Jacqueline Henríquez: La “artista de la cocina dominicana”

Jacqueline Henríquez es una apasionada de la cocina. Es una mujer que ha desarrollado sus cinco sentidos entre sus platos. Tanto así, que solo con el aroma del arroz ella sabe cuando está listo, sin tener que moverlo.

Lleva 14 años con su programa de televisión “Escuela de Cocina, con Jacqueline Henríquez”, en el que comparte sus conocimientos con mujeres y hombres que la ven a través de Color Visión. 

Sin embargo, sus redes sociales han sido el lugar donde ella ha tenido la oportunidad de tener ese contacto directo con sus seguidores. 

Jacqueline se toma su tiempo para responder los comentarios de las personas que la siguen, porque entiende que le escriben porque quieren recibir una respuesta de ella. Y aunque revela que llegó a Instagram por la recomendación de un sobrino, hoy le encanta. 

“Mi sobrino me dijo: ‘mira tía, tu ta’ atrás… lo que ahora mismo está de moda es Instagram. Y me abrió él mismo la cuenta, y al ver que se me sumó tanta gente a un mismo tiempo, me dije: ‘vamos a seguir, a ver qué pasa’”, revela Jacqueline Henríquez, al ser entrevistada por revista CONTACTO mientras preparaba uno de sus platos. 

Jacqueline, ¿Cómo comenzó su amor por la cocina?

“Eso viene de familia. Yo vengo de una familia donde a todos nos gusta cocinar, y además de cocinar, nos gusta comer, compartir en la mesa. Somos de la familia que estamos comiéndonos el almuerzo y ya estamos pensando en la cena. Tengo familiares que se dedican a la industria de alimentos y bebidas. Así es que esto viene de familia”. 

Aunque viene de familia, como usted dice, también usted estudió para ser chef…

“Sí, mi formación académica fue en la PUCMM (Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra). De ahí, uno se fue formalizando un poquito más, adaptándose a los tiempos, haciendo los cursos de actualización y aplicándolo con el día a día y amando cada día más esta cocina que a todos les encanta”. 

¿Qué título obtuvo en la PUCMM?

“Yo obtuve el de Arte Culinario. Aunque es importante decir que mi primera formación, a parte de la formación del hogar, vino de las escuelas laborales de nuestro país. Las escuelas laborales de aquí, lamentablemente, la gente no le da el valor que real y efectivamente se le debería, porque la cocina es igual que la medicina: tú necesitas tener una base de cocina básica y la medicina básica. Para tú ser médico dermatólogo tienes que ser médico general primero… eso mismo pasa en la cocina. La salsa bechamel va a ser aquí en la República Dominicana y en cualquier parte del mundo la misma salsa bechamel. Es decir, que si estudias una cocina básica, a partir de ahí, tú puedes lograr buenísimos resultados. Las escuelas laborales en las que yo inicié hace muchos años fueron la María Trinidad Sánchez y la Concepción Bona, que son escuelas de capacitación que daban cursos de repostería, de belleza, de manualidades, que era lo que le llamaban ‘el laboratorio de cocina’. De ahí, termino la universidad, termino otros estudios que realicé, y me incliné más por el tema de la cocina, que era lo que a mí realmente me ha gustado”.  

¿A usted le gustaría enseñar?

“De hecho, yo imparto clases en algunas ocasiones cuando me lo solicitan en la PUCMM. Mi programa de televisión en Color Visión, ‘Clases de Cocina’, se llama así porque a mi me gusta la parte didáctica, porque tengo paciencia para enseñar a otros y también esa es una herencia de familia, porque yo tengo hermanas, tías y primas que son maestras por vocación, en otras áreas, y tenemos, digamos, que esa gracia de enseñar un poquito lo que hemos aprendido”. 

¿Cuál es el secreto para que cualquier comida quede bien?

“Yo creo que es tener un poco de paciencia, porque si tú entras a la cocina apurada, acelerada, que es el día a día de la gente, por un tema de disponibilidad de tiempo, las cosas no le quedan bien. No es un tema solamente de ingredientes, sino también de calma y paciencia. No nos podemos desesperar, porque sino, no vas a tener resultados. Es como una habichuela: la diferencia de tú poner unas habichuelas en agua en remojo el día antes, a tú ponerla partiendo desde cero es totalmente diferente, porque cuando la habichuela se hidrata dura menos tiempo en la cocina, y al final tú duras menos tiempo cocinando y las habichuelas duran menos tiempo cocinándose”.

¿Cuáles son los platos que a usted más le gusta preparar?

“De la comida criolla, lo que más me gusta preparar son las habichuelas, el sancocho, cosas así… bien del día a día. Me encanta preparar ese tipo de cosas porque es realmente lo que somos”. 

Y de la comida internacional, ¿Qué le gusta?

“Me gusta mucho la comida peruana, porque tiene una historia, tiene mucha variedad, tiene muchos colores y sabores. Me gusta mucho la comida colombiana también que, por igual, tiene muchos colores, muchos sabores y mucha historia. La peruana, principalmente, es una cocina muy buena y reconocida. Yo he tenido la oportunidad de probarla y me ha encantado”. 

¿Cuál es ese ingrediente que uno siempre van a encontrar en su cocina?

“Te voy a decir varios: la verdura o recaíto; naranja agria; limones y tomates maduros. Tú siempre vas a llegar aquí y vas a encontrar tomates en la mesa de mi comedor como adorno para la comida del día a día. Yo los compro entre verdes y maduros para que se terminen de madurar aquí en la casa”.

El menú para nochebuena 

Jacqueline, ¿Cuáles son los platos que usted cree que no se deben de quedar fuera para el almuerzo o cena de noche buena?

“El icónico moro de guandules, la pierna de cerdo, el pollo, los pasteles en hoja. De hecho, ya eso es un menú completo más la ensalada, porque las ensaladas son ‘chulerías’ para darle un poquito de volumen a tu mesa, pero realmente, no es tan necesario tener tantas cosas en la mesa. Creo que con eso es suficiente”. 

¿Cuál será su menú el 24 de diciembre?

“Mi esposo no consume carne y él, para los 24 y el 31, siempre me pide una paella, y ahora vamos a hacer un salmón al horno; pollito horneado, una ensalada y pasteles en hoja. 

Este año nosotros no vamos a hacer cena de Navidad… vamos a hacer un almuerzo, porque años anteriores yo lo había hecho así. Un almuerzo, porque esa carga de comida que uno ingiere de noche es muy fuerte para cualquier persona adulta mayor y yo tengo a mi mamá que viene y nos visita”. 

Hay muchas personas que no les gusta hacer pavo porque dicen que el pavo les queda seco. ¿Cuál es su secreto con el pavo?

“El secreto con el pavo es primero comprar uno de buena calidad, un pavo joven. Segundo, yo hago una salmuera, pongo el pavo en una salmuera 24 horas antes y, lo más importante, fijarse que las personas que venden pavos listos para procesarlos en la casa, estos pavos traen unas etiquetas con las instrucciones de cómo hornearlo, cómo descongelarlo, cómo hacer el proceso adecuado para que tú no tengas fallo. Lamentablemente, nosotros los dominicanos no tenemos costumbre de leer instrucciones de uso. Por ello, yo siempre recomiendo leer las instrucciones de la empresa que empacó ese producto y, en función a eso, usted ejecuta su receta. Ahora bien, yo particularmente lo pongo en esa salmuera y, al día siguiente, limpio el pavo de esa salmuera y de ahí lo preparo. Como aplico esa técnica, siempre me queda jugoso”.

Clases de Cocina 

Jacqueline, ¿Cómo comenzó usted en la televisión?

“En el 2006 se presentó la oportunidad de producir mi programa de televisión. Aproveché el momento y hasta la fecha estoy en televisión”. 

¿Es difícil cocinar en televisión?

“Al principio, sí, es un poco difícil, por un tema de las cámaras y ese tipo de cosas… da un poco de temor, pero cuando estás seguro de lo que estás haciendo, todo fluye, porque el que va a la televisión a improvisar con algo que no domina y no se siente seguro, pues ahí se hace más difícil. Ahora bien, cuando lo haces segura de lo que estás proyectando, la cosa cambia”.  

¿Qué representa para usted ‘Clases de Cocina’?

“Representa mucho, porque es una experiencia que yo asumí como una responsabilidad social, en el sentido de que voy a la televisión a mostrar cómo cocinar de una manera fácil, sencilla, sin complicaciones… con lo que tú tengas en tu nevera y en tu despensa puedes hacer algo bueno, bonito y estético. Que por el hecho de que tú no tengas un presupuesto muy elevado, eso no significa que no puedes hacer algo bonito en tu casa. Es como ponerle una chaqueta de elegancia a una berenjena o a una tayota, por ejemplo”.  

¿Se le ha quemado alguna vez la comida?

“¡Claro!… Eso es normal, pero por un tema de rapidez, fíjate que al inicio te dije que hay que tener paciencia. Por un tema de que el tiempo en televisión es muy corto y aunque esté quemadito abajo hay que presentarlo. Ahora, eso no significa que no está comible”.  

Pero usted me está diciendo en televisión, no en su día a día…

“No, lo que pasa es que en el día a día yo aplico mucho los cinco sentidos en la cocina y uno de ellos es el olfato. Yo te puedo decir en qué momento está el arroz sin tener un reloj en la mano, simplemente por el olfato”.

Jacqueline Henríquez, la influencer 

Jacqueline, usted en las redes sociales es una sensación. Sube una foto de sus platos y le dicen hasta abusadora.

“(Risas)… De todo me dicen, pero a mí me encanta”. 

¿Cuál es el truco para que la comida no solo quede buena, sino que también se vea apetecible?

“Hay una serie de factores que hay que tomar en cuenta para que una comida sea apetecible. Lo primero, es la gama de colores que usted va a usar con respecto al plato que estés preparando. Si tu comida es roja, no puedes montarla en un plato rojo. Entonces, debe existir una armonía entre la vajilla, debe existir una armonía de colores, de ambiente y de iluminación. Porque si es una cena y tú quieres ponerlo un poco más cálido, pues claro tienes que poner la luz un poco más cálida. Yo trabajo mucho con luz natural, me gusta la luz natural para las fotos y tratar de capturar ese momento, que sea lo más real posible”.  

¿Las fotos las hace usted misma?

“Yo misma hago mi dirección de fotografía, yo misma hago mi ambientación, mi dirección de arte… ¡yo lo hago todo!”.  

¿Con cuáles equipos usted trabaja?

“Yo estoy patrocinada por Huawei P40, que tiene la mejor cámara, y a veces uso una cámara Sony que tengo. Uso mi trípode… yo tengo todo mi equipo”. 

¿Cómo ha sido esta experiencia para usted de trabajar
en las redes sociales?

“Este es un tema de más paciencia todavía, porque uno está expuesto a muchas cosas, porque como las redes sociales se expande mucho más que la televisión… se queda ahí la imagen, tú vas y la ves cuantas veces quieres. 

Es un tema de mucho respeto, porque las redes sociales también hay que respetarlas y hay que asumirlas como una responsabilidad social, porque cuando yo entré a las redes sociales entré en un momento en que no quería hacer la transición, pero vino un sobrino mío a la casa y me dijo: ‘mira tía tu ta’ atrás, lo que está ahora mismo es Instagram. Y me abrió él mismo la cuenta. Y al yo ver que se me sumó tanta gente a un mismo tiempo, me dije: ‘vamos a seguir, a ver qué pasa’. 

Entonces, mis dos hijas ya son adultas. La mayor es médico odontóloga y la menor está estudiando hotelería en la PUCMM. Y yo dije: ‘si entro a este mundo tengo que hacerlo bien, porque tengo dos hijas que quiero que ellas se sientan orgullosas de que cuando ellas vean mi trabajo, ellas digan eso lo hizo mi mamá’. Que ellas sientan orgullo de lo que su mamá está haciendo. Y así fue. Ha sido un camino de mucho respeto. Nunca le he faltado el respeto a ningún seguidor. Al contrario, le respondo siempre, y cuando tengo tiempo, y siempre y cuando pueda. Si tú me dejas un comentario, tú quieres que te respondan, y es tanto así, que mucha gente ni creen que soy yo la que respondo”.  

¿Cómo se siente cuando ve que usted sirve de inspiración para muchas personas?

“Digo en voz alta: ‘¡deber cumplido!’ Recientemente, una joven me escribió diciéndome que con los pasteles en hoja que yo he publicado en otros momentos, ella ha logrado muchas cosas y así me ha pasado con mucha gente. Que si los pasteles en hoja, que si el pan de batata, que si el pan de maíz. Hay una joven que empezó un emprendimiento a raíz de que yo publiqué en verano unas bebidas, era un mojito y una margarita, y yo los puse en funditas de esas de helado. Ahí tiene ella su negocio vendiendo eso. Para mí es una satisfacción, y cuando me lo comunican, me pongo más contenta todavía”.