Antes de decidir a participar en elecciones, un candidato potencial debe realizar una “autoevaluación” e identificar sus fortalezas y debilidades. Además, debe descubrir por sí mismo las respuestas a una serie de preguntas importantes, algunas de las cuales se detallan a continuación.
Por qué se postulará para un cargo? ¿Cuáles de sus actividades anteriores les importan a los votantes? ¿Su autobiografía será bien recibida por los votantes? ¿Cuál es la idea principal de su programa electoral? ¿En qué circunscripciones puede contar con apoyo? ¿Tiene estructuras organizativas, amigos, partidarios que le ayudarán con la campaña? ¿Con qué fuentes financieras y de información puede contar?
Al tomar una decisión, el candidato debe recordar que, a partir de ese día, estará “bajo rayos X”, por un lado, por los votantes y, por el otro, por los competidores. Es necesario estar preparado para el hecho de que todos los negocios o asuntos del pasado puedan salir a la luz durante la tensa batalla electoral. En este sentido, el candidato debe evaluar sus capacidades. ¿Hasta qué punto podrá resistir las pruebas públicas y hasta qué punto su imagen resultará atractiva para los electores? Los factores más importantes para un candidato son: reconocimiento, recursos económicos para la campaña y tiempo.
Si se incluye en la campaña a personas que ya ocupan cargos electos, entonces pueden tener enormes ventajas al principio, asociadas con el reconocimiento de su imagen y recursos administrativos, y viceversa, una percepción negativa (anti-rating) de las actividades anteriores del candidato complicará significativamente su campaña electoral. Después de todo, los votantes evalúan lo que hizo, cómo cumplió sus promesas electorales.
El programa y los eslóganes del candidato “novato” no atraen tanta atención. En el epicentro están sus cualidades personales. La principal tarea de un candidato así es alcanzar la fama y conseguir la simpatía del electorado.
Una base financiera sólida, y la disponibilidad de recursos económicos, le permiten estudiar su círculo de votantes, realizar encuestas y otras investigaciones necesarias para desarrollar una estrategia eficaz, contar con personal para organizar una campaña electoral y estar presente en los medios.
Los candidatos que ocupan cargos electivos, y que ya tienen experiencia en la lucha electoral, comienzan a planificar su campaña de reelección con anticipación; les resulta más fácil lograr el reconocimiento gracias a su actividad constante y su presencia en medios.
Un candidato “novato” tendrá que reducir el tiempo, ser capaz de alcanzar rápidamente el nivel necesario de reconocimiento, obtener los fondos necesarios, crear su sede y desarrollar un plan de campaña y una estrategia para trabajar con los electores. El candidato debe estar decidido a ganar las elecciones y subordinar todas sus actividades a su campaña. Debe ser enérgico y asertivo, irradiar emociones positivas. Debe convencer a los electores de que él es la persona en quien se puede confiar.
Durante la fase preparatoria de la campaña, el candidato necesita reunirse con personas influyentes y conseguir su apoyo. Pueden ser jefes de órganos ejecutivos y representativos, organizaciones políticas y públicas, jefes de empresas, empresarios, figuras culturales, etc. Es necesario estudiar y establecer contacto con figuras destacadas de los medios de comunicación.
La etapa más importante en la preparación de una campaña electoral es la preparación política, informativa y psicológica del candidato. Al decidir unirse a la campaña electoral, es necesario tener en cuenta la situación política general del país, analizar la interacción de factores económicos, políticos, legales, ideológicos, militares, científicos, técnicos y culturales.
Además de analizar el impacto de los procesos políticos, el candidato debe estar lo mejor informado posible.
Forma de pago: transferencia o depósito en el banco BHD León a la cuenta 27190380011