María Conchita Arcalá: La mujer que da vida a Peccata Minuta

María Conchita Arcalá es psicóloga de profesión, empresaria, madre, esposa, pero sobre todo, una mujer enfocada en servir de ayuda a otras mujeres. Esta emprendedora afirma que siempre “busca las oportunidades”, y que está convencida que “con trabajo se puede lograr todo”. También, entiende que todas las personas, desde sus diferentes plataformas digitales, “pueden aportar y servir de ayuda a los demás”.

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December 16, 2021

María Conchita Arcalá es una mujer enfocada, muy clara de lo que quiere en la vida, directa, “sin pelos en la lengua”, pero sobre todo, convencida de que las cosas hay que ganárselas. 

Esta influencer, y líder de opinión, trabaja desde los 13 años, y a los 18 ya se había independizado. Aunque su familia le ha podido brindar oportunidades, ella eligió abrirse camino por sí misma. Fue maestra en varios grados en un colegio, y posteriormente llegó a ser la psicóloga del centro educativo. Es que para María trabajar es algo normal, porque está convencida de que así se consiguen las cosas. 

“A mí me enseñaron que las cosas buenas vienen con esfuerzo y a mí me gustan las cosas buenas”, asegura María Conchita Arcalá, entrevistada en revista CONTACTO en el Hotel San Marco, ubicado en Gazcue. 

María Conchita está casada con Ray Fernández. A los 20 años se convirtió en madre, y hoy tiene una adolescente de 17 años y una niña de 6. 

“Para mí, es importante que ellas vean lo mucho que hay que afanar para ganarse una cantidad x, aunque sea un monto pequeño. Hoy en día, para comerte una pizza son 1,000 pesos, pero ¡cuánto hay que afanar para ganarse esos mil pesos! Para mí, es importante que mis hijas tengan esos valores, porque yo les puedo dar cosas hoy, pero no sé si se las pueda dar mañana, y al final del día, las herramientas que uno les puede dar son las que ellas van a sacar, que puedan ser útiles. Nosotros estamos en este planeta porque papá Dios quiere que hagamos algo… ¿cuál es tu propósito? No sé, pero todos tenemos que hacer algo, sentarte a ‘ser linda’ no es una opción”. 

María Conchita, ¿cómo comenzó la Peccata Minuta?

“En aquel entonces (2012), Instagram estaba iniciando a nivel mundial; Twitter tenía más presencia, más peso, más importancia, y yo sentía que nadie me estaba hablando a mí. Había muchas muchachitas jóvenes subiendo contenido fresco, pero muy juvenil… no una madre, una esposa, una profesional. Y yo decidí compartir esas cosas que me han caracterizado de toda la vida. Yo toda la vida he sido así y me di cuenta que muchas mujeres me decían: ‘¿cómo sacas tiempo para ir al salón?’, y yo les decía: ‘ve a tu hora de almuerzo, siempre hay tiempo, lo que pasa es que tienes que organizarte’. Y yo propongo que cuando la mujer se siente bien, puede enfrentar las cosas de modo diferente. No es lo mismo el día que fuiste al salón, que te sientes impecable, que el día en que sientes que estás fea y desarreglada… ese día ya tienes un déficit, y cuando te pase algo, lo vas a tomar de forma diferente”.  

¿Por qué la Peccata Minuta?

“Porque en los tiempos de antes había un dicho muy famoso que era: ‘eso no es nada, eso es peccata minuta’, como que eran cosas que no eran importantes, como detallitos muy pequeños. Sin embargo, yo propongo que es al revés: ‘los pequeños detalles son los que marcan la diferencia en absolutamente todo lo que puedas hacer’”. 

¿Por qué tus redes sociales pasaron de ser la Peccata Minuta a María Conchita Arcalá?

“Porque mi propósito… (Piensa). Yo, desde chiquita, sé que voy a ser autora de libros. Entonces, al momento de escribir un libro, lo va a escribir María Conchita, no la Peccata Minuta. Entonces, decidí que tenía que empezar a hacer esa transición. También, cuando las redes empezaron, se utilizaban los usuarios con un nombre aparte del real, pero cuando fueron evolucionando, se estiló poner el nombre. Por ejemplo, Chiara Ferragni, Leandra Medine. Todas fueron pasando a ser la persona y, al final del día, yo tengo mi empresa, tengo una agencia digital, tengo una serie de cosas, pero las personas quieren hablar conmigo… Yo no soy un producto que se va a ramificar, al final soy yo”. 

¿Qué haces en tu agencia digital?

“Asesoría de redes sociales. Asesoro marcas que van dirigidas a la mujer. Si, por ejemplo, quieres vender zapatos, tú vienes donde mí, yo te hago una evaluación, un levantamiento de mercado, y te oriento sobre cómo posicionar el producto o servicio”. 

¿Por qué marcas que van dirigidas solo a la mujer?

“Yo sé de mujeres y hablo de lo que yo sé. La mujer me fascina tanto, la admiro y respeto tanto. Los hombres no necesitan ayudas, tienen todo resuelto”. 

En el tiempo que fuiste maestra, ¿te imaginaste haciendo algo más que no fuera la docencia?

“Yo le decía a mi mamá que quería un trabajo que me pagaran con ‘zapatos’, y atento a chiste y relajo, lo logré (Risas)… Siempre mis raíces van a ser educar, y a través de mi página, yo educo, porque le doy herramientas a la mujer para aprender a hacer cosas, para facilitarle la vida. Yo soy muy buena explicando”.  

¿A qué niveles llegaste a impartir docencia?

“Yo me capacité para Montessori, tres o cuatro años. Lo impartí un año, donde di tercero y sexto de primaria; luego, tercero y cuarto de bachillerato. Posteriormente, pasé a ser la psicóloga del colegio”. 

¿Siempre te gustaron los niños?

“Sí, donde hay un grupo de niños, ahí estoy yo. Y no creo en ‘pelas’. Estoy en contra de la forma de crianza de nuestro país. Tampoco doy premios. Yo no le doy un premio a mi hija por hacer su deber”. 

Tú dices que no crees en pelas. Aquí hay padres que entienden que es normal golpear a sus hijos. ¿Qué opinas?

“Yo te puedo decir, como niña que fue golpeada, que eso es lo más dañino que le puedes hacer a un ser humano. Te puedo decir que en mi hogar no se utiliza ese método y mis hijas son las más obedientes, las más respetuosas. La pela es lo ‘más fácil’, ya que los niños son como un perrito, que si tú lo pateas, te va a tener miedo y no es lo mismo miedo que respeto”.  

Luego pasaste a trabajar en el campo del desarrollo organizacional de una empresa. ¿Ese trabajo fue la punta de lanza para verte haciendo algo más?

“Como los colegios terminan a las 2:00 pm, en las tardes impartía talleres, y por eso, se me presentó la oportunidad de ser directora de Desarrollo Organizacional para un grupo. ¡Yo estaba feliz!, porque a mí me encanta dar clases ,y era darle clases a adultos. Yo estaba tan feliz, que ahí empecé a escribir y así nace la Peccata Minuta. Empecé a escribir un blog sobre mi día a día. Y como el dominicano no es de leer extensamente, me quedé más en Instagram. En el 2012, llegó un momento en que mi departamento iba a cerrar, y en ese momento tenía que decidir entre irme a otro departamento o ponerme a buscar trabajo, y mi esposo me dijo: ‘lánzate’”. 

¿Y qué hiciste?

“Ahí me senté y me pregunté qué hace falta aquí (en el país). Y me di cuenta que hacía falta que a las marcas grandes se les asesorara en el manejo de redes. En ese tiempo, no existían las agencias de manejo de redes, y yo conseguí una cita en Blue Mall. Y en esa reunión, estuve con la persona que alquila los locales, y le dije que ‘se estaban perdiendo de una oportunidad, porque la gente no tiene tiempo de ir a una tienda… En su Instagram pueden enseñarle a la gente lo que está en la tienda’. Ese día, don Luis Emilio Belutini, que vive en Cap Cana, que nunca está en la capital, ¡estaba ahí ese día!… y yo me senté a hablar ¡y me contrató! Y, hasta el día de hoy, tengo el récord de la persona que más duró trabajando en ese departamento. Duré tres años y medio llevando las redes sociales de Blue Mall. Luego, yo entregué la cuenta porque tuve mi segunda hija y di a luz, pero al otro día estaba trabajando… y a las dos semanas, la bebé iba conmigo a Blue Mall, por lo que llegó un momento que mi esposo me dijo: ‘tienes que elegir’… y yo entregué la cuenta”.

Después de eso, ¿cuándo retomaste y comenzaste a trabajar nuevamente?

“Cuando ella tenía como dos años. Ahí se me presentó otra oportunidad: me buscaron para trabajar en una zona franca, donde duré tres años con ellos, y fue una oportunidad maravillosa, porque yo negociaba directamente con tiendas en Estados Unidos, tipo Target, Walmart… yo viajaba a estudiar el mercado, desarrollo de productos. ¡Fue una oportunidad maravillosa!”.  

María Conchita, la Influencer

Tu escribiste una carta en Instagram a Tokisha: Querida Tokisha… ¿cómo te sentiste con la reacción que tuvo esta carta?

“Yo jamás me imaginé que eso iba a llegar ahí. Fue un torbellino de emociones. En un momento dije: ‘mierquina María Conchita, ¿por qué hiciste eso?’… Yo lo escribí como un desahogo, porque son tantas cosas que nosotras tenemos que enfrentar. Fue como: ‘ayúdame ahí, mi hermana’… Ok, tú quieres hablar de sexo, entonces habla de los condones, habla de protección, porque nosotros tenemos una responsabilidad: todo el que tiene poder o  voz, tiene que usarla para bien. Incluso, había en Tik Tok un challenge: ‘el Tokisha Challenge’, de niñas dándose besos en la boca. ¡Esas niñas no saben lo que están haciendo besándose en la boca!, y no saben si en diez años se van a arrepentir de que haya un video de ellas besándose en la boca con otra… Al final, me alegro de haberlo hecho, porque inicié un tema. Porque nosotros tenemos un problema: en la sociedad con poder adquisitivo alto hay una apatía… ‘ay, yo no me entero, eso es por allá abajo, eso no me importa y no me afecta’. ¡Te tiene que importar, porque nosotros somos todos uno!”. 

Aquí es muy común descalificar a alguien “porque es popy”. ¿Crees que la sociedad dominicana está dividida?

“Es que a la gente le gusta lo fácil. Es más fácil decir eso que ponerse a ‘guayar la yuca’, porque yo desde los 18 años que a mí nadie me da un peso… Ahhh, sí, yo soy ‘blanquita’…Sí, nací blanca y mi mamá y mi papá tenían buenas oportunidades, pero desde los 18 años que yo me mantengo, pero nadie ve eso, porque es más fácil quitarle el mérito a otro. Hoy, hay muchas mujeres que han salido de los barrios y son muy fajadoras”. 

¿Cómo lidias con los comentarios negativos en las redes sociales?

“Yo no le doy mente a eso. Yo tengo una autoestima nivel Dios”. 

¿Qué te gusta y qué no te gusta de las redes sociales?

“No me gusta ser juzgada por personas que no me conocen, o que no leen el caption entero. Con el tema de Tokisha, el que me conoce, sabe que yo no lo hice de una forma condescendiente, al contrario. Yo, de verdad, lo dije desde un lugar, pensando en que ella puede hacer una labor grande, pero ella elige irse por el morbo… Ella podría hacer una campaña del uso de preservativos. Yo siempre escribo pensando en que me va a leer mi mamá y mi esposo”. 

¿Qué opina tu esposo cuando causas revuelo en las redes sociales?

“Él es el hombre más privado, pobre… (Risas). No tenía redes sociales, y yo sé que él me ama, porque él me permite ser yo. Y él lo que me dice es: ‘tú tienes que usarlo para bien’. Él me celebra todas mis cosas”. 

¿Qué te dijo tu madre (por lo de Tokisha)?

“Ella cree que ‘yo soy lo máximo’. Ella es fuerte conmigo, pero a ella no le sorprenden esas cosas, porque sabe como soy. Yo digo lo que pienso. Aunque creo en el respeto mutuo, no tenemos por qué pensar igual”.  

María Conchita, ¿qué debe hacer, o qué no debe hacer una marca personal en las redes sociales?

“No intentes ser lo que tú no eres. Las personas aquí tienen una necesidad tan grande de pertenecer, que crean un personaje ficticio”. 

¿Cómo fue tu primera colaboración con una marca?

“Se dio muy natural, con Mac Cosmetics. A mi me tocó sentarme en una mesa en Nueva York con una ‘turpen’ de Mac, y le caí bien. Y yo fui la primera que invitaron a cubrir los desfiles en Fashion Week backstage en Nueva York. O sea, la editora de Vogue, la editora de Allure, y María Conchita Arcalá, ¡normal!… (Risas). Eso fue en el 2012. Y después, yo iba febrero y septiembre”. 

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