“Vive de ayer, vive para hoy, ten esperanza en el mañana. Lo importante es no dejar de cuestionar. La curiosidad tiene sus propios motivos para existir”, Albert Einstein.
Desde antaño es mucho lo que se ha meditado y escrito acerca de los elementos, contenidos, prácticas y fundamentos que deben cumplirse para lograr, fuera de teorizaciones, un proceso de enseñanza a través del cual la educación sea un verdadero instrumento que capacite y prepare a las personas para interactuar en la vida de forma inteligente y provechosa.
A lo largo de décadas, los debates entre educadores, escritores, filósofos, maestros, tratadistas y estudiosos del tema han sido interminables, pero como han sostenido algunos pensadores, la evaluación efectiva trascendiendo la pura retórica y mediante experiencias con resultados concretos y medibles.
Con capacidad, experiencia y creatividad es mucho lo que se puede avanzar en este vasto campo de la educación, tanto en la escolaridad formativa formal como en la universitaria y en períodos complicados como los generados por la pandemia del Covid-19, los problemas se tornan en grandes oportunidades cuando son asumidos y capitalizados de forma inteligente.
Este enfoque proactivo es lo que ha permitido, a través de las clases a distancia y por medios audiovisuales, apreciar que siempre se pueden obtener resultados beneficiosos con una dosis de voluntad, disposición y la consecución de objetivos claramente delineados.
Si además de buenos programas de enseñanza, se aplican métodos novedosos que atraen la atención y el interés de los estudiantes con maestros bien entrenados y con dominio didáctico, la experiencia acumulada sienta las bases para revolucionar los métodos de enseñanza tanto en la educación pública como a nivel de los colegios privados.
El uso de la tecnología ha jugado un papel preponderante en este campo, y la transmisión de las clases a través de la televisión y la radio, ha permitido advertir que el país cuenta con profesores jóvenes de mucha capacidad y desenvolvimiento para este tipo de tareas, en que hay diferencias notables con respecto a la enseñanza presencial en las aulas.
Un ejemplo de esto ha sido “Neurona”, la simpática compañera que interactúa con los maestros en las clases virtuales para ratificar la comprensión de los temas abordados, y que es fruto de una exhaustiva y bien planificada labor de producción que se realiza en coordinación con el equipo magisterial.
Al igual que el cuerpo celular humano del que toma su nombre, “Neurona”, como personaje auxiliar, presenta y asume las características morfológicas típicas que sustentan sus funciones y hace más dinámico el desenvolvimiento durante los distintos horarios y asignaturas de materias.
A través de las presentaciones, hay un gran despliegue de marketing publicitario destinado a impulsar un cambio cultural y de mentalidad, entre los que se destaca el estribillo: “Todos por la educación estamos aprendiendo a empezar, aunque sabemos tantas cosas, aprendemos a empezar, a enseñar, a cambiar, estamos aprendiendo a aprender”.
Aunque los programas de educación virtual son pregrabados y se nota que los maestros usan telepronter, hay que reconocer que muestran gran dominio conceptual, técnicas didácticas, buena dicción y control escénico.
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