Unibe: 10 años de experiencia en docencia virtual

La pandemia ha obligado a todos los centros educativos, tanto de básica como del nivel medio y universitario, a impartir docencia virtual. Muchos se tuvieron que readecuar para esta nueva modalidad. Sin embargo, para otros, como es el caso de Unibe, fue fácil cambiar toda su docencia a la modalidad virtual, ya que tienen 10 años de experiencia con esta temática.

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August 17, 2020

La virtualización de la docencia se convirtió en una necesidad en tiempos en que el distanciamiento físico es una obligación. Contar con el material didáctico y los recursos tecnológicos necesarios es fundamental para que la docencia a distancia tenga éxito.    

En el caso de Unibe, tienen experiencia en docencia virtual, no obstante, ante la situación actual, han tenido que incluir a todo su estudiantado en esta modalidad, lo que implica un nuevo reto. 

Revista CONTACTO conversó con el equipo de Vicerrectoría Académica e Innovación de esta universidad y nos revelaron sus métodos para lograr los objetivos deseados. 

Uno de los métodos que ha usado Unibe para impartir sus clases virtuales es el uso de la técnica de Clase Invertida o Flipped Classroom, modalidad que consiste en grabar una clase en vídeo, pero no es solo vídeo, ya que este formato  es uno de los múltiples medios que pueden utilizarse para transmitir información. También se puede hacer a través de un podcast o remitiendo al alumno a una web donde se desarrolle el contenido a impartir. 

Este método, junto a otros, utilizado por Unibe le ha dado la oportunidad al cuerpo de docentes y sus estudiantes a continuar con su programa educativo.  

Para la República Dominicana ha significado un reto comenzar a impartir clases virtuales. Unibe tiene 10 años haciéndolo. ¿Cómo ha sido esta experiencia para ustedes?

“Unibe ha incorporado las clases virtuales como complemento a la presencialidad en sus programas de grado y postgrado, impartiendo asignaturas semipresenciales y virtuales, así como diversos programas de educación continua y una especialidad completamente virtual. Esta experiencia ha permitido a muchos docentes formarse como tutores virtuales, desarrollando competencias para promover el uso efectivo de recursos y herramientas tecnológicas que fomentan el aprendizaje activo.

Los estudiantes valoran la posibilidad de autogestionar su aprendizaje y aprender a su propio ritmo, además de reconocer que este entorno les resulta idóneo para el trabajo colaborativo”. 

¿Qué falta en República Dominicana, a nivel universitario, para masificar este tipo de experiencia virtual?

“En tanto que la educación virtual de calidad conlleva un cambio metodológico, tanto a nivel de estrategias y técnicas para el aprendizaje, como también en diversas formas de evaluación, y no se limita a replicar el modelo presencial, un desafío es la formación docente para desarrollar competencias digitales y pedagógicas relevantes.

Otro desafío es el acceso a computadoras y dispositivos móviles. Cerrar la brecha digital es un imperativo ante cualquier intento de masificar este tipo de modalidad.

Las instituciones requieren adecuar sus estructuras organizacionales para abrir espacio a nuevas posiciones que se hacen necesarias: diseñadores instruccionales, tutores virtuales, soporte técnico, etc.” 

En otros países llevan años trabajando con esta modalidad, ¿Cómo consideran ustedes que República Dominicana tuviera que migrar producto de una pandemia para que las universidades comenzaran a to- marlo más en consideración? 

“Incluso, en países con tradición de educación virtual, las instituciones de educación superior de modalidad presencial se han visto forzadas a migrar abruptamente a la virtualidad. En ese sentido, universidades de todo el mundo y distintos niveles de calidad compartimos retos y desafíos, y una consecuencia positiva de la pandemia ha sido el espíritu de colaboración que ha imperado, que permite compartir experiencias y buenas prácticas para acortar la curva de aprendizaje y fomentar calidad y pertinencia.

Evidentemente, la rapidez de respuesta para adaptarnos al nuevo entorno desplegada por todas las IES ha puesto en evidencia que el modelo es posible, funcional y viable. Seguro que para muchas instituciones esta modalidad llegó para quedarse”. 

Muchos tienen dudas de si las clases virtuales se aprovechan tan bien como las presenciales. ¿Cuál ha sido la respuesta de sus estudiantes?

“Los estudiantes han valorado el esfuerzo institucional y de sus docentes en transitar rápidamente a la virtualidad para asegurar la continuidad de los aprendizajes. Reconocen las prácticas pedagógicas que les permiten conectar entre ellos y con sus docentes, trabajar colaborativamente en proyectos usando simuladores y recursos diversos. Si bien les hace falta estar en el campus y compartir cara a cara, cada día sus docentes incorporan nuevas técnicas didácticas que permiten mantener la atención, fomentar la creatividad y nuevas maneras de aprender”. 

¿Cuáles técnicas consideran que son claves para impartir docencia a distancia?

“Técnicas como Clase Invertida (Flipped Classroom) y Aprendizaje Basada en Problemas (PBL) son especialmente útiles en este entorno”. 

La educación a distancia que ustedes ofrecían no era 100 %, sino en programas específicos. Ante esta situación, ¿han tenido que emigrar hacia esa temática por completo? ¿Qué ajustes han tenido que hacer para continuar con la docencia?

“Todos los profesores han debido crear Planillas Pedagógicas para sus cursos, de modo que puedan planificar sesión por sesión, las actividades y recursos a realizar en el Aula Virtual para alcanzar los aprendizajes esperados.

Han tenido también que ambientar sus aulas virtuales y dotarlas de recursos tecnológicos; han modificado instrumentos y técnicas de evaluación, modalidades de prácticas, entre otros.

Además, hemos tenido que poner en marcha programas de formación docente y establecer estándares de calidad de Quality Matters, a quien recientemente nos hemos asociado, para asegurar la excelencia en esta modalidad”. 

En el nuevo ciclo que comienza en septiembre, ¿la docencia continuará siendo completamente virtual o tienen pensando que sea semipresencial?

“Nos mantenemos evaluando la evolución de la pandemia y las disposiciones oficiales. Estamos preparados para ambos escenarios”. 

¿Cuáles son las carreras más complicadas para impartir docencia a distancia?

“Las carreras que poseen más laboratorios y trabajo en talleres y centros de salud, tales como las ingenierías, medicina, odontología, arquitectura”. 

¿Todas las carreras que imparten se podrían estudiar de modo virtual?

“Mientras estén vigentes las medidas de confinamiento, sí”. 

¿Cuál es el plan para posgrados y maestrías?

“Los programas del nivel de postgrado (especialidades y maestrías) se han acogido también a la modalidad virtual”. 

Ante la situación económica que se vive hoy día, ¿ustedes tienen planes de pagos para los estudiantes?

“Contamos con planes de pago flexibles en cuatro cuotas sin intereses, y trabajamos con cada estudiante para otorgarle mecanismos que le permitan continuar su formación”. 

¿Qué están haciendo para que los jóvenes que tenían planeado entrar a la universidad no cambien sus planes ante esta situación?

“Estamos ofreciendo sesiones de orientación a los estudiantes, sus padres y madres, para brindarles información sobre el modelo pedagógico virtual, el sistema de apoyo estudiantil para fomentar su bienestar y adaptación al sistema universitario. Un servicio individualizado a las familias que requieren de acompañamiento en esta circunstancia inusual que vivimos”. 

¿Cuántos estudiantes tiene UNIBE recibiendo clases virtuales?

“Aproximadamente, 4,500 estudiantes”. 

¿Consideran ampliar esta forma de impartir docencia para el futuro? 

“Mantendremos la modalidad virtual para distintas asignaturas de todos los niveles, pues tras haber recibido formación y acompañamiento, muchos docentes plantean su preferencia por esta modalidad. A muchos estudiantes les resulta más consistente con su estilo de aprendizaje, permitiendo conciliar con otras actividades. 

Esta modalidad permite también que estudiantes que no residen en Santo Domingo puedan tener acceso a nuestros programas”. 

¿Consideran ustedes que el sector educativo en el país estaba preparado para cambiar la modalidad de impartir docencia?

“Consideramos que estábamos más preparados de lo que intuíamos. En muchos casos, la creatividad y capacidad de respuesta ha permitido salvar el año académico. Sin embargo, la pandemia también ha puesto en evidencia las carencias y desigualdades de nuestra sociedad, y muchos estudiantes no han podido continuar sus clases”. 

¿Qué se puede aprender de esta experiencia?

“Algunas lecciones aprendidas:

El trabajo en equipo es fundamental para enfrentar retos de esta magnitud. Un liderazgo participativo, que oriente las acciones e invite la construcción colectiva de soluciones es fundamental para superar los tiempos de crisis.

Docentes y estudiantes necesitan formación y acompañamiento.

Priorizar el aprendizaje y ponerlo en el centro de las decisiones ayuda a identificar rutas y tomar decisiones.

Es necesario crear sistemas de monitoreo ágiles para tomar el pulso de cómo experimentan los estudiantes y docentes el cambio y hacer adecuaciones para mejorar la calidad.

Debemos ser flexibles y ágiles en la toma de decisiones.

La situación cambia diariamente y hay que formular planes alternativos para todo”.

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