Hay que ser bien cautos ante algunas condiciones que de no considerarlas pudiesen tener resultados nefastos y frustrantes para nuestros bolsillos.
Usualmente tenemos entendido por “mantenimiento” de nuestro vehículo solo lo que conlleva un cambio de aceite y filtro, representando esto solo la parte más básica de un mantenimiento recurrente, ya que la palabra como tal infiere muchísimos aspectos adicionales que deben considerarse de acuerdo al kilometraje e instrucciones del fabricante acerca de cuándo deben observarse/revisarse y sustituir varios componentes regularmente para garantizar un funcionamiento óptimo de nuestro vehículo.
Ahora bien, circunscribiéndonos solo al hecho de reemplazar el lubricante de nuestro vehículo, una de los aspectos que siempre debemos tener presente es la gradación de dicho lubricante de acuerdo a las indicaciones del fabricante, evitando con esto desgastes prematuros y garantizando la longevidad de nuestro motor. Frecuentemente visitamos un local de mecánica ligera y cambio de aceite, en donde suelen colocar el mismo lubricante a la mayoría de los vehículos que los visitan, lo cual representa una práctica bastante lesiva y dañina para nuestro vehículo.
Antes de entrar en el detalle acerca del lubricante adecuado, debemos explicar qué es la gradación del aceite, y en ese sentido esto no es más que el nivel de viscosidad que dicho lubricante posee, resultando esto que lubricantes con grados más elevados como por ejemplo un 10W40, resultan ser más viscosos que por ejemplo uno 0W20. No obstante quien dicta el tipo de lubricante a utilizar es el fabricante en un lugar tan fácil de ver como es la tapa por donde se vierte el mismo en el motor.
Debemos de ser muy cautos utilizando el aceite que se indica exactamente en esa tapa, ya que la utilización de aceites más viscosos (como comúnmente suele hacerse) causan que el motor no tenga el nivel de irrigación adecuado, ya que un lubricante más viscoso tiende a no penetrar con la misma facilidad por los orificios de lubricación que posee un motor, comprometiendo paralelamente la bomba de aceite y los puntos más neurálgicos tales como la culata (por ser el más lejano) y el cigüeñal.
No es más que un mito que un motor con mayor nivel de kilometraje/antigüedad requiere un aceite más viscoso. Esto así, ya que los orificios de lubricación siempre mantienen su mismo diámetro y por esta práctica solo propicia un aceleramiento del desgaste de dicho motor, aun siendo este más longevo.
Finalmente y en lo que respecta al Filtro de Aceite, lo ideal es que nos apeguemos siempre a los productos originales de la marca, ya que estos, así como algunos otros escasos modelos del mercado, son los que garantizan un nivel de presión adecuado al interior del motor mejorando la irrigación a lo interno del mismo.
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