la campaña, y recuerdo que le dije: ‘lo primero, es que ganes, luego hablamos’.

Luego, a los dos años de gobierno, me manda a buscar con Roberto Ángel Salcedo. 

Al principio, aunque me emocionaba la idea de venir a ayudar a transformar el canal, también pensaba que era un riesgo calculado sumamente complejo, ya que me atrapó en mi mejor momento, donde tengo un Show del Mediodía arriba en el rating, en facturación; el programa Énfasis también, y mi agencia publicitaria. 

Entonces, me hice muchas preguntas: ‘¿Quiero hacer esto?’ Sé que voy a tener la oportunidad de transformar algo importante allí, pero entonces, mi imagen, lo que he construido, o cómo voy a descuidar mis negocios privados. 

Esas fueron de las cosas que le dije al Presidente la tercera vez que fui a Palacio Nacional. Le dije: ‘hay cosas Presidente que me gustaría conversar’. Obviamente, a un Presidente no se le ponen condiciones, sino conversar… Le dije: ‘voy a seguir con mis programas y en mi agencia, porque voy a vivir de ahí, pero tenga por seguro que voy a hacer un trabajo honesto, transparente y revolucionario’. 

La otra cosa que le dije fue: ‘allí van a sonar todas las campanas, por lo que no puedo, es estar en un lugar donde haya limitaciones’. Creo en esa parte de la apertura, de la democracia, de que un medio tiene que estar abierto a todos, y más si es un medio público, que es pagado por todos. Entonces, él me dijo, inmediatamente, ‘que sí’.

Y, esas dos partes, de mantener mis programas y mantener la pluralidad, fue lo que me hicieron decirle: ‘sí Presidente, acepto’. 

¿Cómo ha sido el desafío?

“Ha sido un reto difícil, complejo. Se me apoyó, en un principio, con un presupuesto para adquirir equipos. Encontré el canal en condiciones, técnicamente, deplorables, esa es la realidad… Y al adquirir todos estos equipos de tecnología, también dije: ‘tengo que adquirir un equipo multidisciplinario, de un personal adecuado’. Por que los equipos no funcionan solos, tienen que tener un personal multidisciplinario de creativos, productores, directores y especialistas, que puedan poner en marcha las ideas, y un proyecto que, realmente, pueda re-evolucionar, como nosotros le hemos llamado a este paso.

Y así fuimos construyendo, con las limitaciones propias de un canal que no tiene presupuesto, un canal que tiene que arañar con muchas cosas, y ha sido muy difícil este proceso. 

Creo que es una enseñanza para mí en inteligencia emocional, en paciencia, en manejar los asuntos de burocracia que hay en el Estado… Sistemas que están diseñados para instituciones públicas, pero yo veo esto como un canal privado, como un canal que tiene características distintas al Ministerio de Trabajo, a Industria y Comercio, o a Inespre, por citar algunos ejemplos. O sea, un canal de televisión es un día a día, y a veces, para uno lograr las cosas, tiene que pasar por procesos muy complejos y burocráticos, que no te tienen el ritmo de lo que quieres lograr. Siento que hemos logrado muchas metas importantes, sin embargo, nos falta mucho más”. 

Cuando el Presidente te pone la misión de transformar RTVD, ¿cuál fue el reto más importante que encontraste?

“Un canal que tenía más de 25 años apagado, con 0.00 de rating. Sin valor en el mercado, que había sido utilizado por todos los gobiernos anteriores, y cuando digo todos, es desde que salió Giorgy, del PLD; entrando por el PRD, que vino en el 2000, y luego volviendo al PLD. O sea, nadie se interesó, y lo desvalorizaron totalmente.

A este canal no le dieron la importancia. Esto que nosotros le hemos inyectado, ciertamente, ha tenido una repercusión, porque es disruptivo. 

O sea, venir a hacer series dramáticas, como la Familia Espejo, que sale ahora en agosto; como Los Trinitarios, la primera serie animada en la historia, de toda América… Pero, también, iniciar el Instituto RTVD, para formar no sólo a los técnicos nuevos, sino también a los viejos, que son empíricos de la industria de la televisión. 

Tener un programa infantil diario, Topi Tok, el único en América, nos llena de mucho orgullo.

Esos cuatro ejes transversales son, para nosotros, los pilares para justificar la presencia nuestra en este canal, porque si no era capaz de dejar un legado, esto evidentemente no me interesaba”.

Encontraste un canal en 0.00 de rating, sin inversión, y sin facturación, ¿cómo está hoy?

“Eso es un proceso. Por ejemplo, a Color Visión le costó, me dice el director general, Ángel Laureano, seis años. Y tuvo que venir SIN, en el 2012-13, y entonces entré yo en el 2014, casi a la par de SIN, a revolucionar el Show del Mediodía, que estaba en 0.18 de rating, pero hoy día está por encima de los 4 ó 5 puntos. Para yo lograr eso, en el Show del Mediodía, me costó unos dos años, asomarme a un punto, y yo tenía a SIN después. 

El Canal 4 era una programación completa en cero, con cero ratings. ¡Y era el canal más viejo del país!… volver a darle ese espíritu, en una época de tantas plataformas y multiplataformas, que no fue tan fácil, un pastel repartido en tantos pedazos, volver a conquistar un público, pero por ahí vamos…

Ya tenemos 0.40, 0.45 de rating, es decir, ¡estamos hablando que tienes 45 veces más de lo que tenías! Si tuviera 0.2 estuviera duplicando, pero ya vamos por 0.40, variante, y el target, que es 35 años o más, logramos 0.60, 0.70, o sea, que el canal lo está logrando al paso. 

Sin embargo, mi prioridad no son los rating. Nuestra misión no es que este canal sea lo máximo en rating, sino los contenidos de valores. En una época de tanto morbo y tanto sensacionalismo, es difícil tu romper. 

Este canal tiene una responsabilidad social. Yo veo RTVD con el valor de la rentabilidad social, eso es algo que está muy impregnado en nosotros y nuestro contenido de valor, de educación, de cultura… ¡todo eso no lo negociamos por rating!”.

En cuanto a la solvencia, ¿ya se puede manejar acorde a lo que esperabas?

“Lo que ocurre es que hay que cambiar la visión, ese es uno de los problemas que enfrento en este momento, y yo soy una persona muy sincera.

Se supone que la financiación del canal debe venir el 10 % de la publicidad estatal, ¡y no viene!, lo que hace que nos genere un déficit en el canal. Entonces, los proyectos todos los hacemos in house. Yo tengo un personal multidisciplinario, que le sale costoso al canal, pero es el que le da vida.

Todo se produce aquí, no tenemos que recurrir a nada externo, pero hasta para esas cosas, aquí hay limitaciones, y yo siento que debe haber un sistema donde esto deba fluir, y donde no haya sobresaltos para nosotros sostenernos, como televisión pública, que debe responder a la mayoría de los dominicanos”.

Iván, tu dices que no tienen recursos, pero si las instituciones del estado cumplieran con lo que dice la ley, tendrían los recursos para hacer eso y más.

“Tú has dicho algo muy cierto: es una ley y, de hecho, cabe sanción, y nosotros estamos estudiando una serie de posibilidades. 

Yo soy una persona que no me gustan los conflictos, pero cuando te ponen contra la pared, pues tienes que reaccionar. 

Aquí hemos administrado de una manera tan eficiente que, sin recursos, esto se ha movido. Coberturas, toda la imagen nueva que tenemos, que estamos tirando desde agosto, también se ha hecho con nuestro equipo in house, no subcontratamos a nadie.

O sea, todo lo que podemos usar, en términos de recursos, lo estamos haciendo aquí, pero las reservas se agotaron hace tiempo. Entonces, es tiempo de que se revitalice esa parte económica, porque este es un bien público, esto es pagado por el erario, pero yo no puedo contar simplemente con las nóminas, sino que necesito recursos también para proyectos, y siento que eso va en vías de solución. 

Nosotros queremos crear la conciencia de que la televisión pública es de todos, pero tiene que ser rentable, en término de los proyectos que emprenda, no con la publicidad privada, por que yo no cuento con publicidad privada. 

La rentabilidad social del canal tiene que sustentarse con el dinero del erario, bien administrado, y en proyectos que se justifiquen. Por eso, aquí tiene que haber educación, valores, cultura, como la que nosotros estamos insertando. Que en un principio, uno tenga programas, vamos a llamarles ‘seculares’, pero eso es algo para atraer a la audiencia, porque la televisión pública tiene que tener público, para después transmitir totalmente la televisión de valores, educativa y cultural”. 

Iván, para ti, desde Color Visión, llamar a un talento para trabajar es una cosa, pero pedirle a alguien venir a laborar a un canal con 0.00 de rating, es otra. ¿Cómo convenciste a los talentos para venir a RTVD?

“Yo siento que confiaron en mí, más que en el proyecto, más que en el canal, que estaba con la autoestima al más bajo nivel. Confiaron en las ideas que le plantee. 

Por ejemplo, El Mangú, Topi Tok y Luna Llena, son diseños propios míos, que traje y los doné al canal, porque dije: ‘yo tengo que hacer estos programas anclas para poder afianzarme, y tengo que traer figuras conocidas para atraer un poco a la gente a la TV de nuevo, al 4’. 

Pero, tengo que decir, que me llena de mucho orgullo que figuras como Lissette Selman, Aquiles Correa o Carlos Alfredo, están aquí. Mucha gente importante, que estaba fuera de la televisión, pues yo no le quité talento a nadie, porque hay muchos que no estaban en ningún canal con tanto talento como los que estaban activos. Esta fue la oportunidad de atraerlos, y que la gente pueda percibir su talento, y todos confiaron en el proyecto”. 

 Su legado 

Iván, después de dos años, y cumpliendo con la función de informar, educar y entretener, ¿sigues trayendo nuevos proyectos? 

“Yo no me canso, y mi equipo lo sabe, soy muy exigente. Lo único que me voy a llevar de aquí, es dejar un legado, es generar un impacto, y darle valor a la televisión pública, y eso se lo impregno a mí personal día por día”. 

Tú dijiste que este era un sueño para ti, ¿es mejor el sueño al ser televisión pública?

“No sé si mejor o peor, pero sería el único canal, en este momento de la industria, que me permitiría hacer transformaciones.

Si te pones a hacer un zapping por todos los canales, suponte qué puedo hacer en Color Visión, qué puedo hacer en Telesistema, qué puedo hacer en Telemicro, que son canales ya establecidos, que tampoco están dispuestos, quizás, a la agresividad de desarrollar nuevos proyectos. El Canal 4 me permitía, de menos cero de rating, generar un cambio, generar una revolución y, de alguna manera, ‘levantar un muerto’. 

Casi lo que me tocó hacer con el Show del Mediodía, que era un programa que lo iban a sacar del aire, y lo levantamos. Entonces, esto para mí era un desafío como un segundo cementerio, donde nosotros podíamos ir a llevar vida”. 

Hablando de la transformación que te pidió el Presidente. Cuando llegamos aquí, nos encontramos con una transmisión en vivo desde el Congreso Nacional. ¿Se podía hacer eso cuando llegaste?

“Entre los equipos que nosotros compramos en aquella ‘famosa licitación’, de RD$228 millones, que finalmente fueron RD$210 millones, sobró una cantidad importante de recursos, y nosotros pudimos usar esos fondos en otros productos del mismo canal. Ahí nosotros compramos las pantallas grandes, que el estudio de noticias y el estudio B pueden hoy alimentarse; compramos cuatro Live U, y cuatro cámaras Sony para transmitir en vivo. Por eso, ahora podemos hacer coberturas tan potentes. 

Revolucionamos los controles de estudio, del Estudio A, del Estudio de Noticias, que no tenía control de estudio, y ya tienen sus propios controles y ya pueden hacer sus transmisiones independientes; y también los controles del Estudio A, más los tres controles de los tres canales: el 4, el 17 y la señal internacional, que es uno de los pilares que está en nuestra propuesta”.

Hablando de la señal internacional, ¿cómo va el proceso para ponerla a funcionar?

“Estamos en proceso de poner en marcha la señal internacional. Ya adquirimos el control máster; tenemos la unidad Terrena, y el Satélite. Ahora, lo que estamos haciendo, son las conexiones de por cuál sistema vamos a llegar a los Estados Unidos. Vamos a hacer la primera prueba en New York, y ahí vamos a tener la señal internacional. Todo eso ya está en proceso. Ahora, quiero decir, en honor a la verdad, que fue una petición personal del presidente Abinader”.

 Instituto de  la Televisión 

Iván, ¿cómo nace el proyecto del Instituto de Televisión?

“Nace en mi corazón, ni siquiera en mi mente. Soy un amante de la industria de la televisión. Tengo 37 años en la televisión, y he visto la manera empírica en la que la mayoría de los técnicos se desarrollan. Pero, también, he visto el crecimiento de los canales en los pueblos y si aquí (Santo Domingo) hay empirismo, imagínate lo que puede haber en los canales pequeños de los pueblos. Y dije: ‘este es el momento de ayudar desde allí, crear un instituto que pueda formar y pueda forjar nuevos talentos y los que están formarlos de una manera más acabada’. 

Entonces, vi esta gran oportunidad de crear este instituto, ahí justo donde estaba el museo, que lo trasladaron a Indotel, ¡pues ahí estará el instituto! 

Pero, el Instituto ya nació, y está dentro del canal. Ya hemos hecho programas piloto con la Da Vinci y un campamento de niños. Es decir, ya hay una actividad, ya está activo, a cargo de Julissa Hernández, Leo Silverio y un gran equipo de trabajo”.

¿Qué se va a impartir en el instituto?

“Producción de televisión, creatividad aplicada a la televisión, producción y edición para los streaming, para los youtubers, que es una realidad de este tiempo.

Guiones para series, dirección, y realización de televisión. Todo lo que implica la industria va a estar inmersa allí”.

¿Has conocido alguna referencia en otros países para la creación del Instituto?

“Yo visité Televisión Española para conocer el Instituto que, para mí, es un modelo. Ahora vamos, próximamente, a conocer la BBC de Londres, porque me he interesado mucho en conocer las televisiones públicas. 

A mí me preocupa mucho que un proyecto, que pueda ser interesante, un nuevo director tenga toda la libertad de echarlo para atrás porque quiere, y que no se siga algo que tiene desde atrás la inversión del pueblo… Creo que debe haber un sistema que pueda controlar que, si viene un nuevo director, no lo vea políticamente, eso es lo primero, sino que haya un compromiso con el Estado y con la gente, que es quien paga esto.

Esto requiere mucho tiempo. Cuando yo salga, voy a proponer, porque no puedo hacerlo estando yo dentro, que hagan como el modelo de la Televisión Española. La Televisión Española no lo cambia un gobierno de turno, lo cambia un Consejo, que tiene todo el poder para hacerlo, y eso la hace independiente”. 

¿Qué legado quieres dejar cuando te vayas de aquí?

“Creo que lo más importante es el Instituto, que es como lo que nadie va a poder despegar fácil. Tú sabes que, cuando llega una ‘escobita nueva’, quiere barrer lo que estaba antes… Y, podrán quitar los programas y una serie de cosas, pero creo que el Instituto nosotros lo vamos a blindar, de una forma, que sea el mismo pueblo que le reclame a cualquiera que ose quitarle su instituto. 

Yo siento que va a ser el principal legado, que lo estamos haciendo con 0.0 de presupuesto, con un personal creado aquí, diseñado aquí, y con nuestros propios recursitos que contamos. 

Es con mucha voluntad, con mucha actitud que estamos haciendo el Instituto.

Y una de las cosas que me apasionan aquí son las series, las animadas, como Los Trinitarios, luego vendrán otras, y la Familia Espejo. Aquí arriba (edificio), donde estaba el Night Club, nosotros lo desbaratamos, y creamos un foro-estudio para hacer series. 

Lo que viene en la industria son las series, lo vemos en las plataformas actuales. Entonces, me pregunté: ‘¿si esa es la tendencia, por qué no hacer series dominicanas?’

Yo tengo gente del cine, que los he inspirado de tal forma, y les he vendido un sueño, que espero que no despierten por ahora, que lo están haciendo a un 10 % de lo que ellos cobran en las películas. Yo les dije: ‘no tengo recursos, vamos a hacer esto porque va a ayudar a la industria. Y luego que hagamos esto en la televisión pública, los canales privados se van a incentivar en hacerlo. Entonces, vamos a mover la industria’”.

 Libertad editorial 

Iván, hablando de noticias. Le pediste al Presidente “que no querías ataduras”, ¿cómo se puede hacer un noticiario estatal imparcial, y que no afecte los intereses del gobierno?

“Lo primero, es que tengo el respaldo del Presidente. En las elecciones, nosotros modelamos ese sistema, en el que yo personalmente creo.

Aquí le dimos espacios a todos los partidos, aquí hicimos debates con los candidatos de todos los partidos, pero también, nuestro noticiero tiene todos los días lo que Leonel Fernández opina del gobierno, lo que Danilo Medina opina del gobierno y, evidentemente, si no es positivo, igual tiene la apertura…

Creo en eso firmemente. Si es una televisión pagada por todos, creo que no debe rendirse a los intereses de un gobierno de turno. Eso no implica que, obviamente, dentro de un marco de respeto al Estado, y a quien gobierna el Estado”.

En agosto, el canal cumple 72 años, ¿qué significa para ti estar en este aniversario?

“Esto es significativo, porque nos permite emprender nuevos proyectos. Ahora, en agosto, estamos lanzando un cambio en la parrilla. Estrenamos la Familia Espejo, la serie dramática, con ocho episodios en una temporada. La serie va a estar dentro del programa Luna Llena, con segmentos dentro del programa. 

Lo distinto de esta serie es que es una familia de verdad, de actores de verdad, Johnnié Mercedes, su esposa, y sus cuatro hijos interpretan la Familia Espejo, lo que la hace todavía más disruptiva, y tiene los estándares Netflix, que son los estándares de cine de calidad. 

Igualmente, estrenamos Trinitarios, la serie animada dirigida por Luis Cepeda, y desarrollada por nosotros; y Topi Tok viene con una versión los sábados, de tres horas. 

Tenemos una nueva apuesta también, que es La Mirada, un programa 360, con los temas más importantes del día, con Lissette Selman y Víctor Gómez Casanova, en una televisión muy agresiva y muy depurada”. 

¿Te sientes como pez en el agua con lo que estás haciendo?

“A pesar de las limitaciones diarias, de la burocracia, de los procesos ser tan lentos, con un ritmo más lento de lo que exige la televisión actual, siento que es parte de un proceso que me ha ayudado a aprender y a manejarme en un gran consorcio. 

Yo nunca había trabajado con 550 empleados, y un monstruo tan grande, que tiene dos canales de televisión, y tres emisoras de radio, que están a cargo de nosotros. 

Un personal con mentalidad, al principio, de señal pública, pero luego dije, ‘no, esta es una mentalidad privada: ni yo soy funcionario, ni nadie trabaja en algo público’. 

Este es un canal privado, donde todos tenemos que dar el todo por el todo, aunque los estímulos no son, quizás, los que esperamos de una empresa privada, pero tenemos que dar el todo por el todo mientras estemos aquí, y eso es lo que he impregnado como filosofía”. 

 Iván Ruiz, el productor de televisión 

Iván, ¿en qué momento llegas a la televisión?

“Yo creo que comencé desde que tenía uso de razón, dañando una cámara fotográfica, haciendo documentales imaginarios, a finales de los años 70´s, siendo un niño con 8, 9 ó 10 años, ya yo sabía lo que quería. 

Me encerraba en mi cuarto, con una grabadora de audio, porque en ese tiempo no teníamos posibilidad, como hoy día, de cámaras en el celular. Lo hacía en audio, y con un espejo, me imaginaba que estaba haciendo televisión. 

Yo no fui buen estudiante, porque me enfoqué mucho en la televisión, pero sí era un buen lector de lo que me interesaba. Incluso, de periódicos: leía los editoriales de Listín Diario, de don Rafael Herrera; de Germán Ornes, en El Caribe; de Radhamés Gómez Pepín. Leía los suplementos del Listín Diario, del periódico Hoy, y me alimentaba mucho de los artículos de fondo, de libros de mi padre y, a la vez, mi madre, que aunque identificó que no era buen estudiante, me vio el talento, la inquietud mía por la televisión, y yo con 14 años ya había estudiado locución; luego, con 15 años, producción de televisión en talleres que hacía, cinematografía por correspondencia, hasta que llegó la gran oportunidad, en 1986, que le llevamos un proyecto, un guión que yo hice, a Yaqui Núñez, y empezamos en Teleantillas, con el proyecto de Yaqui.

Empecé, en ese momento, con el productor más importante de la televisión, que era Yaqui Núñez, junto con Freddy Beras, y ahí empezamos con Paso a la Juventud”.

¿En algún momento soñaste que te ibas a encontrar donde estás hoy?

“Sí. Estaba muy seguro de que iba a lograr todos mis sueños. Soñaba con ser presentador del Show del Mediodía. En los 80`s, me ponía con un micrófono y quería seguir las cosas de Yaqui, y no solamente llegué a ser presentador, sino que soy el productor y copropietario del Show del Mediodía… Soñé con dirigir un canal, y cuando pasaba en mi carro por aquí fuera del canal, decía: ‘algún día quiero ser director de Producción del canal estatal’… Decía de Producción, porque no me veía administrativo, ¡y hoy día soy el director del canal! 

No solamente es soñar, es tu perseguir, es trabajar para eso, es prepararte, y siento que, por eso, nada ha sido fortuito”.

Cuando tomaste el Show del Mediodía, que era un programa que estaban pensando cerrarlo, ¿no te dio miedo embarcarte en un proyecto que estaba rumbo a fracasar?

“Yo no tenía miedo. Yo había estado en el 2010, pero en ese tiempo, no tenía todas las herramientas de lugar, no podía hacer lo que quería, y me fui molesto e impotente.

Cuando me llaman en el 2014, pongo mis condiciones: se va a trabajar desde mi oficina, con mi equipo, y estas son mis condiciones de trabajo, porque no me dieron un centavo, porque no había dinero, había muchas deudas. 

Nosotros empezamos a levantarlo. Lo primero que dije fue: ‘esto hay que voltearlo. Si no funciona esto de combos y comedia, vamos a cambiar’. En el 2014, ya veía lo que venía. Apenas Twitter tenía unos años, Instagram empezaba, y las plataformas empezaban igualmente, y yo dije ‘lo que viene es esto: series, reality, cosas que tienen que ver con la realidad’, y luego dije: ‘voy a hacer una ‘Telerealidad’ (nombre registrado por Iván Ruiz)”.

¿Qué es la “Telerealidad”?

“Un programa de opinión, de gente con perfiles distintos, donde todo puede ocurrir, donde no hay un orden, hay una guía, pero no un orden.

Es un espacio donde cada quien se expresa como si estuviese en un colmadón, o en la sala de su casa, donde pueden ocurrir muchas cosas irreverentes, muchas cosas fuera de control, pero es como la vida misma, donde pasan esas cosas cuando se reúne un conglomerado.

Tratamos que haya balance, un equilibrio, personas con ideas distintas y un programa muy movido, donde se alimenta de la actualidad”.

¿Alguna vez te dijeron: “eso no va a funcionar”?

“¡Por supuesto! Me lo dijo el propietario principal del programa, y me dijo: ‘eso que estás haciendo es una m…’. Y yo le dije en un momento dado: ‘en algún momento, algunos tendrán que comérsela’. Y no solamente han tenido que comérsela, sino que muchos ‘han comido’ con la facturación que hemos generado en el Show del Mediodía, con la telerrealidad”. 

¿Cuándo nace Énfasis?

“Énfasis nace de una necesidad mía de hacer entrevistas más a fondo, que en el Show del Mediodía no podía hacer, porque es muy rápido, y de poder capturar la esencia de celebridades, hacer un viaje introspectivo con celebridades, conocerlos de cerca, y ya vamos para 9 años. 

Casi nueve años haciendo un programa semanal de entrevista a celebridades. Creo que debe ser único en América, porque esos programas se hacen de temporada”.

¿Qué es para ti Neuronas Creativas?

“Mi agencia. Ese nombre se me ocurrió en 1999, y el 2000 la formamos. Neurona va a cumplir 25 años. Es nuestra agencia, es mi casa, cuando voy allá tengo mucha paz. No puedo negarlo, diferente aquí, que es un torbellino, presión, que paso pique… En Neuronas, me siento tranquilo. Yo sé que esto es un proceso que, evidentemente, no puede durar mucho tiempo. Tenemos que dejarlo encaminado, tenemos ese compromiso con la sociedad, con el Presidente, conmigo mismo, con Dios, que me puso aquí. Pero, Neurona, es la semillita que me da de comer”. 

¿Quién es Laura Guzmán (esposa) para ti?

“Mi amor, mi compañera de vida, mi acompañante en desafíos, en travesías, la que está ahí todos los días”.

¿Quién es hoy Iván Ruiz?

“Un amante de la televisión o pasante eterno de la televisión (Risas)… que aprende todos los días códigos nuevos, que se adapta a nuevas herramientas, a nuevas tendencias, sin dejar su esencia; que cree en lo que hace, que le apasiona lo que hace, y que está convencido del poder que ejerce la televisión, como medio; que es capaz de crear modos de vida y patrones de conducta en una sociedad.

Respeto la televisión, respeto los medios de comunicación, por eso cuido cada cosa que se enseñe”.

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