La pandemia del Covid-19 como laboratorio social

La pandemia del coronavirus, que ha estremecido al mundo como nunca antes en todas las latitudes, hasta el punto que marcó un nuevo capítulo en la trágica historia de la humanidad, ha sido un desafío para la medicina y los científicos, comprometidos en la lucha contra el terrible virus y también para la economía y las finanzas a nivel global, amenazadas con descalabros y colapsos.

Este angustiante panorama también plantea imperativos para lograr con gradualidad pero sin pausa, un proceso de recuperación que permita llegar a lo que se ha acordado en llamar una nueva normalidad condicionada por la secuela del Covid-19, que al parecer será un cercano acompañante por largo tiempo.

Sin desatender la cuestión sanitaria y los asuntos propios de la economía, la pandemia permite el ejercicio de una especie de laboratorio social para observar con mayor profundidad, detenimiento y conciencia, el sentimiento y las reacciones humanas en tiempos de incertidumbre generalizada.

Como ha ocurrido en otros períodos difíciles, surgen elementos contrapropuestos en que afloran de forma chocante y contradictoria la solidaridad en lucha permanente contra el particularismo de “sálvese quien pueda”, las más bajas pasiones humanas, el afán desmedido de lucro y la especulación en diferentes ámbitos.

La pandemia estremece a todos, pero no logra suprimir y ni siquiera atenuar los ímpetus de quienes en sus mentes malvadas anidan ideas y proyectos negativos para aplicarlos de forma despiadada contra pretendidos amigos y compañeros de trabajo, aprovechando el ausentismo laboral provocado por la pandemia.

Gente de esta calaña no renuncia a su nefasta esencia, ni siquiera en las presentes circunstancias en que la reflexión y la sensibilidad debían imperar, y siguen siendo taimados y simuladores en la búsqueda de desmedidas ambiciones personales, aunque no logran engañar con sus poses y falsedades.

Afortunadamente, existe el contrapunto de gente auténtica y sincera que profesa amistad verdadera, y que en momentos difíciles, dice presente para ir en auxilio de quienes necesitan asistencia y aliento que se suple, además del dinero, con apoyo afectivo y la reactivación de los lazos amistosos y familiares.

Un improvisado pero efectivo laboratorio social, en medio de esta pandemia, permite descubrir emotivas historias inéditas muy gratificantes de personas que han logrado consolidar su estabilidad laboral gracias a un trato en que se manifiesta la sensibilidad humana de quienes están detrás de las directrices de empresas, negocios y centros clínicos.

Durante mi internamiento en el Centro de Obstetricia y Ginecología conocí dos ejemplarizadoras historias humanas, la de César Ovalles, quien a base de su comportamiento y seriedad como ‘guachimán’ de servicio en el centro, logró acceder a la posición de camillero; y la del electricista Nelson Reyes, ligado a la clínica desde sus inicios.

Venciendo mofas de quienes se burlaban de él, porque por encima de sus obligaciones como vigilante estaba atento para ofrecer otros cuidados y facilidades espontáneas a la llegada del personal, Ovalles se ganó aprecio y confianza hacia su persona y pudo cambiar la escopeta y el riesgoso puesto de vigilante por el de camillero, que comparte con trabajos que hace como técnico de refrigeración graduado en el INFOTEP.

El electricista Reyes es un sobreviviente del Covid-19, que logró recuperarse después de haber estado entubado durante cinco días en estado crítico porque se le complicó con una crisis de diabetes. Habla con desbordarte agradecimiento, ya que el centro asumió su tratamiento en lugar de dejarlo a su suerte o enviarlo a un hospital.

Ambas intrahistorias ponen de manifiesto la sensibilidad humana de socios y ejecutivos de la clínica, en especial de su director, el pediatra Rafael Mena y el gineco-obstetra Danilo Núnez, que siempre se han preocupado por cultivar una relación de cercanía y valoración con su personal, una gran filosofía corporativa y una credencial distintiva que, a su vez, se refleja en el trato cordial que estos proyectan hacia pacientes en todas las áreas. 

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