La planta de generación de electricidad, Quisqueya I, nació como una fuente para abastecer de energía a la mina de Barrick Pueblo Viejo, en Cotuí. Sin embargo, esta sirvió también como un catalizador de cambios en el sistema eléctrico nacional, ya que además de inyectar el excedente de la energía que producían al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI), igualmente introdujo nueva tecnología, menos contaminante.
Quisqueya I fue concebida por Barrick Pueblo Viejo como una solución para el consumo de energía eléctrica que esperaban demandaría la operación de la mina de oro, ubicada en Sánchez Ramírez. Fue así que entendieron que una planta generadora de electricidad sería la mejor opción para hacer que su operación en el país fuese más eficiente.
Ese trayecto comenzó en Azua, donde buscaban terrenos en los que pudieran construir la planta, pero temas medioambientales lo impidieron, ya que no se podía trazar una línea de transmisión que pasara por un área reservada como un parque nacional. El compromiso con la protección y cuidado del medio ambiente hizo que Barrick buscara otras alternativas.
“Y una de las alternativas que encontramos era comprar plantas existentes, pero esas plantas no cumplían con algunos de los criterios que la empresa pedía en cuanto a la eficiencia de la planta. Entonces, se decidió instalar la planta aquí en el Este, porque tenemos que tener acceso a un muelle, que no es una característica única, pero sí muy importante para acceder a combustible y para trazar la línea de transmisión en cumplimiento con las normas medioambientales. Así fue cómo llegamos a Quisqueya, en San Pedro de Macorís”, revela Dustral Vicioso, gerente de Energía de Quisqueya I, al ser entrevistado por revista CONTACTO.
Quisqueya I inició sus operaciones en el 2013, con una capacidad instalada nominal de 215 megavatios, sin embargo, la planta alcanza una producción de hasta 225 megavatios.
“Cuando se hizo la estimación inicial, la planta se construyó de 215 megavatios, porque ellos pensaban que la mina iba a alcanzar una demanda de 280 megavatios. El proceso terminó siendo más eficiente, en términos energéticos, y la mina terminó en los primeros años consumiendo unos 120 megavatios en promedio anual”, afirma Vicioso.
De esta forma, quedó un excedente de energía que, posteriormente, Barrick Pueblo Viejo comenzó a inyectarlo al mercado eléctrico dominicano.
“Ese excedente se convirtió en un alivio para el sector eléctrico, porque estaba disponible para el país y, a la vez, al esta planta entrar y, en su momento, ser la más eficiente, el mercado spot cayó como un 35 %, porque esta planta entró en los primeros lugares de la lista a mérito. Consumía alrededor de un 13 % menos combustible de las que ya estaban. Era una planta de última generación. En ese momento, nosotros contribuimos a que los precios del mercado spot disminuyeran en el 2013”, sostiene Yaniree Hilario, Superintendente Quisqueya I, al ser entrevistada por revista CONTACTO.
El excedente de energía que produce Quisqueya 1 es de unos 80 megavatios, lo que representa ofrecer energía eléctrica a 250 mil viviendas, cuyo consumo mensual sea de 230 KWh.
Conversión a gas natural
En junio de 2018, Barrick Pueblo Viejo suscribió un acuerdo para abastecimiento de gas natural que permitió la conversión de su central de generación. Como parte del acuerdo, un gasoducto, de alrededor de 50 kilómetros, fue construido desde la terminal de gas de AES Andrés, localizada en Punta Caucedo, Boca Chica, hasta la central de Quisqueya I.
Los objetivos establecidos con la conversión a gas de Quisqueya I fueron la reducción del costo operativo de la central, y la reducción de emisiones de CO2, y otros gases de efecto invernadero.
La construcción del gasoducto, fruto del acuerdo entre Barrick y AES, ha hecho posible un anhelo por largo tiempo perseguido por el sector eléctrico de la República Dominicana, de cambiar la matriz de generación de HFO a gas natural; puesto que una vez dicha infraestructura estuvo en una fase avanzada de construcción, otras centrales pudieron conectarse y convertirse a gas natural.
La capacidad total de generación instalada, convertida a gas natural, incluyendo Quisqueya I, suman unos 215 Quisqueya 1, 225 Quisqueya 2, +246 CESPM = 686 MW. Esto representa alrededor de un 22 % de la demanda pico del país. El gasoducto también permite la adición y conversión de otras plantas localizadas en la zona, contribuyendo significativamente a la estrategia energética del país.
En la tabla de más abajo, se visualiza el impacto anual de la conversión de gas natural de la central Quisqueya 1, y otras centrales.
“En ese momento, firmamos un contrato por más de 10 años, por un valor aproximado de US$900 millones de dólares, lo cual hizo posible que se construyera el gasoducto, que viene desde Andrés, Boca Chica, hasta la planta de Quisqueya I.
Al principio, cuando nosotros hicimos eso, los demás en el sector prácticamente pensaron que nosotros estábamos mal porque hacíamos la conversión, pero después, cuando el gasoducto estaba en la puerta de Quisqueya I, cuando se vio que era una realidad, las demás plantas vecinas se convirtieron también a gas natural. O sea, que no solamente nos convertimos nosotros, sino que facilitamos la conversión adicional de gas natural de 471 MW = Quisqueya 2 + + CESPM, lo que provocó la segunda gran transformación del sector eléctrico dominicano, que fue convertir gran parte de su matriz energética de fuel oíl a gas natural, y eso provocó un gran impacto”, asegura Vicioso.
De la misma forma, Hilario agrega que “esta conversión a gas natural representó la reducción de, aproximadamente, un 30 % de las emisiones de gases de efecto invernadero. Porque el gas natural es de los combustibles, que tiene el contenido de carbono más bajo de todos los combustibles fósiles que se usan para generación de energía”.
“La conversión nuestra consistió en construir el pequeño tramo del gasoducto dentro de la planta, y consistió en reinstalar los equipos de gas, que no se estaban utilizando dentro de los motores, y poner en marcha los motores de nuevo con gas natural, lo cual ameritaba todo un protocolo técnico, no solamente para ponerlo a operar, sino también en la parte de seguridad. O sea, aumentar los niveles de seguridad de la planta, en cuanto a los niveles de detección contra incendio, y reentrenar a todo el personal”, señala Vicioso.
De la misma forma, la Superintendente Quisqueya I explica que “nosotros iniciamos con HFO desde el 2003. Usamos el HFO 1 % azufre, y el país, en general, usa 2, 2.5 y hasta 3 % azufre. Nosotros, desde que iniciamos, dentro de lo posible, usamos un combustible mucho más limpio para el país. Y todavía, si necesitamos operar en HFO lo hacemos en 1 %”.
Al esta planta pasar a gas natural, en vez de fuel oíl, eso hizo que las emisiones en cuanto al aire mejoraran, ya que emiten menos CO2, menos azufre y menos polvo. Pero, también, las emisiones en cuanto al agua disminuyeron.
“Porque cuando operas con fuel oíl, necesitas tratar el fuel oíl, tienes que centrifugar, y eso genera un afluente con agua que tienes que desechar en algún sitio. Al operar con gas natural, ya no tienes ese afluente. Mientras que la planta de Quisqueya I tiene las características de que sus emisiones, en términos de consumo de agua, son bastantes bajos. Nosotros tenemos un circuito cerrado con torre de enfriamiento. Cerrado, quiere decir que tú el agua la vas reciclando todo el tiempo, y vas agregando agua a ese sistema por evaporación del agua, y tienes que reponer eso”, asegura Vicioso.
El gerente de Energía de Quisqueya I añade que, adicional a eso, cuentan con una planta de vapor que optimiza la energía que producen.
“Lo que hace la planta de vapor es que los gases de escape de los motores, en lugar de lanzarlos a la atmósfera directamente, los manda a una caldera, y esa caldera genera vapor. Ese vapor lo envías a una turbina, y ese vapor genera energía adicional; una energía que, en caso de no existir la planta de vapor, lo estarías desechando. Esto convierte esta planta en una bastante eficiente”.
El proyecto Bonao III
Otra infraestructura que impacta el desarrollo del sector eléctrico dominicano es la subestación de Bonao III. La facilidad es una propiedad compartida de Barrick y la ETED, y fue financiada y construida por Barrick Pueblo Viejo.
La subestación sirve como punto de conexión definitivo de las operaciones de Barrick con la red nacional, y como una subestación de interconexión, donde convergen los voltajes de 69 KV, 138KV, 345KV y 230 KV.
Esta infraestructura es la subestación más grande, basado en el número de campos, que tiene el sistema de transmisión eléctrica del país. Entre los beneficios que aporta al sistema interconectado se encuentran los siguientes:
θ Aumento de la transferencia de Potencia eléctrica entre las regiones sur y norte del país.
θ La línea de transmisión 345 KV Santo Domingo – Santiago puede operar a plena capacidad, por la incorporación del segundo circuito a 345 kV actualmente operado en 138 kV.
θ Mayor confiabilidad y seguridad del sistema de transmisión.
θ Mayor inyección de energía de bajo costo al sistema.
θ Mejorará del nivel de tensión en el Cibao Central y en la zona norte.
θ Además, permite la salida de nuevas líneas de transmisión 138 kV hacia las zonas de expansión del sistema.
“Bonao III fue otro gran cambio introducido por Barrick. De la manera que se concibió Bonao III, no fue solamente para servir de interconexión a Barrick, sino que vino a convertirse en una subestación, que la podemos llamar como un Hub de interconexión de las principales líneas de transmisión del país”, afirma Vicioso.
El gerente de Energía de Quisqueya I, señala que una de las razones, por la que el país perseguía más instalaciones en la zona norte era porque esa región estaba interconectada, pero los límites de transferencia del sur hacia el norte, que era donde estaba toda la generación, era muy restringido.
“Entonces, se insistía en la instalación de más generación en la zona norte. Bonao III vino a eliminar la restricción de transferencia de potencia del sur hacia el norte. No importa que tu no tengas plantas en el norte, puedes transferir toda la potencia hacia el norte generada en el sur, a través de Bonao III.
Esa subestación enlaza las principales líneas de transmisión del país, entiéndase, las líneas de 138 kilovoltios, las líneas de 345.
Entonces, Bonao III viene a facilitar la conversión completa de esa línea 345. La importancia de subir el voltaje en las líneas de transmisión, es que disminuye las pérdidas de transmisión por el efecto de calentamiento de las líneas. Se instala Bonao III y elimina prácticamente todas esas restricciones que había en esa zona. Y viene a mejorar los perfiles de abordaje. Esa fue una inversión que la hizo Barrick, y la transfirió casi en su totalidad, fue una inversión de más de 30 millones de dólares”, afirma Dustral Vicioso.
Planes futuros
Dustral Vicioso, gerente de Energía de Quisqueya, explica que “nosotros tenemos más planes a futuro. Estamos evaluando proyectos solares para reducir aún más los gases de efecto invernadero, porque estamos reemplazando energía que viene del sol, por energía que viene de combustibles fósiles.
Va a ocurrir un efecto desplazamiento, que la potencia que antes Barrick estaba consumiendo, se va a mover al SENI, y es una potencia generada con gas natural, y esa potencia con gas natural, va a desplazar la potencia generada con fuel oíl o con carbón, lo cual también tiene un impacto en la reducción de las emisiones.
También, tenemos más proyecciones de expandir la capacidad futura de Quisqueya. Con esa expansión, tendríamos más excedente todavía para inyectar al SENI”, concluye Vicioso.
Forma de pago: transferencia o depósito en el banco BHD León a la cuenta 27190380011